Un tsunami con olas de cinco metros destruy¨® la ciudad romana de Baelo Claudia en C¨¢diz
Un estudio multidisciplinar halla los restos del maremoto que explica el abandono de la urbe en el siglo IV
Baelo Claudia era una ciudad romana erigida junto a una ensenada en el siglo I a. C. a orillas del estrecho de Gibraltar, en la actual provincia de C¨¢diz. El ge¨®grafo Estrab¨®n escribi¨® que era el principal puerto del imperio para cruzar a ?frica. Pero casi dos siglos despu¨¦s, entre los a?os 40 y 60, sufri¨® un fuerte terremoto que devast¨® su zona baja y sus murallas, aunque fue reconstruida por completo y dotada de impresionantes edificios p¨²blicos, como el teatro, el foro, templos, mercado, murallas, termas, acueductos y una gran avenida que la cruzaba en sentido este-oeste, el decumanus maximus. Sin embargo, entre los a?os 365 y 390, un tsunami con olas de entre cuatro y cinco metros barri¨® sus ¨¢reas m¨¢s cercanas a la costa, arrasando por completo su ensenada. Finalmente, tales fueron los da?os que fue abandonada ante la imposibilidad de reedificarla de nuevo.
El estudio An¨¢lisis arqueosismol¨®gico del tsunami de finales del siglo IV que devast¨® la ciudad romana de Baelo Claudia reconstruye los efectos del terrible terremoto-tsunami, que origin¨® una capa de residuos de m¨¢s de medio metro de grosor dentro y fuera de la urbe, en la que quedaron mezclados todo tipo de restos cer¨¢micos, constructivos, huesos de animales, elementos marinos y hasta muy probablemente de contaminaci¨®n de la bah¨ªa.
Expertos de la Universidad de Salamanca, la Universidad T¨¦cnica de Aquisgr¨¢n (Alemania) y el Instituto Geol¨®gico Minero de Espa?a (IGME), junto con ge¨®logos de las universidades Aut¨®noma y Polit¨¦cnica de Madrid y Alcal¨¢ de Henares, adem¨¢s de arque¨®logos de la Universidad de Alicante y del Conjunto Arqueol¨®gico Romano de Baelo, han realizado un estudio arqueosismol¨®gico del yacimiento para analizar la secuencia de procesos relacionados con el destructor evento. Se han apoyado en una t¨¦cnica de prospecci¨®n geof¨ªsica denominada Tomograf¨ªa de Resistividad El¨¦ctrica, que junto con an¨¢lisis geol¨®gicos sobre el terreno permite analizar los dep¨®sitos del tsunami dentro y fuera del antiguo casco urbano romano. La zona extramuros incluye su desaparecida laguna litoral, la necr¨®polis oriental, las murallas y uno de sus acueductos, todos ellos gravemente da?ados por el terremoto y pr¨¢cticamente arrasados por el posterior tsunami. Este equipo de investigadores lleva estudiando la zona desde el a?o 2005.
El estudio, liderado por Pablo-Gabriel Silva Barroso, lo describe as¨ª: ¡°La capa de sedimentos que dej¨® el tsunami es un dep¨®sito arenoso oscuro (de 28 a 52 cm de espesor) que contiene fragmentos ca¨®ticamente mezclados de cer¨¢mica, huesos de peces y animales, fragmentos de cristales, ladrillos y grandes bloques de mamposter¨ªa y tambores de columnas arrastrados por el mar. La capa tambi¨¦n contiene restos de microf¨®siles marinos con una mezcla de foramin¨ªferos bent¨®nicos y planct¨®nicos, as¨ª como gaster¨®podos de agua salobre de la laguna y numerosos fragmentos rotos de conchas, caracter¨ªsticas t¨ªpicas de los tsunamis¡±. Los datos muestran, adem¨¢s, que la potente capa se encuentra amalgamada con arenas finas o medias procedentes de la antigua playa, as¨ª como del cord¨®n de dunas de la ensenada que quedaron arrasadas.
En definitiva, los especialistas se?alan que los dep¨®sitos analizados son ¡°arenas arcillosas y limos negruzcos de tama?o fino (micras), que contienen fragmentos decim¨¦tricos de muy diversa naturaleza y procedencia, que fueron depositados por un evento de alta energ¨ªa (el tsunami)¡±. El dep¨®sito incluye fragmentos de la vida cotidiana romana, tales como cer¨¢micas, madera, metales, vidrio y escombros. Estos ¨²ltimos han sido hallados, fundamentalmente, en la zona donde se levantaba el foro, la bas¨ªlica y el decumanus maximus (avenida principal) en el sur de la ciudad.
La investigaci¨®n tambi¨¦n documenta en la necr¨®polis oriental ¡°la destrucci¨®n de un mausoleo de finales del siglo II¡±. Los datos recuperados muestran los efectos de la devastadora inundaci¨®n y la retirada del mar en toda la zona baja de la ciudad, as¨ª como en la laguna y en la necr¨®polis situadas al este. ¡°Las olas, de entre cuatro y cinco metros, penetraron hasta casi medio kil¨®metro en el interior alcanzando la cota de hasta ocho metros consecuencia del empuje de la inundaci¨®n¡±.
Sin embargo, en los peque?os valles de alrededor de Baelo Claudia las olas pudieron penetrar m¨¢s en el interior y con algo de mayor altura. Esta puede ser la causa de los da?os devastadores observados en un peque?o acueducto al este de la urbe. Esta estructura muestra un patr¨®n de destrucci¨®n compatible con una potente llegada a tierra del tsunami y de su posterior retroceso. Esta interpretaci¨®n tambi¨¦n podr¨ªa ser una explicaci¨®n del importante n¨²mero de escombros y basuras adosados en el lado exterior de la muralla oriental, unos 1.500 metros c¨²bicos.
¡°La aparici¨®n, adem¨¢s, de piritas framboidales (mineral t¨ªpico de cuerpos de agua muy deteriorados o muy pobres en ox¨ªgeno) en los sedimentos podr¨ªa indicar un caso de contaminaci¨®n temprana del ¨¢rea lagunar. Esta, tal vez, estar¨ªa relacionada con la acumulaci¨®n de residuos org¨¢nicos provenientes de la producci¨®n intensiva de m¨²ltiples factor¨ªas de salaz¨®n de pescado (principal actividad industrial de la ciudad)¡±. Sea como fuere, dentro de la ciudad, las calles trazadas norte-sur (cardos) canalizaron el retroceso del tsunami, facilitando su reflujo. Por el contrario, la gran avenida este-oeste (decumanus) y estructuras murarias anexas ¡°actuaron como trampa para sedimentos¡±.
Actualmente, Baelo Claudia es uno de los yacimientos romanos m¨¢s espectaculares de la pen¨ªnsula. Conserva las puertas principales de la ciudad, la curia, la plaza p¨²blica, tiendas, templos, un teatro y las factor¨ªas de pescado, entre otros, a pesar de los efectos devastadores del maremoto. Este conjunto arqueol¨®gico incluye, adem¨¢s, un Museo Arqueosismol¨®gico de nivel internacional preservando los da?os ocasionados por el terremoto-tsunami del siglo IV. ¡°Lo que podemos constatar¡±, sostiene Pablo G. Silva, ¡°es que lo sucedido en el siglo IV volvi¨® a suceder en 1755 como consecuencia del terremoto de Lisboa y ocurrir¨¢ de nuevo en alg¨²n momento. No sabemos cu¨¢ndo. Pero suceder¨¢. Ahora conocemos sus consecuencias¡±.
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