Una joya del rom¨¢nico castellano queda da?ada por un misterioso arreglo con cemento
Los vecinos de Castronu?o (Valladolid) denuncian la intervenci¨®n ilegal en una iglesia del siglo XIII ante a la inacci¨®n de Patrimonio
La iglesia rom¨¢nica de Santa Mar¨ªa del Castillo erigida en Castronu?o, Valladolid, una localidad de 860 habitantes, lleva desde el siglo XIII en lo alto del pueblo. Recientemente alguno de los habituales paseantes repar¨® alarmado en un elemento inesperado en esa construcci¨®n hist¨®rica: cemento gris. Alguien hab¨ªa cogido la paleta y el mortero y hab¨ªa apa?ado por su cuenta un Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) seg¨²n la Junta de Castilla y Le¨®n. Esta intervenci¨®n irregular ha da?ado el valor art¨ªstico del templo y abre dos inc¨®gnitas en Castronu?o: qui¨¦n lo ha hecho y, sobre todo, cu¨¢ndo. Unos vecinos creen que ha ocurrido hace poco; otros sostienen que lleva tiempo as¨ª, pero que nunca nadie se hab¨ªa percatado del da?o. Ahora en el pueblo intentan descubrir al autor de la chapuza mientras acusan a la Junta de no actuar a tiempo y acometer las evidentes mejoras que necesita el edificio.
Caminar alrededor de las paredes de las naves laterales del templo permite disfrutar de unas amplias vistas del r¨ªo Duero que surca el inmenso p¨¢ramo castellano. En esos muros se ven varios arreglos que contrastan con el tono marr¨®n claro de la piedra de estas construcciones. El alcalde, Enrique Seoane (representante del grupo municipal Tu pueblo toma la palabra), se resigna mientras se?ala un ventanuco cerrado con cemento, a unos cuatro metros de altura, algo que denota que el pe¨®n an¨®nimo necesit¨® subirse a una escalera ¡°con una caldereta¡± para lograr su prop¨®sito sin que nadie lo viera. El regidor critica que haya actuado as¨ª, pero habla de unas amplias grietas de la nave en la que los hierbajos crecen sin freno, y cuyo tejado necesita reparaci¨®n: ¡°Lo del cemento es una an¨¦cdota¡±.
El regidor destaca que la protecci¨®n y conservaci¨®n que deber¨ªa acarrear el estatus de BIC supone una traba para que la Diputaci¨®n o entidades locales puedan sufragar mejoras: ¡°No se puede hacer nada sin el visto bueno del Arzobispado y de Patrimonio, aqu¨ª no llega el dinero¡±. Actualmente la Junta est¨¢ restaurando unos retablos, algo que seg¨²n el alcalde se queda corto porque ¡°sin estructura de poco sirve¡±. Lo que m¨¢s lamenta es que se intervenga ¡°demasiado tarde¡±.
El Arzobispado de Valladolid ha anunciado que eliminar¨¢ los parches de cemento que han despertado las protestas, aunque sigue dudando de la ¨¦poca en la que se introdujeron esos apa?os caseros en la estructura. Por su parte, portavoces de Patrimonio explican que estas actuaciones de ¡°personas sin cualificaci¨®n¡± carecen de autorizaci¨®n y que tras recibir la noticia deben ¡°investigar para valorar el impacto de la actuaci¨®n, la responsabilidad y la reparaci¨®n¡± y coordinarse con la di¨®cesis para reparar el da?o.
Las obras ilegales ofenden al doctor en historia del Arte de la Universidad de Valladolid Javier Cast¨¢n, que ha dedicado varias publicaciones a la ermita del Santo Cristo de San Juan. ¡°Parece dif¨ªcil de creer que en una poblaci¨®n de 800 habitantes nadie haya visto a la persona o personas que han intervenido de esa manera tan chapucera e irresponsable, salvo que estemos ante un nuevo caso Cecilia / Ecce Homo de Borja [en alusi¨®n a otra restauraci¨®n cuestionable de un patrimonio art¨ªstico]¡±, reflexiona el acad¨¦mico.
El experto ensalza el templo, obra culmen del rom¨¢nico castellanoleon¨¦s tard¨ªo, pues la iglesia cuenta con algunas pinceladas de estilo g¨®tico, y censura lo ocurrido. El lugar acoge adem¨¢s la capilla funeraria del prior de los Hospitalarios de San Juan, Fern¨¢n Rodr¨ªguez de Valbuena, figura crucial en el reinado de Alfonso XI, de cuyas haza?as glosan cr¨®nicas, romances y poemas, y que se hizo construir en Castronu?o un ¡°patronazgo privado¡± algo poco frecuente en la ¨¦poca.
A la desaz¨®n del alcalde sobre el da?o causado al templo rom¨¢nico ¡ªlas ¨²ltimas mejoras en la estructura se realizaron, dice, hace 60 a?os¡ª, se une el malestar de tres obreras que trabajan en las calles del municipio. Las mujeres, que rechazan dar su nombre, comentan de broma que ellas no han sido pese a su maquinaria, y niegan saber qu¨¦ castronu?ero habr¨¢ combinado ¡°ignorancia y buena fe¡± para reparar as¨ª el templo.
Carmen Lucas y Carmen Francisco, de 44 y 49 a?os, caminan junto al mirador del Duero y tildan de ¡°sinverg¨¹enza¡± al obrero inesperado, pues por mucho que ¡°hab¨ªa que arreglarlo¡± esta no era la forma. Ni siquiera en el bar El Descanso, habitual foro de confesiones y tertulias, conocen la autor¨ªa del desastre. El camarero, ?ngel Villareal, sostiene que sus parroquianos han protestado porque el art¨ªfice ni se tom¨® la molestia de emplear cemento blanco para que se apreciara menos en los muros. Ahora bien, atenci¨®n a las represalias contra el chapuzas: ¡°Si le pillan, que le sacudan. Es un atentado a un monumento hist¨®rico¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.