C¨®mo descubrir ciudades engullidas por la tierra sin excavar un gramo de arena
Un equipo de cient¨ªficos de C¨¢diz lidera en Espa?a nuevas formas de arqueolog¨ªa no invasiva basadas en tecnolog¨ªas que escanean el subsuelo
El arque¨®logo L¨¢zaro Lag¨®stena es capaz de descubrir en pocos d¨ªas el trazado completo de calles, edificios o puertos en ciudades que la tierra engull¨® siglos atr¨¢s. Hace a?os que no usa piquetas, palas o brochas, pero puede saber con detalle si, bajo un campo cualquiera de cereal, se oculta desde una necr¨®polis o un edificio que se dedicaba a la alfarer¨ªa. Incluso puede conocer cu¨¢ntos metros c¨²bicos de arena habr¨ªa que extraer para sacarlos a la luz. Lo que este profesor de Historia Antigua llama ¡°la arqueolog¨ªa del futuro¡± ya es, en verdad, el presente de la Unidad de Geodetecci¨®n de la Universidad de C¨¢diz (UCA) que ¨¦l coordina desde 2016. El equipo ha convertido en herramientas de trabajo habituales tecnolog¨ªas no invasivas como georradares, drones o magnet¨®metros hasta hacerse l¨ªderes en esa nueva forma de descubrir e interpretar el patrimonio arqueol¨®gico.
¡°No creo que exista en Europa un equipo de investigaci¨®n que haya podido estudiar seis ciudades romanas en tan poco tiempo y eso solo si nos limitamos a ese periodo hist¨®rico, porque tenemos m¨¢s¡±, avanza orgulloso Lag¨®stena. En cinco a?os, el grupo de entre 8 y 10 investigadores ¡ªen funci¨®n de los alumnos que tiene en formaci¨®n¡ª ha sido capaz de reconstruir el urbanismo oculto de la Hispania romana en Hasta Regia (Jerez de la Frontera, C¨¢diz), Ilici (Alcudia, Elche), Libisosa (Lezuza, Albacete), Balsa (Luz de Tavira, Algarve), Arva (Alcolea del R¨ªo, Sevilla) y Calduba (La Perdiz, Arcos, C¨¢diz). Adem¨¢s, tiene en marcha el de Flavia Sabora (Ca?ete la Real, M¨¢laga). Pero en su porfolio hay muchos m¨¢s hallazgos: m¨¢s de 60 trabajos, entre investigaciones propias y para instituciones p¨²blicas o privadas, en los que han sido capaces de descubrir el urbanismo completo de yacimientos de diversos periodos o colaborar en la localizaci¨®n de fosas de represaliados durante el franquismo.
El empleo de las llamadas tecnolog¨ªas no invasivas a la arqueolog¨ªa no es nuevo ni exclusivo del equipo de Lag¨®stena, pero s¨ª la capacidad de detecci¨®n e interpretaci¨®n que han alcanzado. ¡°Hay empresas privadas, pero no con tanta tecnolog¨ªa. Adem¨¢s, este era un campo de geof¨ªsicos que recurr¨ªan a historiadores o arque¨®logos. Nosotros directamente ya somos multidisciplinares, capaces de interpretar. Nuestro liderazgo viene porque ninguna otra universidad de Espa?a tiene tantos medios¡±, razona el profesor. Pero eso era algo que Lag¨®stena siquiera pod¨ªa imaginar cuando, en 2003, comenz¨® a trabajar en investigaciones arqueol¨®gicas vinculadas a los Sistemas de Informaci¨®n Geogr¨¢fica (SIG), un conjunto de herramientas capaces de interconectar gran cantidad de datos georreferenciados y posicionados en mapas. Fue entonces cuando opt¨® por primera vez a una convocatoria estatal para infraestructuras y equipamiento cient¨ªfico para poder crear su Seminario Agust¨ªn de Orozco. ¡°Me dec¨ªan que eso era mejor para ciencias¡±, rememora el investigador.
Aunque el verdadero salto para la unidad lleg¨® en 2016, despu¨¦s de conseguir financiaci¨®n para adquirir su primer gran georradar. Atado a la bola del remolque de una ranchera, pronto despej¨® las dudas de su utilidad cuando, en apenas dos campa?as de prueba, fue capaz de localizar y trazar la ret¨ªcula del mayor puerto p¨²nico conocido del Mediterr¨¢neo en un campo de cultivo junto al yacimiento de Do?a Blanca (El Puerto de Santa Mar¨ªa). Desde entonces, el equipo de L¨¢zaro ha logrado hasta cuatro proyectos m¨¢s de inversi¨®n con los que ha adquirido medios tecnol¨®gicos por valor de 1,8 millones de euros. Con ellos, funcionan como un servicio perif¨¦rico de la UCA, capaz de desempe?ar contratos para terceros con los que ya han generado hasta 250.000 euros. ¡°Nos contratan otras universidades, diputaciones, museos, ayuntamientos o empresas. Somos competitivos porque no hacemos presupuestos especulativos, solo para cubrir gastos y poder generar ingresos para los investigadores¡±, apunta el coordinador del equipo.
El equipo combina diversas tecnolog¨ªas ¡ªtodas en 3D¡ª para obtener ¡°la mayor cantidad de informaci¨®n sin intervenir en un yacimiento¡±, tal y como explica Lag¨®stena. Con los drones ¡ªhabitualmente, el primer paso de trabajo¡ª, los investigadores ya son capaces de identificar ¨¢reas de inter¨¦s que son visibles a vista de p¨¢jaro y geoposicionar el ¨¢rea de trabajo. Los georradares ¡ªtienen hasta cinco diferentes¡ª trazan los itinerarios urbanos que esconde la tierra a una profundidad de hasta cuatro metros. Con los magnet¨®metros ¡ªya cuentan con dos, que van a ampliar con dos m¨¢s¡ª averiguan todos aquellos lugares en los que hubo combusti¨®n en el pasado, como una necr¨®polis o un centro de producci¨®n cer¨¢mica. Y los sism¨®grafos y toc¨®grafos ¡ªsus pr¨®ximas adquisiciones¡ª les permitir¨¢n llegar hasta oquedades muy profundas, reconstruir niveles geol¨®gicos e incluso diferenciar lo natural de lo humano.
Lag¨®stena guarda el descubrimiento del puerto de Do?a Blanca como una de sus grandes satisfacciones, pero en estos cinco a?os ha habido m¨¢s. Despu¨¦s de a?os de investigaciones propias en la desaparecida Hasta Regia, la unidad fue capaz de reconstruir el trazado completo de esta importante ciudad romana. El inter¨¦s creado en torno a este yacimiento por explorar llev¨® al Parlamento de Andaluc¨ªa a aprobar el pasado mes de julio una propuesta por unanimidad para iniciar las conversaciones con el propietario de los terrenos para su adquisici¨®n. El trabajo de los investigadores de la UCA no solo ha servido para a?adir informaci¨®n sobre c¨®mo era la distribuci¨®n urbana del emplazamiento, sino que es de utilidad para marcar las ¨¢reas de protecci¨®n necesarias de un yacimiento o las posibilidades m¨¢s adecuadas de gesti¨®n, ya que permite saber los puntos concretos donde se encuentran los edificios clave para excavar.
¡°En historia necesitamos informaci¨®n. La arqueolog¨ªa de excavaci¨®n es cara y determinadas fuentes de informaci¨®n est¨¢n agotadas. Este es el futuro¡±, asegura el coordinador de la Unidad de Geodetecci¨®n, integrada en el Instituto de Investigaci¨®n Vitivin¨ªcola y Agroalimentaria (IVAGRO) de la UCA. Adem¨¢s, el profesor defiende que esa capacidad para conocer m¨¢s datos, en menos tiempo y con menos coste hace posible abordar investigaciones territoriales m¨¢s amplias en las que cobran peso la interpretaci¨®n del territorio, el paisaje y la interacci¨®n con ellos, por medio de la agricultura o la gesti¨®n del agua, que se daba en el pasado. ¡°Creamos bancos de informaci¨®n de las experiencias del pasado. Todas las sociedades preindustriales eran sostenibles por fuerza, si recuperas c¨®mo funcionaban, vas en esa l¨ªnea necesaria en el presente. La historia tiene que servir para algo, yo no soy un lujo y soy ¨²til desde el conocimiento¡±, remacha el profesor Lag¨®stena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.