¡®La familia Addams 2¡¯: los monstruos no tienen qui¨¦n los describa

Los fabulosos personajes creados por Charles Addams a finales de los a?os treinta en una serie de caricaturas publicadas en la revista The New Yorker tuvieron la infinita suerte de trascender al mundo gracias a La familia Addams, m¨ªtica serie de la entonces incipiente televisi¨®n, emitida entre 1964 y 1966, que hizo que sus integrantes, junto a los coet¨¢neos estrambotes de La familia Monster, conformaran durante generaciones el imaginario de la prole de raritos en un entorno social no solo convencional sino tambi¨¦n eminentemente conservador. Sin embargo, cosa rara pese a las tentativas en diferentes formatos, ninguna de las dos series ha encontrado esa versi¨®n cinematogr¨¢fica indiscutible e imperecedera.

La m¨¢s famosa, La familia Addams, de Barry Sonnenfeld, conten¨ªa abundantes virtudes tanto en la visualizaci¨®n del director como en la confecci¨®n de su reparto ¡ªAngelica Huston, Raul Julia y Christopher Lloyd eran perfectos, y Christina Ricci parec¨ªa haber nacido para interpretar a Mi¨¦rcoles¡ª, pero el guion se agotaba a la media hora en una suerte de tedio argumental que solo escapaba de la discreci¨®n en puntuales estallidos de r¨¦plica c¨®mica. Y a la animada La familia Addams (2019) se la acus¨® casi un¨¢nimemente de desprestigiar el esp¨ªritu cr¨ªtico y gamberro de su creador y, sobre todo, de la serie original, que a pesar de su aparente blancura era capaz de remover los cimientos del perfecto sue?o americano.

No obstante, dos a?os despu¨¦s, aqu¨ª est¨¢ su secuela, La familia Addams 2, dirigida de nuevo por Tiernan y Vernon, que circula por un camino parecido al de la primera con una historia domesticada, m¨¢s para ni?os peque?os que para los adolescentes y adultos a los que estaba destinada la serie de televisi¨®n, desplegada en una doble vertiente: una especie de National Lampoon¡¯s Vacation, o las locas vacaciones de una chiflada familia americana, de ligereza absoluta en su paso por las cataratas del Ni¨¢gara, el Gran Ca?¨®n y otras cimas tur¨ªsticas estadounidenses; y una trama relacionada con un posible cambiazo de beb¨¦s que afecta precisamente a Mi¨¦rcoles. La primera, en el trecho inicial del relato, se aguanta; la segunda, que incluye un cl¨ªmax desarrollado en una mansi¨®n de un mad doctor donde las excelencias de los Addams se pierden, pasando a un segundo plano, es casi infumable. Mientras, en lo formal, el dibujo apenas tiene nada especial ¡ªsi acaso, el singular movimiento al andar de Morticia¡ª, y la negrura inherente a los personajes desaparece en una tentativa de exageraci¨®n f¨ªsica continua, inherente al cartoon cl¨¢sico americano, que no acaba de cuajar.

En tiempos de pandemia, los cr¨ªos fueron los primeros que se incorporaron con cierta naturalidad a la nueva normalidad de las salas, y las pel¨ªculas que los han tenido como objetivo han venido copando buena parte de los primeros puestos de taquilla desde hace meses. La familia Addams 2, como (casi) todas las anteriores, encontrar¨¢ su hueco, pero los Addams (y los Monster) siguen sin tener quien los describa con gracia y precisi¨®n en el cine.