Concierto de A?o Nuevo 2022: Barenboim, insigne ¡®lector¡¯ de los Strauss
El maestro argentino dirige un emotivo Concierto de A?o Nuevo de la Filarm¨®nica de Viena, que ha recuperado parte del p¨²blico en la sala. Franz Welser-M?st se pondr¨¢ al frente, por tercera vez, en 2023
El presidente y violinista de la Filarm¨®nica de Viena, Daniel Froschauer, inici¨® la rueda de prensa de presentaci¨®n de la 82? edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo de la Filarm¨®nica de Viena, el pasado mi¨¦rcoles, con una confesi¨®n. ¡°He tenido una gran experiencia hoy mientras ensayaba con el maestro Daniel Barenboim Sonidos de las esferas, de Josef Strauss. Me impact¨® tanto que estuve a punto de llorar¡±, afirm¨®. Esa confidencia se ha convertido en un vaticinio.
El pianista y director argentino-israel¨ª (pero tambi¨¦n espa?ol y palestino), que cumplir¨¢ 80 a?os este 2022, ha dirigido su Concierto de A?o Nuevo m¨¢s profundo y emotivo, tras las jubilosas ediciones de 2009 y 2014. Precisamente, ese vals de Josef Strauss sirve como punto de comparaci¨®n. Barenboim lo dirigi¨®, en 2009, sin la partitura en el atril, con gestos m¨¢s enf¨¢ticos y con un tono m¨¢s solemne. Ahora lo ha ¡°le¨ªdo¡± con extrema humildad frente a la orquesta vienesa, con gestos m¨ªnimos y un asombroso resultado musical.
Una composici¨®n, de 1868, cuyo t¨ªtulo alude a la teor¨ªa pitag¨®rica, aunque represente para muchos una visi¨®n del m¨¢s all¨¢, ya que el segundo de los hermanos Strauss falleci¨® prematuramente dos a?os despu¨¦s. Barenboim se enamor¨® de esta partitura viendo dirigir a Herbert von Karajan su ¨²nico Concierto de A?o Nuevo, en 1987. Y encontr¨® un nexo personal con ella a trav¨¦s de Wagner. No por casualidad, su comienzo recuerda al famoso canto a la estrella vespertina de Wolfram, del tercer acto de Tannh?user.
Barenboim no es ning¨²n especialista en la m¨²sica de la familia Strauss y sus coet¨¢neos. Pero eso nunca ha sido un impedimento para triunfar al frente de la Filarm¨®nica de Viena en su cita m¨¢s popular y medi¨¢tica. Una clave reside en saber gestionar la asombrosa tradici¨®n de la orquesta vienesa tocando esta m¨²sica. Y el maestro argentino destac¨®, en la referida rueda de prensa, el impulso creativo de estos m¨²sicos: ¡°Uno se pone frente a ellos y tocan con tanta naturalidad y autoconocimiento estil¨ªstico que resulta admirable¡±.
En esta edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo, Barenboim ha ejercido de insigne ¡°lector¡± de la m¨²sica de los Strauss. Una postura donde rechaza la labor tradicional del int¨¦rprete en favor de una total reverencia a la partitura musical que dirige, y cuya exploraci¨®n ha comparado muchas veces con una monta?a: ¡°Un lado siempre est¨¢ oculto. Tienes que rodearla para verla completa, y entonces pierdes de vista el primer lado¡±.
Inter¨¦s y tensi¨®n
La otra clave ha sido la arquitectura del programa. En una sucesi¨®n de 18 piezas breves resulta extremadamente dif¨ªcil mantener el inter¨¦s y la tensi¨®n. Barenboim lo consigui¨®, en la primera parte, con dos nexos tem¨¢ticos centrados en las criaturas mitol¨®gicas y la defensa del periodismo libre, ambas con excelentes versiones de valses de Johann Strauss hijo. La resiliencia que evoca el juvenil Alas de f¨¦nix, se compens¨® con la madurez de Peri¨®dicos matutinos. Aqu¨ª escuchamos con nitidez ese caracter¨ªstico un-dooos-tres, en el acompa?amiento, con esa forma aut¨®ctona de adelantar el segundo tiempo y retrasar el tercero, que los vieneses llaman schlepp.
Uno se pone frente a ellos y tocan esta m¨²sica con tanta naturalidad y autoconocimiento estil¨ªstico que resulta admirableDaniel Barenboim
Del resto de las piezas de la primera parte, destac¨® la exquisita polca-mazurca La sirena, de Josef Strauss, que fue una de las seis novedades de esta edici¨®n. Por su parte, la Marcha del f¨¦nix, de Josef Strauss, el galop Anuncios breves, de Joseph Hellmesberger hijo y la polca r¨¢pida Peque?a cr¨®nica, de Eduard Strauss, ejercieron su funci¨®n como inicio, transici¨®n y conclusi¨®n. El descanso volvi¨® a ser motivo de un documental sobre los tesoros culturales y naturales de Austria, este a?o centrado en diferentes localizaciones declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con variadas intervenciones musicales de integrantes de la Filarm¨®nica de Viena.
La segunda parte arranc¨® con una versi¨®n exquisita y detallada de la famosa obertura de El murci¨¦lago, de Johann Strauss hijo. Barenboim prefiri¨® ser lac¨®nico en la Polca del champ¨¢n, donde la tradicional broma de descorchar una botella al final pas¨® casi desapercibida. Y prefiri¨® elevar musicalmente el irregular vals Noct¨¢mbulos, de Carl Michael Ziehrer, donde escuchamos cantar y silbar con sumo encanto a los m¨²sicos de la orquesta. Sigui¨® otro nexo ideado por Barenboim y dedicado a Oriente Pr¨®ximo y Oriente Medio con dos famosas obras de Johann hijo. Marcha persa fue otro logro musical con m¨ªnimos gestos desde el podio y en el vals Las mil y una noches volvi¨® a gestionar la tradici¨®n de la Filarm¨®nica de Viena con una exquisita musicalidad.
Colorido y pandemia
En este ¨²ltimo vals vimos la primera escena de ballet en el palacio de Sch?nbrunn y en la Glorieta de sus jardines. Una coreograf¨ªa de Martin Schl?pfer, con vestuario de Arthur Arbesser, donde se combin¨® la voluntad modernizadora con el colorido y la diversidad. Pero mucho m¨¢s refinado result¨® el segundo ballet que nos traslad¨® a la Escuela Espa?ola de Equitaci¨®n con ocho caballos de raza lipizzana en una exhibici¨®n de equitaci¨®n cl¨¢sica, al son de la Polca de las ninfas, de Josef Strauss. Aqu¨ª destac¨® tambi¨¦n la refinada realizaci¨®n de Michael Beyer, que ofreci¨® tomas muy atentas a la m¨²sica y muchos primeros planos de las pocas mujeres de esta edici¨®n en la orquesta, como la arpista Anneleen Lenaerts y la contrabajista Valerie Schatz.
Del resto del programa, llam¨® la atenci¨®n el colorido orquestal de la pieza de car¨¢cter Duendecillos, de Hellmesberger hijo. En las propinas, escuchamos con De caza, de Johann hijo, la mejor polca r¨¢pida de todo el concierto. El vals En el bello Danubio azul volvi¨® a ser otro momento musical elevado y fue precedido por una alocuci¨®n especial, donde Barenboim reivindic¨® la unidad que simboliza la m¨²sica de la Filarm¨®nica de Viena para superar la terrible cat¨¢strofe humana de la pandemia. Lo hizo frente a un p¨²blico con mascarilla obligatoria, que tan solo pudo ocupar la mitad del aforo de la Sala Dorada del Musikverein, y donde vimos a su esposa Elena Bashkirova, a su hijo Michael con su nuera y, especialmente, a sus dos nietos de 5 y 7 a?os. Las palmas acompasadas volvieron este a?o como fin de fiesta, en la Marcha Radetzky, y con Barenboim entregado a la complicidad del p¨²blico. El austr¨ªaco Franz Welser-M?st dirigir¨¢ el Concierto de A?o Nuevo de 2023. Ser¨¢ su tercera vez, tras 2011 y 2013.
Babelia
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