Agust¨ª Villaronga, la lucha por la supervivencia creativa de un cineasta diferente
El director estrena ¡®El ventre del mar¡¯, que hace un paralelismo entre el naufragio en 1816 de la fragata ¡®La medusa¡¯ y las traves¨ªas actuales de pateras en el Mediterr¨¢neo. ¡°El destino deja a muchas personas tiradas en la cuneta¡±, explica
Durante muchos a?os, Agust¨ª Villaronga (Palma, 68 a?os) ha sido un verso suelto en el cine espa?ol, el elemento discordante en una narrativa oficial. Su b¨²squeda de temas arriesgados (Tras el cristal, El mar, su aportaci¨®n a Aro Tolbukhin. En la mente del asesino, Incierta gloria) encontr¨® mayor eco con Pa negre (2010). Su El ventre del mar, que se estrena este viernes en salas comerciales, le devuelve a su senda personal tras su paseo por la superproducci¨®n de encargo con Nacido rey (2019), un biopic producido por Andr¨¦s Vicente G¨®mez para mayor gloria de la casa real saud¨ª. ¡°La rod¨¦ con mucho cari?o. Y para una vez que hago una con mucho dinero [20 millones de euros], ni se estrena en Espa?a¡±, cuenta riendo por tel¨¦fono. La batalla contra una enfermedad le retiene en casa, pero su voz suena animada. Su cine tambi¨¦n anda de buen humor: su adaptaci¨®n en blanco y negro de un cap¨ªtulo de Oc¨¦ano mar, de Alessandro Baricco, le report¨® en el festival de M¨¢laga los premios a mejor pel¨ªcula, direcci¨®n, m¨²sica, fotograf¨ªa, guion y actor (para Roger Casamajor): jam¨¢s un filme hab¨ªa ganado tantas Biznagas, el trofeo que otorga el certamen andaluz.
Villaronga traza un paralelismo entre la historia del naufragio en 1816 de la fragata La medusa, y los 13 d¨ªas que vagaron por el mar los 151 supervivientes iniciales en una balsa, de los que solo quedaron 15 cuando fueron rescatados, y las traves¨ªas actuales de pateras en el Mediterr¨¢neo, repletas de seres humanos a la b¨²squeda de una vida mejor. ¡°Los derrotados nunca tienen fortuna¡±, se escucha en la pel¨ªcula. Villaronga apostilla: ¡°Puede que nunca no, pero desde luego lo tienen muy dif¨ªcil. El mundo de hoy ejemplifica esta situaci¨®n. Se puede ver en lo que ocurre en ?frica, o en la lucha de clases, que reflejo en la pel¨ªcula en el enfrentamiento entre oficiales y mariner¨ªa¡±. En el hecho hist¨®rico los militares de mayor graduaci¨®n asesinaron en la balsa ¡ªconstruida con maderas de la fragata y abandonada por los otros botes de La medusa¡ª a pasajeros y subordinados, y a los heridos se les tir¨® por la borda.
El desastre de La medusa no solo ha inspirado estas obras, sino tambi¨¦n otras pel¨ªculas, novelas, obras de teatro y el famoso cuadro de Th¨¦odore G¨¦ricault, paradigma del romanticismo franc¨¦s. En el inmenso ¨®leo se refleja el dolor y la desesperaci¨®n, en la novela de Baricco y en la pel¨ªcula de Villaronga se apunta adem¨¢s la falta de empat¨ªa social. ¡°Siempre ha existido. Ante la lucha por la supervivencia, acaba triunfando el ego¨ªsmo¡±. Los supervivientes de la balsa no salieron de aquella vicisitud convertidos en mejores personas, algo que tambi¨¦n se auguraba al inicio de la pandemia. ¡°No eres el primero que me habla de ese paralelismo, del que no estoy muy convencido. Yo s¨ª he visto solidaridad en esta crisis del coronavirus. Tampoco soy un ingenuo: hemos salido como hemos salido... aunque no me gusta mucho hablar de la pandemia¡±.
Para Baricco, recuerda el cineasta, ¡°las personas que han sufrido situaciones terribles permanecen inconsolables para siempre, porque el escritor es pesimista; yo en cambio no creo que todos seamos iguales¡±. Y usa como referentes los testimonios de los campos nazis de exterminio. ¡°Tampoco pienso, como se dice en la pel¨ªcula, que el destino est¨¦ marcado. Algo podremos hacer los seres humanos con nuestro albedr¨ªo¡±.
El ventre del mar pertenece al cine m¨¢s personal de Villaronga, se engarza f¨¢cilmente con ideas y atm¨®sferas de Aro Tolbukhin y El mar. ¡°Llevo casi dos d¨¦cadas con esta historia, y primero la intent¨¦ estrenar como obra de teatro con dos personajes, a los que encarnar¨ªan Eduard Fern¨¢ndez y Dar¨ªo Grandinetti con mon¨®logos continuos [en la pel¨ªcula se mantiene ese enfrentamiento entre dos supervivientes, el m¨¦dico Savigny (interpretado por Roger Casamajor) y el marinero raso Thomas (?scar Kapoya)]. No lo logr¨¦ justo antes de la pandemia. Y durante el confinamiento pens¨¦ que ah¨ª hab¨ªa una pel¨ªcula. La rod¨¦ en Mallorca al acabar la cuarentena, con un presupuesto exiguo, y con una libertad creativa total, gracias a un equipo muy unido¡±.
La carrera del director ha quedado marcada por su innata habilidad para describir la huella de los conflictos b¨¦licos y de los desastres en el ser humano, c¨®mo las podredumbres morales llevan al enfrentamiento. ¡°Mirando para atr¨¢s, reconozco que me atrae c¨®mo las situaciones dif¨ªciles marcan la infancia de la gente, c¨®mo el destino deja a muchas personas tiradas en la cuneta. Nunca he sido capaz de hacer pel¨ªculas amables, tiendo al cariz tr¨¢gico. En El ventre del mar se dice que las cosas son m¨¢s de verdad cuando se atraviesan momentos terribles. Me ha dejado huella un cineasta que a algunos les parecer¨¢ antiguo, Ingmar Bergman, que siempre se meti¨® a fondo en los temas¡±, reflexiona. Villaronga habla de Bergman, pero a quien le escribi¨® de adolescente una carta fue a Rossellini. ¡°Yo quer¨ªa ir a su escuela, es verdad. Me rechazaron por ser demasiado cr¨ªo. Hoy su cine no me gusta tanto. Ahora quien me apasiona es Pasolini, al que cuando yo era joven no fui capaz de apreciar. Me parece un artista completo¡±.
Aunque no encuentro gente muy cercana a mi estilo, hoy creo que no soy un bicho raro. Sencillamente, hago lo que puedo¡±
Entre sus deseos de futuro, Villaronga espera mantener su ilusi¨®n: ¡°Quiero mucho el cine, no me puedo sentir mercenario. Nacido rey ten¨ªa alicientes a?adidos adem¨¢s del econ¨®mico, como rodar en pa¨ªses ¨¢rabes. No me he involucrado en algunos encargos porque no me he visto en ello, la verdad¡±. Tampoco tiene plan b, como el que le llev¨® a trabajar en una pasteler¨ªa en los a?os noventa, despu¨¦s del estreno de El ni?o de la luna. ¡°Ya ni sabr¨ªa c¨®mo hacer pasteles... Estuve siete a?os fuera de circulaci¨®n, y dud¨¦, dud¨¦ mucho sobre si dirigir¨ªa de nuevo¡±. ?El destino de un perro verde en la industria cinematogr¨¢fica espa?ola? ¡°Aunque no encuentro gente muy cercana a mi estilo, hoy creo que no soy un bicho raro. Sencillamente, hago lo que puedo¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.