El rescate de Ana?s Nin descubre su cara m¨¢s ingenua
Se publica por primera vez en espa?ol ¡®La intemporalidad perdida¡¯, el primer libro de relatos de la autora, escrito en el Par¨ªs de los a?os veinte
Cuando termin¨® de escribir los 16 relatos que componen La intemporalidad perdida, que Lumen acaba de publicar por primera vez en espa?ol, Nin ten¨ªa 26 a?os y a¨²n no hab¨ªa conocido al escritor estadounidense, bohemio, de mediana edad, con quien estar¨ªa una d¨¦cada enredada. Compa?era de cama y mecenas de Henry Miller, gracias a la fortuna de su marido, Hugh Guiler, la francesa de origen cubano, criada entre Par¨ªs y Nueva York, fue fundamental ...
Cuando termin¨® de escribir los 16 relatos que componen La intemporalidad perdida, que Lumen acaba de publicar por primera vez en espa?ol, Nin ten¨ªa 26 a?os y a¨²n no hab¨ªa conocido al escritor estadounidense, bohemio, de mediana edad, con quien estar¨ªa una d¨¦cada enredada. Compa?era de cama y mecenas de Henry Miller, gracias a la fortuna de su marido, Hugh Guiler, la francesa de origen cubano, criada entre Par¨ªs y Nueva York, fue fundamental en la creaci¨®n de Tr¨®pico de C¨¢ncer y Tr¨®pico de Capricornio. Tanto as¨ª que no solo coste¨® la edici¨®n del primero de estos libros y corri¨® con los gastos del autor para que pudiera dedicarse a escribir, sino que, como ha quedado probado, sus notas sobre la mujer de Miller, June ¡ªcon quien la escritora tambi¨¦n tuvo un affaire¡ª, acabaron incorporadas en la novela de ¨¦l.
Aquel legendario idilio que arranc¨® en Par¨ªs en 1931 pas¨® a la historia de la literatura e hizo de Nin un estandarte de mujer liberada, ad¨²ltera y b¨ªgama. Esto ¨²ltimo se supo tiempo despu¨¦s cuando los obituarios en Los Angeles Times y The New York Times, al hacer referencia a su viudo, daban nombres distintos (Hugh Guiler y Rupert Pole), y los dos resultaron ser correctos. Corr¨ªa 1977 cuando Nin mor¨ªa a los 73 a?os, reivindicada como icono por las feministas de la Segunda Ola y convertida, al fin, en una estrella literaria tras 40 a?os en los m¨¢rgenes.
La intensa vida de Ana?s Nin y su obra est¨¢n inextricablemente unidas. De los nueve libros que imprimi¨® en vida, cuatro fueron autoeditados y la cr¨ªtica, con Edmund Wilson a la cabeza, solo alab¨® los relatos reunidos en Una campana de cristal a finales de la d¨¦cada de 1940. La fama le lleg¨® en los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de los sesenta con la publicaci¨®n de una edici¨®n purgada de una parte de sus diarios, una obra que Nin empez¨® a escribir de ni?a en el largo viaje que la llev¨® de Par¨ªs a Nueva York, cuando su padre abandon¨® a la familia.
Nin estuvo abierta al poliamor mucho antes de que esa palabra surgiera y arrebatara a una generaci¨®n, y quiz¨¢ en parte por esa agitada y poco convencional vida sentimental su reiterado regreso a la mesa de novedades de las librer¨ªas siempre despierta el inter¨¦s de nuevos y j¨®venes lectores. Una prueba de ello ha sido el c¨®mic editado este a?o y firmado por L¨¦onie Bischoff, Ana?s Nin en un mar de mentiras (Garbuix Books), que reivindica su figura. ¡°En los pa¨ªses donde siempre se ha vendido el trabajo de Nin han aumentado las ventas en los ¨²ltimos a?os¡±, se?ala por correo electr¨®nico Tree Wright, agente literario desde hace una d¨¦cada de The Ana?s Nin Trust. ¡°Probablemente la adaptaci¨®n televisiva de P¨¢jaros de fuego ha ayudado a darla a conocer a un p¨²blico nuevo. Pero lo cierto es que su escritura tiene eco y se percibe como muy actual, aunque haya transcurrido tanto tiempo de su muerte¡±.
Los cuentos rechazados de Nin
Para quienes ya han le¨ªdo las obras de Nin, los cuentos de La intemporalidad perdida descubren una faceta poco conocida de una autora cuya fama no ha estado exenta de reveses p¨®stumos y ca¨ªdas en desgracia. Con un cierto aire on¨ªrico y psicoanal¨ªtico y un inconfundible ambiente de los locos a?os veinte y de la sensibilidad surrealista, los nuevos relatos no contienen el marcado tono sexual que Nin desarrollar¨ªa m¨¢s adelante. Hay pulsiones art¨ªsticas, atracci¨®n, bailarinas flamencas y escritores, mujeres j¨®venes seductoras que a¨²n no son del todo conscientes de su poder. Estos cuentos fueron escritos entre 1928 y 1931, cuando la autora viv¨ªa en Par¨ªs con su marido, el poeta banquero Guiler, y fueron rechazados por todas las publicaciones y editoriales a las que los envi¨®.
En los a?os setenta Nin public¨® La intemporalidad perdida en una tirada corta que no comercializ¨® y con un pr¨®logo en el que reconoc¨ªa que, aunque los cuentos no mostraban su estilo plenamente desarrollado, ayudaban a entender su evoluci¨®n como escritora, y eso pod¨ªa ser valioso e inspirador. El ya desaparecido Gunther Stuhlmann, amigo, agente, editor y estudioso de la obra de la autora, en sus notas a la primera edici¨®n comercial estadounidense de 1993 (incluidas en la edici¨®n en espa?ol) destaca la ¡°iron¨ªa y los tempranos indicios de feminismo¡± que asoman en esos textos primerizos.
La recuperaci¨®n p¨®stuma de los escritos de Nin ha sido exitosa y pol¨¦mica, casi a partes iguales. Primero llegaron los relatos er¨®ticos Delta de Venus, un libro que la convirti¨® en un best seller y cuya publicaci¨®n fue autorizada por la escritora el mismo a?o de su muerte. Nin hab¨ªa expresado sus vacilaciones sobre esos escritos que hab¨ªan resuelto su manutenci¨®n y la de sus amantes (adem¨¢s de Henry Miller, el poeta marxista peruano Gonzalo Mor¨¦) en los a?os cuarenta en el West Village neoyorquino. El encargo de los relatos sexuales lleg¨® a trav¨¦s de un bibli¨®grafo y coleccionista que se puso en contacto con Miller y que dec¨ªa representar a un supuesto millonario de Oklahoma con afici¨®n a la literatura er¨®tica. Un grupo de escritores y poetas pronto se sum¨® a esta empresa que Nin defini¨® como ¡°un burdel literario esnob¡±, y que d¨¦cadas despu¨¦s se descubri¨® que alimentaba una red underground de literatura er¨®tica, sin ning¨²n millonario de por medio.
Tras el ¨¦xito p¨®stumo de Delta de Venus lleg¨® la publicaci¨®n en los a?os noventa y sin cortapisas de los diarios que trataban su relaci¨®n con el matrimonio Miller (Henry y June se titul¨® ese volumen que fue llevado al cine) e Incesto, los escritos personales que hablaban de la relaci¨®n que entabl¨® con su padre en los a?os treinta y cuya publicaci¨®n trat¨® de impedir su hermano, el compositor Joaqu¨ªn Nin. Como apunta la feminista brit¨¢nica y estudiosa de la obra de Ana?s Nin, Sady Doyle, fue entonces cuando ¡°su escritura sobre sexo pas¨® a ser condenada, mientras que la de su amante Miller se reverenciaba y la de su amigo Gore Vidal se respetaba¡±.
Luego, a mediados de los noventa apareci¨® la biograf¨ªa de Deirdre Bair, que trazaba un perfil monstruoso de la escritora y que puso en suspenso su ¨¦xito. Ahora Nin ha vuelto con fuerza. El agente literario Tree Wright confirma el renovado tir¨®n. ¡°En los ¨²ltimos diez a?os se han puesto en marcha contratos de traducci¨®n en muchos pa¨ªses. Hay acuerdos con Espa?a, Francia, Alemania, Rumania, Suecia, Turqu¨ªa, Brasil y Portugal, entre otros. En 2019 se sumaron traducciones al ¨¢rabe, estonio y hebreo; en 2020 al japon¨¦s y coreano, y en 2021 al tailand¨¦s¡±, aclara.
¡°Como muchos grandes experimentalistas escribi¨® para un mundo que a¨²n no exist¨ªa y as¨ª ayud¨® a alumbrarlo¡±, subraya Doyle. ¡°Construy¨® una forma art¨ªstica moderna que ha encontrado su sitio en este siglo de comunicaci¨®n por internet, repleto de confesiones personales¡±. El auge de la primera persona, los diarios y memorias y el cuestionamiento de los roles impl¨ªcitos en el g¨¦nero tienen en Nin a una notable precursora. Sin duda, sus escritos primerizos o tard¨ªos seguir¨¢n dando que hablar.