¡®Kafka fragments¡¯, el todo por la parte
La pareja finlandesa formada por la soprano Anu Komsi y el violinista Sakari Oramo han ofrecido una memorable versi¨®n de la obra compuesta por el compositor h¨²ngaro Gy?rgy Kurt¨¢g
Impresionante inicio de la Serie 20/21, la dedicada a m¨²sica contempor¨¢nea, dentro del conjunto de actividades del Centro Nacional de Difusi¨®n Musical. La pareja finlandesa formada por la soprano Anu Komsi y el violinista Sakari Oramo han ofrecido una memorable versi¨®n de los Kafka fragments, del compositor h¨²ngaro Gy?rgy Kurt¨¢g.
Sakari Oramo es mucho m¨¢s que un excelente violinista, su carrera como director de orquesta est¨¢ ampliamente contrastada. Tambi¨¦n su esposa, la soprano Anu Komsi, es mucho m¨¢s que una soprano, es, por ejemplo, creadora y cabeza de la compa?¨ªa de ¨®pera de su ciudad natal, Kokkola, en el floreciente oeste finland¨¦s. Pero ambos cuidan sus presentaciones como d¨²o y, como parece l¨®gico, una pieza maestra para voz y viol¨ªn, como es la de Kurt¨¢g, es bandera de sus actividades.
Kafka fragments es una colecci¨®n de momentos extra¨ªdos de un rico y abigarrado grupo de textos, casi aforismos, de Kafka. Fue compuesta entre 1985 y 1987, a partir de fragmentos, nunca mejor dicho, de los diarios, la correspondencia y algunos otros momentos de la obra del genial checo. Entre sus 40 n¨²meros, hay algunos que no son de Kafka, como, por ejemplo, uno de Elias Canetti. Tambi¨¦n las dedicatorias del compositor son variadas. Kurt¨¢g recuerda a J¨¦ney, Schumann, Pierre Boulez, Robert Klein o Joannis Pilinszky.
Se ha dicho que Kafka fragments tiene mucho de compendio de juda¨ªsmo, lo que parece llevar a la influencia de Schoenberg y su Pierrot Lunaire, todo un antecedente en materia de obras musicales basadas en una suerte de cantatas del siglo XX con reducci¨®n de recursos. Pero, del sexteto y voz de la pieza de Schoenberg, al d¨²o de viol¨ªn y voz de Kurt¨¢g, va un abismo; como sucede tambi¨¦n con el tratamiento vocal, recitado en el austriaco, y bien cantado en el del h¨²ngaro. Con sus cuarenta n¨²meros, la obra es un aut¨¦ntico dietario de miniaturas que, no obstante, dura alrededor de una hora, la obra m¨¢s extensa de Kurt¨¢g, con la excepci¨®n de su reciente ¨®pera sobre Beckett, Final de partida.
Lo sorprendente es que una obra de estas caracter¨ªsticas, y con solo dos int¨¦rpretes, se haga corta. Contribuye a ello la magia de una composici¨®n en estado de gracia, un tratamiento de la voz carnoso, siempre pegado al texto; al lado de un viol¨ªn que es todo un alarde de recursos. Todo ello proporciona una obra de alta expresividad que atraviesa, incluso, la barrera del idioma.
Hab¨ªa expectaci¨®n por ver a la pareja Komsi y Oramo. Especialmente por ver a un Sakari Oramo al viol¨ªn, ya que su probada fama le viene de la direcci¨®n orquestal con la Sinf¨®nica de la radio finlandesa, la Birmingham Symphony, la Filarm¨®nica de Estocolmo o la Sinf¨®nica de la BBC. Pues bien, el matrimonio ha dejado una honda impresi¨®n en una obra de extrema dificultad, tanto en el viol¨ªn como en la extensa gama expresiva y t¨¦cnica que demanda a la soprano. En el torbellino de recursos musicales que desprende esta obra genial, lo que se espera de un d¨²o de estas caracter¨ªsticas roza la haza?a y salir bien parados de la prueba no est¨¢ a la altura de cualquiera. As¨ª que, la cita madrile?a se ha convertido en un festival art¨ªstico admirable del que ser¨ªa interminable destacar tal o cual momento.
Para el ciclo contempor¨¢neo del CNDM, este inicio de temporada es tanto un ¨¦xito como una referencia que deja la cota muy alta para pr¨®ximas citas.
Babelia
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