Danza bella, fr¨ªa, generosa
La compa?¨ªa Metamorphosis Dance, que lideran Iratxe Ansa e Igor Bacovich, estrena ¡®CreAcci¨®n¡¯, una deslumbrante coreograf¨ªa guiada por la b¨²squeda de la belleza formal
CreAcci¨®n, deslumbrante coreograf¨ªa estrenada (y ovacionada) la noche del s¨¢bado 6 de noviembre en el Museo Universidad de Navarra (MUN) de Pamplona, bien podr¨ªa cerrar tr¨ªptico junto a Al desnudo e Izkarrizketa Ilunak, trabajos que han delimitado las coordenadas, principalmente est¨¦ticas, en las que se mueve Metamorphosis Dance, la compa?¨ªa que lideran desde Alcorc¨®n los muy condecorados Iratxe Ansa e Igor Bacovich. Ella, Premio Nacional de Danza el a?o pasado y Mejor Int¨¦rprete en los Max hace apenas semanas. ?l, recientemente distinguido con La Esfera de Oro para la Danza, relevante galard¨®n de Italia, su pa¨ªs de origen.
Abstracta y guiada por una b¨²squeda expl¨ªcita de la belleza formal, la nueva creaci¨®n mueve de manera incesante pero controlada a cinco precisos y acertados bailarines por un espacio siempre dominado ¡ªy progresivamente invadido¡ª por un inteligente dispositivo escenogr¨¢fico, ideado por Bacovich, que es a un tiempo iluminaci¨®n y decorado, unos tubos blancos de ne¨®n con vida propia que terminan configurando una suerte de instalaci¨®n pl¨¢stica m¨®vil, responsable en buena medida de la muy cuidada est¨¦tica de la propuesta.
El movimiento es abrumador, exigente y virtuoso. Ansa ha decidido esta vez quedarse a controlar el todo desde fuera y Bacovich, bailar¨ªn felino y sigiloso, adquiere un mayor protagonismo a trav¨¦s de varios solos que parecen articular las transiciones entre las diferentes escenas, que se suceden r¨¢pidas y claramente orquestadas desde las pautas que parece dictar ese dispositivo escenogr¨¢fico omnipresente y en permanente transformaci¨®n.
El trabajo, desarrollado concienzudamente por el t¨¢ndem Ansa-Bacovich, tiene referentes claros y evocaciones concisas. En las preocupaciones formales acusa la huella de algunos de los core¨®grafos asociados al Nederlans Dans Theater (NDT), de La Haya, para los que la int¨¦rprete donostiarra bail¨® durante su estancia en esa casa: el Jiri Kyli¨¢n m¨¢s abstracto, la espectacularidad de Sol Le¨®n y Paul Lightfoot, el ingenio de Crystal Pite¡ Hay ecos tambi¨¦n de aquel William Forsythe que deconstru¨ªa la t¨¦cnica cl¨¢sica al servicio de la modernidad, incluso la m¨²sica original de Jos¨¦ Belda, en no pocas ocasiones, recuerda esos ritmos met¨¢licos y secos como latigazos de Thom Willems, compositor fetiche del reputado core¨®grafo norteamericano. Pero, hay que resaltar, no son imitaciones sino c¨®digos y modos de hacer que parecen estar grabados en el inconsciente y ADN de Metamorphosis, que sorbe de sus propias referencias.
A lo mejor un poco excedida en la duraci¨®n, pareciera por momentos que CreaAcci¨®n intenta abordar el terreno de las emociones ¡ªun amago de humor por aqu¨ª, un intento de lirismo m¨¢s all¨¢¡ª pero les puede m¨¢s su obsesiva preocupaci¨®n por la perfecci¨®n en las formas y la ejecuci¨®n que, en conjunto con los dem¨¢s elementos esc¨¦nicos, exentos todos de calidez, terminan favoreciendo una atm¨®sfera de oscuridad y baja temperatura. Bella, pero racional y fr¨ªa.
Hasta aqu¨ª lo que se ve. Pero es que con esta pieza, Metamorphosis ha iniciado tambi¨¦n una metodolog¨ªa original y generosa, en la que desde el minuto cero ha convocado a unas 10 personas ajenas a la danza, principalmente estudiantes de la Universidad de Navarra, a las que no solamente dieron acceso a todo el proceso, incluidos dificultades, dudas y problemas, sino que se les permiti¨® ofrecer ideas y aportaciones que fueron el punto de arranque dramat¨²rgico y coreogr¨¢fico. Con esta pr¨¢ctica orientada a crear p¨²blicos cr¨ªticos y enterados en asuntos de danza, han sido tremendamente generosos, pero tambi¨¦n han tra¨ªdo nuevas ideas e incentivos para los procesos creativos internos de la compa?¨ªa.
El grupo, que figura como coautor de la coreograf¨ªa, tuvo un encuentro con el p¨²blico despu¨¦s de la funci¨®n y, emocionados (una de ellas no pudo contener las l¨¢grimas durante su intervenci¨®n), desvelaron sus aportaciones, verificables, a la nueva obra. Es una forma de trabajo que tambi¨¦n dej¨® entusiasmados a Iratxe Ansa e Igor Bacovich, que no dudan en asegurar que se est¨¢n planteando instaurarlo como forma de trabajo para futuras producciones. Una idea innovadora y eficaz que, sin duda, supone un privilegio para unos espectadores que, a partir de ahora, ver¨¢n la danza, cualquier danza, con otros ojos. El proyecto fue recibido con benepl¨¢cito por el MUN, que les ha coproducido, en tanto que encaja con su idea, nada desde?able, de hacer aproximaciones reales de acercamiento entre p¨²blico y danza, en el ¨¢mbito de un museo.
Babelia
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