El largo desierto de la pandemia taurina no ha terminado (a pesar de la euforia)
El sector se mantiene imp¨¢vido ante la ruina econ¨®mica de las primeras ferias de 2021
La fiesta de los toros vuelve a hacer el pase¨ªllo; se han abierto las puertas de Las Ventas, y con ellas las de Castell¨®n, Alicante y Badajoz, y se anuncian ferias en Burgos, Soria, Santander, Segovia, Zamora¡
Cuando la oscuridad de la pandemia se aclara con despaciosidad, las vacunas restan protagonismo al virus y las mascarillas dan el primer paso para convertirse en piezas de museo, la fiesta de los toros se sube al carro festivo, esboza una sonrisa y encara el presente con alegre optimismo. Se ampl¨ªan los aforos de las plazas, se flexibilizan las medidas sanitarias, se vuelve a hablar de toros y brotan carteles por doquier en un terreno que parec¨ªa des¨¦rtico.
El espect¨¢culo ha recibido el alta m¨¦dica, ha superado una larga convalecencia y, con el semblante revivido, todo vuelve a ser como antes.
Bueno¡ casi como antes. Esa es la imagen de la euforia, tras un a?o dur¨ªsimo para quienes viven de la tauromaquia, pero no est¨¢ claro que responda a la cruda realidad.
Los hechos son tozudos; y as¨ª lo confirmaba hace unos d¨ªas en este peri¨®dico Sim¨®n Casas, presidente de la ANOET, la asociaci¨®n de los grandes empresarios de plazas de toros: las primeras ferias han sido una ruina econ¨®mica. ¡°Creo que la sociedad permanece impactada psicol¨®gica y econ¨®micamente, y este problema no se resolver¨¢ en dos d¨ªas¡±, a?ad¨ªa.
?Manifiestan los espectadores un cansancio que se ha hecho visible con la pandemia?
Pero hay m¨¢s. Los toros pretenden volver como si no hubiera sucedido nada, en un intento vano por borrar el pasado, y seguir adelante como siempre, con la inercia de la tradici¨®n y el poder omn¨ªmodo de los taurinos.
Y no parece que ello sea posible. Es conocido que la fiesta taurina ya padec¨ªa graves patolog¨ªas internas antes de la llegada del virus. A continuaci¨®n, la pandemia las agrav¨® y ha dejado sus secuelas, y todas requieren un sosegado an¨¢lisis y el remedio de medidas urgentes en un intento de ¨²ltima hora de recuperar todo el capital perdido en un a?o de cierre total.
La primera de ellas es una crisis econ¨®mica sin precedentes, que afecta al bolsillo de un p¨²blico que hoy, quiz¨¢, no tenga entre sus prioridades la vuelta a una plaza de toros.
La segunda, por qu¨¦ no, la desconfianza y el miedo que el virus ha esparcido por todos los rincones, y que frena el ¨¢nimo a la hora de acudir a una reuni¨®n social, especialmente entre los ciudadanos adultos, que son la mayor¨ªa de quienes asisten a un festejo taurino.
Y una tercera: ?qu¨¦ ofrece la fiesta de los toros en este 2021 que despierte la necesidad de recuperar costumbres del pasado?, ?qu¨¦ ha cambiado?, ?cu¨¢les son las novedades del espect¨¢culo?
?Se ha preguntado seriamente alg¨²n sector taurino qu¨¦ ha sucedido en la pasada Feria de San Isidro celebrada en Vistalegre? ?Por qu¨¦ unos carteles cuajados de figuras no concitaron el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en la taquilla? ?Ha sido solo un problema de altos precios?
?Por qu¨¦ ha fallado el p¨²blico en Granada? ?Por qu¨¦ la corrida de Adolfo Mart¨ªn que abr¨ªa el pasado jueves la feria de Castell¨®n no reuni¨® m¨¢s que a unas 2.000 personas de las 4.000 que permit¨ªa el aforo, ni se llen¨® la plaza de Badajoz la misma tarde, en la que Antonio Ferrera cort¨® dos orejas y un rabo?
Algo serio est¨¢ pasando a pesar de que el sector y los medios de comunicaci¨®n prefieran pasar por alto este detalle.
Hay alg¨²n mensaje que emite el p¨²blico que hay que descifrar para buscar soluciones urgentes.
?Acaso es mayor de lo que se piensa el creciente desapego social hacia la fiesta de los toros? ?Manifiestan los espectadores un cansancio que se ha hecho visible con la pandemia? ?Se ha perdido la costumbre de ir a los toros?
Las ferias huelen a p¨¦rdidas millonarias; si no hay soluci¨®n, la fiesta no se sostiene
?No ser¨¢ que a la crisis econ¨®mica y la prevenci¨®n pand¨¦mica se une un modelo caduco basado, entre otras cuestiones, en la repetici¨®n mim¨¦tica de toros y toreros que no aportan la m¨¢s m¨ªnima sorpresa al espect¨¢culo?
?Acaso los taurinos no ven las caras de aburrimiento de los espectadores que acuden a los festejos? Pero si es que parece que est¨¢n en un funeral¡
?Cuenta la tauromaquia con alg¨²n plan para revitalizar el sector, darlo a conocer, atraer clientes y fidelizarlos?
?A nadie se le ha ocurrido agilizar el espect¨¢culo para que no dure una eternidad? ?Ninguna figura ha ca¨ªdo en la cuenta de que las faenas de muleta no pueden ser la mayor¨ªa de las tardes tan largas como insufribles?
Cualquier manifestaci¨®n deportiva o art¨ªstica est¨¢ sometida a cambios constantes para atraer la atenci¨®n de su potencial audiencia. ?Por qu¨¦ la tauromaquia no funciona como cualquier industria cultural moderna?
?Por qu¨¦ no se retiran de una vez tantos toreros veteranos que ya lo han dicho todo y se visten de luces para recoger los estertores de un arte que ellos mismos est¨¢n sacrificando ego¨ªstamente?
?Cu¨¢ndo levantar¨¢ alguien la voz y se pondr¨¢ coto a la proliferaci¨®n enfermiza de hierros ganaderos al gusto de las figuras?
Dec¨ªa Victorino Mart¨ªn padre que ¡°el espect¨¢culo sin emoci¨®n no sirve¡±, y que ¡°el animal bravo debe demostrar fiereza, casta y acometividad¡±, justamente lo que no sucede hoy en la inmensa mayor¨ªa de los festejos.
Se equivoca quien piense que el fin de la pandemia taurina est¨¢ cerca. Al largo desierto que se inici¨® con la llegada del virus no se le ve el final a pesar de la euforia que puede suponer el anuncio de nuevos festejos.
El p¨²blico lanza un mensaje a los taurinos, y se corre el peligro de que estos, una vez m¨¢s, escondan la cabeza debajo del ala y prefieran que pase la tormenta antes que coger el problema por los cuernos y afrontarlo con valent¨ªa.
Las primeras ferias han sido una ruina econ¨®mica; las que se celebran estos d¨ªas huelen a p¨¦rdidas millonarias. Si no hay una pronta soluci¨®n, la fiesta no se sostiene; y no ser¨¢ por culpa del virus.
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