Nick Cave en escena: muerte, m¨²sica y confesi¨®n
El australiano lleva a los escenarios los tres discos en los que reflexiona sobre su hijo adolescente muerto en 2015. Visitar¨¢ en 2022 el Primavera Sound de Barcelona con su banda, The Bad Seeds


Con Nick Cave nunca se sabe. Si se saca la entrada de patio de butacas en una de las primeras filas de un fr¨ªo auditorio y ¨¦l tiene el d¨ªa, se aupar¨¢ a una de ellas con su metro noventa y acabar¨¢ cantando en toda cara de los privilegiados seguidores y rozando sus dedos, como si el show ya fuera solo para ellos. Una experiencia casi m¨ªstica (Into my Arms, Palacio de Congresos de Madrid, mayo de 2015). Pero puede que si se saca la de balc¨®n y esa noche, como la del mi¨¦rcoles pasado en la Salle Pleyel de Par¨ªs, al bar¨ªtono m¨¢s atormentado del rock le de por conversar con los pobres diablos de all¨¢ arriba mientras cantaba eso, Balcony Man ¨D¡±Soy el hombre del balc¨®n / Donde todo es normal hasta que deja de serlo¡±¨D mientras les exig¨ªa que berrearan cada vez que ¨¦l pronunciaba ¡°balcony¡± y si no lo hac¨ªan les gritaba ¡°?fuck!¡±.Esa noche, de nuevo, Par¨ªs era una fiesta. Aunque tambi¨¦n tuvo mucho de funeral.
Nick Cave (Warracknabeal, Australia, 64 a?os) y su viejo compa?ero el multiinstrumentista Warren Ellis (Ballarat, Australia, 54 a?os) llenaron dos noches seguidas este templo de la m¨²sica cl¨¢sica en dos conciertos sorpresa anunciados a mediados de septiembre en medio de la gira que ambos llevan a cabo actualmente. Dos horas y media de m¨²sica de duelo y desesperanza, tambi¨¦n de luz y humor, destiladas en 23 canciones.
Aunque no faltaron viejas composiciones como Henry Lee (del disco Murder Ballads, 1996), Cosmic Dancer (un cl¨¢sico de T.Rex de 1971) o la propia Into my Arms (del ¨¢lbum The Boatman¡¯s Call, 1997), el repertorio, incluidos cuatro extensos y generosos bises, se centr¨® sobre todo en los tres ¨²ltimos discos de estudio de Cave: Skeleton Tree (2016), Ghosteen (2019) y Carnage (2021), especie de trilog¨ªa/eleg¨ªa en recuerdo del hijo muerto. Los dos primeros est¨¢n firmados por The Bad Seeds, la banda que lidera el bardo australiano desde 1984, y el tercero es exclusivamente obra del d¨²o Cave-Ellis. Los tres est¨¢n directamente influidos por la muerte en 2015 de Arthur, uno de los hijos mellizos de Nick Cave y la modelo Susie Bick, quien cay¨® por un acantilado de Brighton (la ciudad inglesa donde vive la familia) tras haber consumido ¨¢cido.
Aquella desgracia pill¨® a Cave grabando Skeleton Tree. El resultado final ya incluy¨® himnos desoladores en memoria de Arthur, como el tema I Need You, interpretada con un aroma de g¨®spel la otra noche en Par¨ªs. De Ghosteen, un disco doble que se divide en dos partes, Los hijos y Los padres, fueron cayendo en el Pleyel pr¨¢cticamente todos los temas: Spining Song (con la que arranc¨® el concierto), Bright Horses, Waiting for You, Galleon Ship, Ghosteen, Hollywood¡ y lo mismo sucedi¨® con Carnage, del que la pareja llev¨® al directo Hand of God, Carnage, White Elephant (recordando al Cave post-punk que nunca muri¨®), Lavender Fields y toda la desolaci¨®n de Shattered Ground, adem¨¢s de la mencionada Balcony Man.
¡°Para m¨ª, Carnage es un mundo en s¨ª mismo, evocador y cinematogr¨¢fico. Eso es algo que nace ya con la composici¨®n propia, entre los paisajes sonoros de Warren y la poes¨ªa de Nick. Desde el punto de vista del sonido, lo importante al arreglar y mezclar un disco como este es mantener esa misma sensaci¨®n hasta el final y no dejar que se rompa la magia¡±, explicaba este jueves desde Londres a EL PA?S el espa?ol Luis Almau, responsable junto a Cave y Ellis de las mezclas y de los arreglos de este disco triste y magistral puesto en pie durante la pandemia: ¡°Ghosteen puso el list¨®n muy alto, pero Nick y Warren siempre intentan ir m¨¢s all¨¢, y para m¨ª han conseguido mantener los rasgos m¨¢s cl¨¢sicos de su trabajo y a la vez seguir sorprendiendo¡±.
En la Salle Pleyel del Faubourg Saint-Honor¨¦ de Par¨ªs, el show transcurri¨® entre Nick Cave aullando y susurrando al borde del escenario o sentado ante un gran piano de cola, Warren Ellis como un m¨²sico callejero ¨Dlo que en realidad fue¨D con su cacharrer¨ªa de violines y teclados de los que extra¨ªa lo mismo notas folk que l¨²gubres sonidos de campana de iglesia. No ser¨¢ este formato, ni mucho menos, el que llevar¨¢n en junio de 2022 al Primavera Sound de Barcelona. Entonces ser¨¢n The Bad Seeds al completo quienes se suban al escenario.
Pero el resultado ser¨¢ el mismo: el ansiado regreso de Nick Cave a la carretera. ¡°Durante la pandemia me sorprendi¨® lo dif¨ªcil que era para m¨ª no tocar en directo. He llegado a la conclusi¨®n de que soy esencialmente una cosa que gira. Echo de menos la emoci¨®n de subir al escenario, la emoci¨®n de la actuaci¨®n, donde todas las dem¨¢s preocupaciones se disuelven en una pura interrelaci¨®n animal con mi p¨²blico¡±.
Lo escribi¨® en una de las entradas de The Red Hand Files, el blog de preguntas y respuestas que Cave se toma ¡°como una oraci¨®n¡± y que mantiene abierto con sus seguidores desde hace justo ahora tres a?os. En esta especie de consultorio que toma el nombre de una de las canciones del m¨²sico, Red Right Hand, lo mismo se habla de m¨²sica que de Dios, de ayuda psicol¨®gica que de amor, de intemperie, de viajes, de giras, de soledad, de muerte, amistad, de humor y de sus legiones de seguidores. El motivo de hacerlo lo revel¨® ¨¦l mismo en septiembre en respuesta a la carta de una tal Chantal, de Sydney: ¡°Por el tremendo poder curativo de la combinaci¨®n de contar y escuchar¡±.
En Par¨ªs, tras dos horas y media de m¨²sica, se despidi¨® as¨ª: ¡°Gracias por venir, para nosotros es muy importante despu¨¦s de todo lo ocurrido. Gracias por recordar c¨®mo ser un p¨²blico¡±.
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