La f¨¢brica de S?o Paulo convertida en arte por Lina Bo Bardi
La arquitecta brasile?a es celebrada casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte como nunca antes con la publicaci¨®n de dos biograf¨ªas y la reapertura de su querido Museo de Arte Moderno de Bah¨ªa en El Salvador
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte, la arquitecta Lina Bo Bardi (Roma, 1914 ¨C S?o Paulo, 1992) ha sido celebrada como nunca antes en este dif¨ªcil per¨ªodo de la pandemia. En Brasil se han publicado dos biograf¨ªas y se ha reabierto su querido Museo de Arte Moderno de Bah¨ªa, el MAM de Salvador, del que fue fundadora y primera directora y donde trabaj¨® desde 1958 hasta el golpe militar de 1964.
Fuera de Brasil, ha sido galardonada con el ...
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte, la arquitecta Lina Bo Bardi (Roma, 1914 ¨C S?o Paulo, 1992) ha sido celebrada como nunca antes en este dif¨ªcil per¨ªodo de la pandemia. En Brasil se han publicado dos biograf¨ªas y se ha reabierto su querido Museo de Arte Moderno de Bah¨ªa, el MAM de Salvador, del que fue fundadora y primera directora y donde trabaj¨® desde 1958 hasta el golpe militar de 1964.
Fuera de Brasil, ha sido galardonada con el Le¨®n de Oro Especial en la 17? Bienal de Arquitectura de Venecia, cuyo lema este a?o era la pregunta ¡°?C¨®mo viviremos juntos?¡±. Ha sido un hecho in¨¦dito, ya que nunca antes se hab¨ªa concedido esta distinci¨®n a una mujer. En este caso, a una arquitecta que prefer¨ªa que la llamaran ¡°arquitecto¡±, sin marca de g¨¦nero, porque se utiliza as¨ª en italiano.
Y tambi¨¦n acapar¨® la atenci¨®n internacional a principios de agosto el Sesc Pompeia, dise?ado por Lina. El centro de interacci¨®n social, ocio y atracciones culturales, inaugurado en dos fases, en 1982 y 1986, en S?o Paulo, apareci¨® en la lista de los 25 proyectos arquitect¨®nicos m¨¢s importantes de la posguerra en el mundo, seg¨²n el peri¨®dico The New York Times.
Pero el Sesc Pompeia atrae la atenci¨®n de los especialistas desde hace a?os. En un reportaje de 2014 de EL PA?S, Anatxu Zabalbeascoa citaba la obra como una de las tres ¡ªjunto con el Museo de Arte de S?o Paulo (Masp) y la Casa de Vidrio¡ª que merecen la pena que visiten quienes solo disponen de un d¨ªa en S?o Paulo para conocer la obra de Lina. El tr¨ªo formar¨ªa un buen resumen de la arquitectura de la italiana afincada en Brasil.
Para el comisario de la exposici¨®n, el arquitecto liban¨¦s Hashim Sarkis, la trayectoria de Lina, que no se agota en los proyectos arquitect¨®nicos, tiene las marcas de algunos de los problemas urgentes que el mundo debe afrontar e incluso se?ala posibles caminos para resolverlos. ¡°Su trayectoria como dise?adora, editora, comisaria y activista nos recuerda el papel del arquitecto como organizador y, sobre todo, como constructor de visiones colectivas. Lina Bo Bardi tambi¨¦n personifica la perseverancia en tiempos dif¨ªciles, ya sean guerras, conflictos pol¨ªticos o migraciones. Y su capacidad para seguir siendo creativa, generosa y optimista durante todo el proceso¡±, justifica.
La trayectoria de do?a Lina, como la llamaban en las obras, no es extensa en n¨²mero de edificios, pero tiene gran repercusi¨®n y ¡°larga duraci¨®n¡±. Es el resultado de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas en las que vivi¨® y trabaj¨® en Brasil, desde 1947, cuando se mud¨® a S?o Paulo con su marido, el galerista y cr¨ªtico italiano Pietro Maria Bardi, tras la traum¨¢tica experiencia de la guerra.
Seca, reacia a los ornamentos, directa en las palabras y en el trazo, Lina Bo Bardi resumi¨® en un texto su forma de ver su oficio, aprendido en el Liceo Art¨ªstico y, despu¨¦s, en la Facultad de Arquitectura de Roma, donde se licenci¨® en 1940: ¡°Veo la cultura como convivencia, comer, sentarse, hablar, caminar, quedarse sentado tomando un poco el sol. La arquitectura no es solo una utop¨ªa, sino tambi¨¦n un medio para alcanzar ciertos objetivos colectivos¡±, resumi¨® Lina, siempre m¨¢s atenta al contenido que a la forma.
Se traslad¨® a Brasil porque Assis Chateaubriand, pol¨ªtico y magnate de la comunicaci¨®n, una especie de Ciudadano Kane brasile?o de la primera mitad del siglo XX, contrat¨® a Pietro Maria Bardi para crear el Masp.
El Masp tuvo dos sedes. La primera se inaugur¨® en 1950, en el denominado centro viejo de S?o Paulo, pocos a?os despu¨¦s de la llegada de la familia Bardi. El edificio actual, inaugurado en 1968, es desde hace d¨¦cadas un referente de la ciudad. Fue tambi¨¦n el proyecto m¨¢s grandioso de Lina, construido en la concurrida Avenida Paulista, durante mucho tiempo considerada el mejor s¨ªmbolo de la fortuna local, suspendido a ocho metros del suelo por cuatro grandes pilares entrelazados por dos gigantescas vigas de hormig¨®n, material que Lina prefer¨ªa por considerarlo ¡°vivo, capaz de respirar¡±. Con la ventaja a?adida, en el caso de Brasil, de resistir la humedad de las regiones tropicales y subtropicales durante d¨¦cadas y d¨¦cadas.
Expuesta a las frecuentes rupturas pol¨ªticas en Sudam¨¦rica, Lina Bo Bardi era de las que tomaban partido, ya fuera en la arquitectura o en la pol¨ªtica. Y por eso se ver¨ªa directamente afectada por los cambios bruscos que la obligaron a alterar su trayectoria m¨¢s de una vez.
En 1964, la arquitecta dej¨® de lado los largos per¨ªodos que pasaba trabajando en Salvador y regres¨® a S?o Paulo. En 1968, cuando la pol¨ªtica nacional se deterior¨® definitivamente, pocas semanas despu¨¦s de la inauguraci¨®n del Masp, Lina vivir¨ªa tambi¨¦n la pesadilla en la que se vio envuelto Brasil tras el llamado Acto Institucional n¨²mero 5 (AI-5), una medida decretada por los militares para cerrar el Congreso y reprimir a la disidencia.
El AI-5 dar¨ªa inicio a la fase m¨¢s violenta y arbitraria de la dictadura brasile?a. En cuesti¨®n de d¨ªas, Lina ser¨ªa vista como un peligro para la sociedad, despu¨¦s de que su nombre apareciera en declaraciones, generalmente extra¨ªdas bajo tortura, de militantes que mencionaban el discreto apoyo de Lina, que ofrec¨ªa la famosa ¡°casa de vidrio¡± ¡ªla residencia modernista en la que vivi¨® con Bardi durante d¨¦cadas, otro punto ¨¢lgido de la arquitectura de S?o Paulo, ahora abierta a visitas¡ª para reuniones pol¨ªticas entonces prohibidas.
Seg¨²n el bi¨®grafo Francesco Perrotta-Bosch, autor de Lina Bo Bardi ¡ª Uma biografia, en los primeros d¨ªas despu¨¦s del IA-5 llevaron a la arquitecta al cuartel general del Ej¨¦rcito para que la interrogaran. ¡°La investigaron junto con miembros de los grupos armados Acci¨®n Libertadora Nacional (ALN) y Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR)¡±, escribi¨® el autor.
Ante los riesgos que representaba permanecer en Brasil, Lina se vio obligada a abandonar el pa¨ªs y permaneci¨® en Italia durante m¨¢s de siete meses. ¡°Su estatus era el de fugitiva¡±, dice Perrotta-Bosch. Posteriormente, se decret¨® su detenci¨®n, que no se produjo. Aun as¨ª, la arquitecta tuvo que convivir con el fantasma del juicio militar durante varios a?os.
Sesc Pompeia
Como dijo la propia Lina Bo Bardi, el Sesc Pompeia, que originalmente se llamaba Sesc F¨¢brica de Pompeia, fue un caso raro y exitoso de arqueolog¨ªa industrial en un pa¨ªs sin tradici¨®n en esta ¨¢rea. ¡°Cuando fui a ver la f¨¢brica, vi que era el ¨²nico ejemplo en Am¨¦rica Latina del hormig¨®n Hennebique, con esos estribos, una cosa internacional de grand¨ªsima importancia, con una conservaci¨®n perfecta, bell¨ªsimo¡±, dijo Lina en una declaraci¨®n hacia el final de su vida. ¡°La idea de la arqueolog¨ªa industrial est¨¢ en el aire, en el ¨¢mbito internacional, es decir, tomar conciencia no solo de los edificios con valor hist¨®rico o art¨ªstico, como el barroco brasile?o, en el caso de Brasil, sino tambi¨¦n de los centros con documentos de car¨¢cter hist¨®rico y social¡±, resumi¨®.
El arquitecto Marcelo Carvalho Ferraz, socio de Brasil Arquitectura y asistente de Lina entre 1977 y 1992, comenta en v¨ªdeo c¨®mo fue trabajar con la arquitecta, su obra y la arquitectura ¡°al servicio de las personas¡± que Lina practicaba.
¡°Un profesor me recomend¨® para trabajar con Lina en el proyecto del Sesc Pompeia. Lina llevaba mucho tiempo sin trabajar, hab¨ªa sufrido un juicio militar durante la dictadura y, en 1977, la invitaron a realizar el proyecto del Sesc Pompeia¡±, recuerda el arquitecto. ¡°Yo llegu¨¦ como estudiante, en la f¨¢brica ya hab¨ªa obreros quitando el recubrimiento de las paredes y una mujer al mando. Hab¨ªa unos 300 obreros, con ingenieros y todo, y enseguida me fascin¨® poder trabajar aqu¨ª. Fue un trabajo muy completo que dur¨® nueve a?os¡±, dice Ferraz. Para el arquitecto, Lina habr¨ªa ¡°muerto por segunda vez, de pena¡± si hubiera vivido para ver lo que est¨¢ ocurriendo en el pa¨ªs gobernado por Jair Bolsonaro, la ant¨ªtesis del Brasil que ella imaginaba en sus esbozos.
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