Tendr¨¢s ¨¦xito y ¨¦xito
El triunfo literario es siempre ambiguo, porque al margen del dinero solo puede dar peque?as satisfacciones a un escritor, incluso a su vanidad
Ayer regres¨® Bola?o a mi pantalla: ¡°El oficio de escritor es un oficio bastante miserable, pero es que, adem¨¢s, est¨¢ poblado de tontos que no se dan cuenta de la fragilidad inmensa, de lo ef¨ªmero que es¡±. Me hizo recordar que el ¨¦xito literario es siempre ambiguo. Y encima est¨¢ abocado al olvido. Porque, al margen del dinero ¨Ddel que hablaba Rimbaud en carta a su familia desde Abisinia anunciando aqu...
Ayer regres¨® Bola?o a mi pantalla: ¡°El oficio de escritor es un oficio bastante miserable, pero es que, adem¨¢s, est¨¢ poblado de tontos que no se dan cuenta de la fragilidad inmensa, de lo ef¨ªmero que es¡±. Me hizo recordar que el ¨¦xito literario es siempre ambiguo. Y encima est¨¢ abocado al olvido. Porque, al margen del dinero ¨Ddel que hablaba Rimbaud en carta a su familia desde Abisinia anunciando aquel c¨¦lebre ¡°Tendr¨¦ oro¡±¨D, el ¨¦xito literario no puede dar sino peque?as, muy peque?as satisfacciones a un escritor, incluso a su vanidad.
Hablando de la vanidad, no hace mucho, un amigo se mostraba feliz, poco antes de la pandemia (ya parece que todo haya ocurrido antes de la pandemia), acord¨¢ndose de lo que dijo Borges sobre la vanidad y la inteligencia en una entrevista de 1973 que concedi¨® en su casa de Buenos Aires, en vida de su madre todav¨ªa: ¡°Uno ha sentido la inteligencia de un modo misterioso. En cambio, una persona puede decir cosas inteligentes y dejar la impresi¨®n final de que es idiota. Posiblemente eso ocurra porque una persona brillante es f¨¢cilmente una persona vanidosa, y entonces uno siente antipat¨ªa por ella, ?no le parece?¡±.
Para empezar, el ¨¦xito del escritor significa, seg¨²n Auden, entrar en el mundo literario, es decir: que la gente ya juzgue tu obra sin haberla le¨ªdo. Esto es algo que cualquier autor ha de aprender a verlo venir si no quiere despu¨¦s sorprenderse demasiado. ?O no es la literatura un espejo que se adelanta, como algunos relojes? Si podemos entender esto, podremos aceptar que en algunos casos puede ser tambi¨¦n un espejo que distorsiona, una de las posibilidades m¨¢s estimulantes del ejercicio de la escritura.
El escritor ha de saber adelantarse y ver lo que le espera y saber tambi¨¦n que s¨®lo hay dos tipos de gloria, aunque tanto si alcanza una o las dos, no estar¨¢ en condiciones jam¨¢s de saberlo. Porque una consiste en haber sido un escritor, incluso uno menor, en cuya obra las nuevas generaciones hallar¨¢n una clave esencial para poder seguir adelante. Y la otra es convertirse en un paradigma de la dedicaci¨®n y del esfuerzo espartano, un noble ejemplo a seguir para quienes vengan despu¨¦s de ¨¦l.
Ahora bien, ser paradigma de la dedicaci¨®n y el esfuerzo le abre un panorama un tanto aburrido al escritor ejemplar, y m¨¢s si despu¨¦s no puedes ni enterarte del bien que est¨¢s sembrando en la Tierra. En cuanto a ser alguien en cuya obra hallar¨¢n las generaciones siguientes soluciones esenciales para sus problemas literarios, no parece tampoco un destino fascinante, m¨¢s bien tiene que ser horrible verse uno cruzando toda la eternidad dando consejos, algunos propios de un oso peludo (¡°Os digo que la mayor prueba de imaginaci¨®n consiste en ponerle nombre a un gato¡±) y otros m¨¢s agudos, como ¨¦ste de Auden: ¡°Os digo que nada es m¨¢s f¨¢cil que hacer una pregunta dif¨ªcil¡±.
Y yo ahora os digo que, lejos del fracaso o del ¨¦xito, de lo f¨¢cil y lo dif¨ªcil, siempre es mejor avanzar sin control, con las velas rasgadas y los m¨¢stiles rotos por los vientos. Despu¨¦s de todo, es el trayecto m¨¢s com¨²n.