Marilyn Manson: la ca¨ªda al infierno del fantoche del rock
Celebrado como provocador bicho raro, el m¨²sico vive una decadencia musical y personal despu¨¦s de las denuncias de acoso sexual de algunas de sus exparejas
Hubo un tiempo en el que Marilyn Manson sedujo a cierta intelectualidad. Mentes preclaras de gustos retorcidos, como los cineastas David Lynch o Tim Burton, el actor Shia LaBeouf, el documentalista Michael Moore o el gur¨² del rock avanzado y cabecilla del grupo Nine Inch Nails, Trenz Reznor. Todos admiraron la tenebrosa personalidad de Brian Hugh Warner, nombre real del m¨²sico (Ohio, Estados Unidos, 52 a?os). Lynch lleg¨® a decir de ¨¦l que le parec¨ªa ¡°un artista sensacional¡±. Quiz¨¢ lo fuera, con discos como Antichrist Superstar (1997) y canciones como The Beautiful People. Hoy ya no: a una decadencia art¨ªstica se han sumado las denuncias de acoso sexual contra el cantante, entre ellas las de exparejas como las actrices Evan Rachel Wood, Esm¨¦ Bianco o la modelo Ashley Morgan Smithline .
Estos d¨ªas se ha publicado un informe detallad¨ªsimo en la revista Rolling Stone con algunos pasajes terror¨ªficos. El extenso reportaje se titula Marilyn Manson: Un monstruo escondido ante nuestros ojos. Este peri¨®dico se ha puesto en contacto con uno de los dos autores, el periodista Kory Grow, que ha declinado amablemente realizar declaraciones ¡°prefiriendo dejar que el reportaje hable por s¨ª solo¡±. En el art¨ªculo, varias mujeres narran las supuestas atrocidades a las que les somet¨ªa el cantante. Muchas de ellas ocurridas en una dependencia de su casa en West Hollywood que ellas aseguran que el cantante denomina ¡°la habitaci¨®n de las chicas malas¡±. Las demandas ya est¨¢n puestas y la investigaci¨®n sigue su curso. Hace diez d¨ªas la polic¨ªa irrumpi¨® en la mansi¨®n del cantante en busca de pruebas.
Las provocaciones del m¨²sico durante 30 a?os de carrera adquieren ahora un tono siniestro. En 2009 declar¨® al diario brit¨¢nico The Guardian: ¡°El miedo es algo que inculco en otras personas, en su mayor¨ªa chicas j¨®venes¡±. Nadie se rasg¨® las vestiduras: es Marilyn Manson, ya se sabe, un fantoche. Su primer disco, Portrait of an American Family (1994), se cierra con la canci¨®n Misery Machine. Al final del tema se incluye, en tono burlesco, un mensaje de voz telef¨®nico de una madre preocupada por su hijo. En aquella ¨¦poca, Marilyn Manson estaba comenzando su carrera y para mantener el contacto con sus escasos seguidores les ped¨ªa al final del concierto su direcci¨®n con el objetivo de enviarles fotos y material promocional. El mensaje de la madre dice: ¡°Quiero a mi hijo fuera de su lista de correo. Me he puesto en contacto con la oficina de correos sobre el material pornogr¨¢fico que est¨¢n enviando a mi hijo. No quiero que nos env¨ªen nada m¨¢s. Si recibo alg¨²n material m¨¢s de esta banda ir¨¦ a mi abogado. Gracias y adi¨®s¡±. Otra de las demandantes, la modelo Sarah McNeilly, se?ala en Rolling Stone: ¡°La violencia f¨ªsica fue casi un alivio. La mierda mental por la que te hace pasar, que infecta tu cerebro, solo quieres que se detenga¡±.
El ¨¦xito de Marilyn Manson se forj¨® en los noventa en dos direcciones: hacerse un hueco en la nueva ola del metal que se viv¨ªa en aquellos momentos (Pantera, Korn, Alice In Chain, Sepultura. Nine Inch Nails¡), y proyectar una imagen truculenta y sangrienta. El plan era provocar y los truculentos v¨ªdeos que pasaban por televisi¨®n le permiti¨® entrar en los hogares de los estadounidenses. Sus ataques a la religi¨®n, sus mensajes sobre una poblaci¨®n alienada por el poder, su gusto por el sadomasoquismo cutre¡ Demasiado para las familias m¨¢s conservadoras. Le pusieron en la diana. Paralelamente un grupo de artistas respetados se sinti¨® atra¨ªdo por su imagen turbia y sus mensajes antiestablishment. Entre otros, Trenz Reznor, figura reivindicada por David Bowie, que fich¨® al grupo para su sello; o David Lynch, que incluye su versi¨®n de un tema de Screamin Jay Hawkins, I Put a Spell On You, en su pel¨ªcula Carretera perdida (1997). Con Lynch la relaci¨®n discurri¨® fluida durante un tiempo: en 2010 inauguraron la exposici¨®n conjunta Genealog¨ªas del dolor. Manson aportaba cuadros de figuras deformadas y Lynch las acompa?aba de v¨ªdeos.
Y luego est¨¢ su participaci¨®n en el documental de Michael Moore Bowling for Columbine (2002). Hay un momento en este filme que funciona como term¨®metro de lo popular que era Marilyn Manson en esa ¨¦poca. Buscando un ide¨®logo involuntario de aquella tragedia que se sald¨® con 12 estudiantes muertos debido a los disparos de Eric Harris y Dylan Klebold (ambos de 18 a?os), la ultraderecha se?al¨® a Marilyn Manson. ?Por qu¨¦? Se dijo que los asesinos eran seguidores del rockero y que las letras, las declaraciones y la est¨¦tica de Manson generaron una mala influencia en ellos. No se aportaron pruebas. Michel Moore entrevist¨® al m¨²sico para el documental en una especie de pasillo de un vestuario, quiz¨¢ el improvisado camerino de un concierto de la estrella en un recinto deportivo. Mientras Manson daba explicaciones de por qu¨¦ le hab¨ªan elegido a ¨¦l, Moore, por entonces azote de la derecha estadounidense, asent¨ªa con la cabeza de forma continuada. Manson le estaba convenciendo. Era un tipo locuaz, inteligente, un conejillo de Indias perfecto que funcionaba como cortina de humo para no responsabilizar a un pa¨ªs con grandes dosis de violencia y que permit¨ªa venta de armas en los supermercados. Eso daba a entender Moore con sus cabezazos de asentimiento.
Musicalmente, sus dos mejores obras fueron Antichrist Superstar (1996) y Holy Wood (2000). De este ¨²ltimo, el cr¨ªtico Alec Chillingworth dijo en la revista referencial del g¨¦nero duro Metal Hammer: ¡°Una haza?a art¨ªstica gigantesca que pasar¨¢ a la historia como la declaraci¨®n definitoria de Manson¡±. Pero quiz¨¢ la m¨²sica que m¨¢s se escuche en el mundo de este artista sean sus recreaciones de cl¨¢sicos. Como Sweet Dreams, de Eurythmics; Personal Jesus, de Depeche Mode; Tainted Love, de Soft Cell, o Rock and Roll Nigger, de Patti Smith. La m¨²sica de Manson se entiende en un periodo concreto, de mediados de los noventa a principios de los 2000, cuando el heavy metal se moderniza, recogiendo ritmos y sonidos de la m¨²sica electr¨®nica e industrial. Al final de la primera d¨¦cada de los 2000 su popularidad se empez¨® a quebrar. Lo comprobamos en Espa?a en 2009 con un desastroso concierto en el festival Kobetasonik de Bilbao y en diciembre del mismo a?o en la actuaci¨®n m¨¢s desangelada que se recuerda en el Palacio de los Deportes de Madrid (hoy WiZink Center). Sus fanfarronadas ya no resultaban peligrosas y su actitud err¨¢tica hizo descender sus conciertos al terreno de la caricatura. Trenz Reznor ya se hab¨ªa apartado de ¨¦l. ¡°Es un tipo malicioso y pisar¨¢ la cara de cualquiera para tener ¨¦xito y cruzar cualquier l¨ªnea de la decencia¡±, se?al¨® a la revista Mojo el l¨ªder de Nine Inch Nails.
Los abogados del m¨²sico no paran de negar ¡°categ¨®ricamente¡± las acusaciones de acoso. ?l escribi¨® en su cuenta de Instagram: ¡°Mis relaciones ¨ªntimas siempre han sido completamente consensuadas y con parejas afines. Esa es la verdad, independientemente de c¨®mo y por qu¨¦ otros ahora eligen tergiversar el pasado¡±. Tambi¨¦n se ha pronunciado la actriz y dise?adora de moda Dita Von Teese, que tuvo una relaci¨®n con Manson de seis a?os, matrimonio incluido: ¡°Los detalles que se han hecho p¨²blicos no coinciden con mi experiencia personal¡±. En cuanto se hicieron p¨²blicas las acusaciones, su manager le dej¨® y su sello discogr¨¢fico le despidi¨®. Marilyn Manson no tiene conciertos programados para los pr¨®ximos meses.
Su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica, el pasado 1 de noviembre, se produjo en una situaci¨®n, cuanto menos, llamativa: todo vestido de blanco, con capucha y la boca tapada, al lado de Justin Bieber y Kanye West, en una de las surrealistas misas musicales que el controvertido rapero ofrece trimestralmente. Se llaman Sunday Service. Para West se trata de una ¡°experiencia curativa y cristiana¡±. Y Marilyn Manson, el acorralado mes¨ªas de la oscuridad y adepto al infierno, estaba all¨ª.
Babelia
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