Salvatore Adamo: ¡°Siempre ser¨¦ un expobre¡±
El autor de ¡®Y tus manos en mi cintura¡¯, himno imbatible del baile agarrado, vuelve a Espa?a por San Valent¨ªn y confiesa que ha sufrido por amor m¨¢s que en sus canciones
Embozado tras la mascarilla e impecablemente peinado y vestido con su pantal¨®n, chaleco y chaqueta de mezclilla, Salvatore Adamo parece un discreto cliente m¨¢s en este hotel de lujo de toda la vida frente al Congreso de los Diputados. El tiempo parece detenido en el vest¨ªbulo donde el divo posa para el fot¨®grafo con la soltura de quien lleva medio siglo ofreciendo su mejor perfil a c¨¢mara. Luego, mira simp¨¢tico a los ojos y parece de verdad interesado en la entrevista. Es mucho m¨¢s de lo que puede decirse de otras estrellas musicales a a?os luz de su curr¨ªculo.
Siempre vuelve a Espa?a por San Valent¨ªn. ?Se cree Cupido?
Jajaja. No. Es verdad que suelo venir por estas fechas, pero vengo desarmado y con buenas intenciones. Primero, por placer, porque me invitan mis productores y porque creo que ver una vez al a?o a los amigos no es demasiado.
?A¨²n se divierte cantando?
Si no, lo hubiera dejado hace ya mucho. La ternura y la energ¨ªa del p¨²blico me dan cuerda, me hacen levitar 10 cent¨ªmetros y ser 10 a?os m¨¢s joven sobre el escenario, aunque est¨¦ enfermo. Eso s¨ª, cuando bajo, me duele todo y vuelvo a tener 78 a?os.
?Qu¨¦ siente al o¨ªr su m¨²sica en el hilo musical del dentista?
Es algo muy intenso e ¨ªntimo. La primera vez que o¨ª por la calle a un obrero trabajando y silbando una canci¨®n m¨ªa, me puse a llorar. Es un milagro, y hoy, despu¨¦s de casi 60 a?os, a¨²n pienso que es un privilegio divino.
Es el rey del baile agarrado. ?Cu¨¢ntos ni?os habr¨¢n sido concebidos con su m¨²sica de fondo?
Qu¨¦ responsabilidad. No lo s¨¦, pero una de las ¨²ltimas veces que actu¨¦ en Chile, un hombre vino a verme y me dijo que hab¨ªa conocido a su mujer con Y tus manos en tu cintura y la hab¨ªa dejado con Porque yo quiero, que dice: ¡°Ya sabr¨¢s por la presente que quiero decirte adi¨®s¡±. No supe qu¨¦ contestarle, as¨ª que desde aqu¨ª le pido perd¨®n a la se?ora. Si lo hubiera sabido no hubiera escrito esa canci¨®n y su marido seguir¨ªa con ella.
?Y usted? ?C¨®mo ha tratado el amor a quien tanto le ha cantado?
El 28 de febrero cumplo 53 a?os con mi mujer, Nicole. El amor tiene fases. Empec¨¦ con canciones pasionales, dolorosas, en las que uno no amaba a la otra, otro que imploraba. Influencias de la canci¨®n napolitana que o¨ªa de peque?o. Hasta que lleg¨® un momento en que escrib¨ª Si t¨² fueras, una canci¨®n en la que por fin estoy sereno, feliz con lo que tengo. Y ahora, naturalmente, tenemos un amor m¨¢s tranquilo y confiado. Mi mujer tiene suficiente humor, filosof¨ªa y paciencia para aguantarme, espero no abusar de ella. Quiz¨¢, a veces, abuse.
Con tantas fans, tantos a?os y tantas giras, ?es dif¨ªcil mantener un matrimonio tan largo?
Como usted sabe, tengo una hija que no es de mi mujer. Pero aquello no fue un juego, fue una herida. Al final volv¨ª con mi esposa, pero viv¨ª un periodo en el que me sent¨ªa culpable por ella, y tambi¨¦n por la otra persona.
Disc¨²lpeme, no lo sab¨ªa. ?Ha sufrido mucho por amor?
S¨ª. M¨¢s que por cualquier otra cosa. Mi mujer dej¨® pasar sus nubes y, pacientemente, volvi¨®. Por respeto a las madres de mis hijos no me gusta hablar de esto, pero ahora todo va bien, desde hace 30 a?os.
Hoy las parejas no se conocen bailando, sino en el escaparate virtual de Tinder. ?Competencia desleal?
Una cosa es conocerse, en todos los sentidos, y otra enamorarse. El amor, por mucho que hoy te lo expliquen y te digan que es qu¨ªmica, siempre es un misterio. La ternura existe y existir¨¢ siempre.
?Qu¨¦ hace cuando no canta?
Los artistas somos muy dif¨ªciles para convivir. Necesitamos nuestros momentos de soledad, reflexi¨®n, introspecci¨®n y la persona con la que vives puede no comprenderlo. Desde hace a?os trato de quedarme con mi mujer viendo una pel¨ªcula y, cuando ella se va a dormir, me voy a mi estudio y empiezo a trabajar, que para m¨ª es un divertimento. El mundo ser¨ªa perfecto si todo el mundo pudieran vivir haciendo lo que le gusta, ser¨ªa un mundo feliz.
Sus padres emigraron de Italia a B¨¦lgica siendo usted peque?o. ?Qu¨¦ es el lujo para usted, hoy que es millonario?
El lujo es la educaci¨®n. Lo otro es una locura que no entiendo. Yo soy y siempre ser¨¦ un expobre, nunca un nuevo rico. No puedo vivir en el lujo porque hay cosas que me superan.
?Ni siquiera derrocha a la hora de vestir? Va hecho un pincel
Me gusta vestir bien, las cosas bien hechas, pero si veo un traje de 10.000 euros, que me lo podr¨ªa permitir, siempre pienso en lo que se podr¨ªa hacer con eso y soy incapaz de compr¨¢rmelo.
?Le da pudor?
Me parece obsceno. Me da pudor, s¨ª, y respeto por las personas que no pueden hacerlo. Ahora, me gusta vestirme bien en el escenario. Quiero ser elegante para el p¨²blico. Es como el traje de los domingos de antes, porque para m¨ª cantar es una fiesta y me visto de gala para ellos.
Menudo pelazo gris gasta a los 78. ?Nunca pens¨® te?¨ªrselo?
Nunca. Se nota mucho cuando un hombre se pinta el pelo. Adem¨¢s, ahora est¨¢ de moda y hasta las mujeres se ti?en de gris. He heredado el pelo de mi madre, que muri¨® a los 69 a?os. Tambi¨¦n su voz y su ternura. Ella cantaba cosiendo... [se emociona].
?Todav¨ªa la echa de menos?
Naturalmente. Cada ma?ana y cada noche, saludo a la foto de mis padres, les doy un besito, como un ni?o. Nunca dej¨¦ de serlo. Nunca dejas de ser hu¨¦rfano.
Su m¨ªtico ¡®Y tus manos en tu cintura¡¯ suena casi revolucionario hoy, que no podemos ni tocarnos con desconocidos por miedo al contagio.
Hice una versi¨®n covid de esa canci¨®n, en plan de broma. Dec¨ªa, en franc¨¦s, algo as¨ª como ¡°Nos encontramos de nuevo, debajo de la m¨¢scara en la fila del supermarket, y me has recordado cosas que pod¨ªamos hacer antes. Hoy no habr¨¢ manos en tu cintura, no caeremos en la tentaci¨®n y sacrifiquemos dos a?os de confinamiento¡±. La cant¨¦ en alguna gala e hizo re¨ªr al p¨²blico.
?La cantar¨¢ en Espa?a?
No la tengo traducida a¨²n. Esperemos que, el pr¨®ximo San Valent¨ªn, ya no haga falta la mascarilla y podamos bailar agarrados.
Mucha cintura
Salvatore Adamo (Sicilia, Italia, 78 años) lleva casi 60 años cantándole al amor en todos los idiomas por todo el mundo. Habla correctamente seis y reproduce fonéticamente los que le echen para complacer a su público cantando, al menos, una canción en la lengua del país donde actúa. El más difícil, confiesa, es el armenio. El más fácil, el japonés, afirma, demostrándolo arrancándose con un irreconocible estribillo de Y tus manos en mi cintura, su himno inmarcesibls. Inasible al desaliento en un mundo que cada vez comprende menos, y aclamado por un público fiel que llena sus galas, Cupido Adamo actúa en Madrid el día 28 de febrero y el 3 de marzo en Barcelona.
Babelia
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