¡®Alcarr¨¤s¡¯: un chute de orgullo para el pueblo en el que nadie paraba
Los vecinos celebran el Oso de Oro en la Berlinale para una pel¨ªcula que visibiliza la precarizaci¨®n y resistencia de su modo de vida agr¨ªcola
Alcarr¨¤s amaneci¨® el jueves entre la extra?eza y el orgullo. El caf¨¦ de la ma?ana pill¨® a buena parte del pueblo sin entender por qu¨¦ su calle Major estaba repleta de c¨¢maras y periodistas, como si de madrugada les hubiese tocado el Euromillones. ¡°Hemos ganado un premio internacional por una pel¨ªcula que se llama Alcarr¨¤s, se grab¨® aqu¨ª y homenajea a nuestros agricultores¡±, aclaraban las camareras del bar La Companyia a los despistados que no entend¨ªan el porqu¨¦ de tanto forastero en este municipio de casas encajadas entre campos de cultivo en la frontera de Lleida con Huesca. Vecinos que ignoraban que se mencionaba a su pueblo por el Oso de Oro a la pel¨ªcula de Carla Sim¨®n en la Berlinale, un hito que copaba todos los telediarios y titulares, desde el diario local (Segre) hasta el mism¨ªsimo The Hollywood Reporter.
¡°Pues una maravilla esto del premio. Ya era hora de que est¨¦is aqu¨ª por algo bueno. Estamos hartos de que la gente pase de largo y diga que Alcarr¨¤s huele a granja porcina, ?a qu¨¦ quieren que huela? Aqu¨ª vivimos gente trabajadora¡±, dec¨ªa una profesora, y a?ad¨ªa justo antes de empezar su jornada: ¡°Al fin una pel¨ªcula se acerca luminosamente al pueblo, no como con la oscuridad que nos dej¨® aquella de Las cartas de Alou ¡ªfilme de Montxo Armend¨¢riz de 1990 sobre la realidad y prejuicios con los que viven los migrantes que tambi¨¦n pasaba en el pueblo¡ª¡±. Dedicada principalmente a la agricultura y la ganader¨ªa porcina, la econom¨ªa de Alcarr¨¤s sobrevive tambi¨¦n por la labor de los temporeros. El pueblo es conocido por ser el mismo que ofrece en uno de sus bares, El rac¨® de la Vero, platos a un euro para los trabajadores de la fruta.
¡°Me parece fenomenal si los de la capital al fin entend¨¦is qu¨¦ pasa con los melocotones desde que los cogemos hasta que llegan a vuestra casa. Aqu¨ª ya no se puede vivir de esto¡±, lamentaba otra vecina que desconoc¨ªa que Carla Sim¨®n, la directora de la cinta, hab¨ªa pasado m¨²ltiples veranos y navidades en el pueblo visitando a su familia de Cal Calameta, pr¨¢cticamente la ¨²ltima casa del pueblo direcci¨®n Lleida y en la que viven los hermanos de la madre adoptiva de la directora. ¡°Est¨¢ muy bien que ense?e nuestra realidad. A los payeses ya no nos renta la fruta y nuestros hijos se desentienden del tema. O subarriendas la tierra o te pasas al cereal, que es menos sufrido, o te dedicas a criar cerdos y hacer chorizos¡±, continuaba la misma vecina, reacia a dar su nombre, en un animado grupo de jubiladas que exigieron su anonimato entre risas y que se hab¨ªa reunido para hablar del tema del d¨ªa. Algunas hasta presum¨ªan de conocer al protagonista de la pel¨ªcula, Jordi Pujol Dolcet, ¡°un buen hombre¡± que no es del pueblo, si no de Cal Batarri de Soses, a escasos cuatro kil¨®metros de sus casas.
Aunque la pel¨ªcula que Carla Sim¨®n rod¨® el verano pasado en escenarios del Segri¨¤ y el Pla d¡¯Urgell se centra en una familia que afronta su ¨²ltima recogida del melocot¨®n porque su nuevo terrateniente se quiere pasar a las placas solares, en Alcarr¨¤s el cultivo de la fruta ha ido mermando para alzar otro negocio que abre m¨¢s pol¨¦micas sociales. Este es el segundo municipio de Europa con m¨¢s animales de granja: hay capacidad para 250.000 cerdos frente a los 9.500 habitantes censados. Unos 24 cerdos por persona.
Una nueva econom¨ªa en la que tambi¨¦n se ha volcado la familia de Ant¨°nia Castells, la plet¨®rica vecina del pueblo que, a sus 87 a?os, ha sido la actriz m¨¢s veterana de la cinta de Sim¨®n. Ayer, entre llamadas de tel¨¦fono y abrazos de las amigas con las que saca su silla a charlar buscando el fresco en verano, Castells se mostraba encantada con su inesperada fama. ¡°Nunca pens¨¦ que a mi edad me convertir¨ªa en actriz. Yo, que cuando mi hija me dijo que hab¨ªa un trabajo para m¨ª en una pel¨ªcula cre¨ª que era para que les cosiera la ropa porque soy buena costurera¡±, explicaba en el sal¨®n de su casa.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. Aunque fue una de sus dos hijas la que le avis¨® del casting abierto en el pueblo, un mes antes que estallara la pandemia en 2020, Ant¨°nia pas¨® todas las fases, superando incluso a las vecinas de su calle, para hacerse con el papel de la madrina de la familia. ¡°Yo le dec¨ªa a Carla: ¡®Pero, con la de paro que hay seguro en el cine, ?por qu¨¦ nosotros?¡¯ y ella siempre dec¨ªa que ten¨ªa que ser as¨ª, que era lo mejor¡±. Tanto debi¨® serlo que cuando se encuentran todos los actores no profesionales que actuaron, se siguen sintiendo como esa familia que batalla por su futuro en la cinta. ¡°Siempre nos pasa, incluso anoche, cuando nos juntamos en el Casino del pueblo para ver la gala en directo. ?Es vernos y nos seguimos llamando con los nombres de la pel¨ªcula!¡±. En abril su ficci¨®n llegar¨¢ a las salas y en Alcarr¨¤s las vecinas de Ant¨°nia ayer lo ten¨ªan claro: hab¨ªa que alquilar un autocar, ir hasta a Barcelona y no perderse la cita en el cine con sus mejores galas. Todo por la pel¨ªcula que ha devuelto la luz al pueblo por el que nadie paraba.
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