¡®La hija¡¯, el retrato de las pulsiones primitivas
Manuel Mart¨ªn Cuenca presenta una pel¨ªcula opresiva por encima de g¨¦neros que ahonda en la maternidad como necesidad, y con banda sonora de Vetusta Morla
En unos tiempos cinematogr¨¢ficos marcados por diversas reflexiones sobre la maternidad, Manuel Mart¨ªn Cuenca (El Ejido, 56 a?os) aporta al debate La hija, coescrita con Alejandro Hern¨¢ndez, un drama que se presenta en el certamen de San Sebasti¨¢n en su secci¨®n oficial fuera de concurso, tras su buen paso por el festival de Toronto y antes de llegar a las salas el 16 de noviembre. En realidad, es un drama como podr¨ªa ser un filme que levanta testimonio de la actualidad social o un thriller o podr¨ªa consider¨¢rsele un t¨ªtulo de terror moderno: Mart¨ªn Cuenca cuenta c¨®mo Irene, una adolescente embarazada de 15 a?os que vive en un centro de menores que han cometido un delito, es acogida en la casa perdida en el campo, aislada entre monta?as, de Javier, uno de los educadores del centro, de los m¨¢s queridos y admirados, y su esposa Adela. Irene quiere cambiar de vida, y el matrimonio le va a ayudar con una condici¨®n: el beb¨¦ que nazca ser¨¢ para ellos. Es un pacto cogido entre alfileres, sujeto a la palabra dada, que puede saltar por los aires en cualquier momento.
El director asegura que esa mezcla de g¨¦neros no le importa. ¡°Ni siquiera me lo planteo¡±, arranca. ¡°Yo pienso una idea, la debato, la escribimos, y luego alguien ya entrar¨¢ en el g¨¦nero¡±. Afirma que esto mismo ya le pas¨® con su anterior filme, El autor (2017): ¡°Al final no pierdo el tiempo en etiquetas¡±. La premisa con la que comenz¨® este proyecto era ¡°reflexionar sobre una pareja que no puede tener hijos y los quiere, y esa adolescente que puede tenerlos, que est¨¢ embarazada, pero que no lo quiere¡±. ?Qu¨¦ pasar¨ªa en ese pacto, que el cineasta califica ¡°de cristal¡±? ¡°Desde ah¨ª decantamos a los personajes, a esos seres humanos, a animalitos que pelean por la vida¡±.
Y para ello, Mart¨ªn Cuenca le ha regalado a Javier Guti¨¦rrez el papel de un hombre, el educador, que basa su ¨¦xito en la manipulaci¨®n. ¡°Al final, ?qu¨¦ es educar? Padres, madres, profesores... Todos cuando te educan te llevan por un camino, y aunque sea por un buen fin es manipulaci¨®n¡±, explica. ¡°El personaje de Javier ha usado eso durante 20 a?os para hacer el bien, y ahora quiere colmar los deseos de su mujer¡±, adem¨¢s de acallar la sensaci¨®n de destrucci¨®n que pudre su matrimonio. ¡°En la vida, pueden ocurrir muchas cosas, y el desarrollo dram¨¢tico de este guion se pega a la vida, a las pulsiones humanas, incluso animales. Uno de los primeros lectores del texto nos dijo que hab¨ªa algo primitivo en ¨¦l, y eso lo sentimos como un halago¡±, afirma el cineasta. Porque incluso la historia no tiene por qu¨¦ desarrollarse en un tiempo concreto: se mueve en las brumas de la atemporalidad. ¡°Mi concepci¨®n del cine es minimalista, as¨ª que uso muy pocos elementos. En esta ocasi¨®n, hay tres personajes principales y tres secundarios, y poco m¨¢s. De fondo, tel¨®n negro, sensaci¨®n de obra de teatro¡±.
Hay tambi¨¦n en La hija una trama de thriller, con las investigaciones de un polic¨ªa veterano que no ve claro lo que est¨¢ ocurriendo, ¡°que suma a este debate sobre vida y muerte, y es un personaje que escucha en silencio, algo muy, muy complicado de interpretar¡±. Esa capa se a?ade al meollo de la historia, en lo que parece el leiv motiv del cine espa?ol de este oto?o: ?qu¨¦ es ser madre?; ?hasta d¨®nde se puede llegar por ser madre? ¡°Yo rod¨¦ el a?o pasado, sin ser consciente de esta oleada. S¨ª creo que los autores somos permeables al mundo y ves telediarios, lees peri¨®dicos... Normalmente los temas m¨¢s llamativos no importan, pero de fondo hay una energ¨ªa que transmite lo que realmente se est¨¢ cociendo en la sociedad. Y al cabo de las d¨¦cadas, cuando echas la vista atr¨¢s, impregna libros, cuadros, obras de teatro, pel¨ªculas. Tengo un ejemplo: todo el mundo recuerda 2008 como el a?o de la crisis econ¨®mica, la gran debacle. Y en cambio poca gente fue consciente de un cambio social fundamental, crucial: por primera vez la poblaci¨®n urbana super¨® a la rural, alterando un paradigma que nos marc¨® durante milenios. En 2050 la poblaci¨®n urbana ya supondr¨¢ el 70%. Y si te fijas, cuaj¨® el debate de la Espa?a vaciada, algo que en realidad arranc¨® en los a?os cincuenta del pasado siglo. Lo mismo ocurre con la maternidad¡±.
M¨²sica para atm¨®sferas
La hija sufri¨®, y mucho, la pandemia. ¡°Yo mismo pas¨¦ la enfermedad¡±, recuerda el director. ¡°Y el confinamiento par¨® el proyecto. Fue una experiencia muy intensa. Decid¨ª luchar para que afectara a la pel¨ªcula lo menos posible, y como cineasta, si te adaptas a los contratiempos clim¨¢ticos, tienes que ser d¨²ctil ante problemas mayores, como el coronavirus¡±.
De la banda sonora se ha hecho cargo Vetusta Morla. ¡°Quer¨ªa que la m¨²sica tuviera un contraste electr¨®nico¡±, explica el director, de gustos musicales ecl¨¦cticos: en la partitura de la anterior, El autor, particip¨® Jos¨¦ Luis Perales. ¡°Aqu¨ª pens¨¦ de nuevo en rehuir la opci¨®n obvia de un compositor al uso, y busqu¨¦ a alguien que encajara con ese ambiente opresivo de La hija, que sumara a su atm¨®sfera. Pas¨¦ meses d¨¢ndole vueltas, oyendo grupo tras grupo. Y de repente pens¨¦ c¨®mo me gustaban las bases sonoras de Vetusta Morla, un grupo que nunca hab¨ªa hecho un disco sobre esas bases, pero que tiene unas introducciones a las canciones que me fascinan¡±, dice Mart¨ªn Cuenca. ¡°Aceptaron el reto, ha sido maravilloso el proceso de colaboraci¨®n y han hecho una m¨²sica de cuento como la que yo so?¨¦¡±. De paso, crearon una nana para el personaje de Adela, al que da vida Patricia L¨®pez Arnaiz, que a?ade ¡°una polisemia a esa reflexi¨®n: ?qui¨¦n es madre?, ?qu¨¦ es ser madre?¡±.
Babelia
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