¡®Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos¡¯: Marvel se refresca con la coreograf¨ªa china
El director Destin Daniel Cretton, hasta ahora inmerso en g¨¦neros bien distintos a la acci¨®n, demuestra poder¨ªo y como coguionista ha debido lidiar con el dif¨ªcil engarce con menciones y apariciones del superh¨¦roe oriental en t¨ªtulos anteriores de este universo
El universo cinematogr¨¢fico de Marvel sigue expandi¨¦ndose en variadas direcciones, particularmente la de la inclusi¨®n, con modelos superheroicos lejos de lo hegem¨®nico, aunque seguramente necesarios para seguir conquistando territorios, p¨²blicos y zonas fronterizas no demasiado visitados con anterioridad. As¨ª, tras Black Panther llega Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos, producci¨®n basada en un personaje mitad chino, mitad estadounidense, creado en los a?os setenta ¡ªa ra¨ªz del ¨¦xito de la m¨ªtica serie Kung-Fu¡ª, pero sin continuidad como protagonista en la vertiente editorial desde los a?os ochenta. El mercado asi¨¢tico parece la excusa comercial perfecta, pero la pel¨ªcula, al menos su estupenda primera mitad, cumple con creces.
Las reticencias iniciales sobre su poca relevancia se esfuman en unos minutos, tras la convencional presentaci¨®n en China tanto de la trama general de la magia de los anillos como del personaje del complejo villano del relato, y padre del superh¨¦roe, interpretado por el sin par Tony Leung de Deseando amar. En el momento en que la historia se sit¨²a en Estados Unidos, con Shang-Chi como apocado mozo de hotel, la pel¨ªcula se dispara con una mod¨¦lica primera hora de metraje, y apenas dos secuencias de acci¨®n, pero brillant¨ªsimas en su conjunci¨®n de los tiempos, el sentido del humor y el fant¨¢stico manejo de unos efectos especiales en beneficio de la fisicidad y el realismo dentro de su evidente ficci¨®n: una de ellas con una espectacular coreograf¨ªa de artes marciales en un autob¨²s en marcha por las calles de San Francisco; y la otra, en los mastod¨®nticos andamios de un rascacielos en Macao. Awkwafina, estrella multidisciplinar con evidentes dotes para la comedia, pone adem¨¢s un excelente contrapunto de ocurrencias y desmadre, y el encuentro con la hermana del protagonista, ya en Oriente, resulta igualmente divertido.
Destin Daniel Cretton, director del thriller de tribunales Cuesti¨®n de justicia (2019), hasta ahora inmerso en g¨¦neros bien distintos a la acci¨®n, demuestra poder¨ªo y como coguionista ha debido lidiar con otro problema: el dif¨ªcil engarce con menciones y apariciones del superh¨¦roe oriental en t¨ªtulos anteriores de Marvel, sobre todo teniendo en cuenta que a los fan¨¢ticos no se les escapa una. Lo soluciona a veces con destreza, y otras, con demasiada verborrea y rizando el rizo, caso del enlace con la saga Iron Man a trav¨¦s del personaje de Ben Kingsley.
Ahora bien, con el traslado definitivo de la acci¨®n a la China tradicional y la confrontaci¨®n del h¨¦roe con el pasado que hab¨ªa querido dejar atr¨¢s, la pel¨ªcula se adormece, mucho m¨¢s vinculada con una ordinaria fantas¨ªa de monstruos alados en cuevas, bastante m¨¢s plasta y de un tono de fracasada gravedad. Eso s¨ª, el ep¨ªlogo vuelve a dejar un buen sabor, gracias al humor, a la falta de pretensiones y a un cierre perfecto para una segunda entrega de la rama asi¨¢tica del cada vez m¨¢s tupido ¨¢rbol de Marvel.
SHANG-CHI Y LA LEYENDA DE LOS DIEZ ANILLOS
Direcci¨®n: Destin Daniel Cretton.
Int¨¦rpretes: Simu Liu, Awkwafina, Tony Leung, Meng¡¯er Zhang.
G¨¦nero: fantas¨ªa. EE UU, 2021.
Duraci¨®n: 132 minutos.
Babelia
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