¡®The Batman¡¯: Matt Reeves encuentra en las tinieblas el nuevo camino para el caballero oscuro

Matt Reeves ha encontrado un nuevo camino para Batman en el cine por el trecho m¨¢s insospechado: el de las tinieblas. Insospechado porque despu¨¦s de las muy prestigiosas aportaciones de Christopher Nolan al universo del superh¨¦roe de la casa DC C¨®mics, con El caballero oscuro fijando su mirada en los thrillers de Michael Mann ¡ªy Heat como cima de sus referentes¡ª, y un retrato de personajes de disfrutable complejidad, parec¨ªa que no pod¨ªa haber nada m¨¢s oscuro, l¨²gubre, grave y solemne. Y, sin embargo, llega Reeves con The Batman y demuestra que en materia de lobreguez no hay l¨ªmites, sobre todo para un personaje tan torturado. Tres horas de tenebrismo de lujo: en la imagen, la sonorizaci¨®n, la propuesta musical y el interior de sus criaturas.

Lo mejor es que ese estilo tan atormentado, elevado y rugoso nunca resulta grandilocuente ni pretencioso. Hay m¨²ltiples ideas en Reeves, director y coguionista. Lo ¨²nico dudoso es que su apuesta por la majestad de las sombras, y ¨²nicamente de las sombras, con un metraje quiz¨¢ desproporcionado, puede llevar a una parte de la platea, principalmente a los amantes de la acci¨®n, la lucha, los efectos digitales y la marcha popular, a un terreno en el que solo encuentren tortura mental y poca diversi¨®n.

The Batman es un policiaco de la vertiente procedimental, en busca de un asesino en serie de formas terroristas que no es sino Enigma, con relevantes pinceladas de cine negro americano. Seres humanos precipitados hacia una ca¨ªda fatal, no tanto f¨ªsicamente ¡ªque tambi¨¦n¡ª como interiormente. Angustia y desesperaci¨®n. Existencias predominantemente nocturnas, con leves fronteras entre el hero¨ªsmo y la villan¨ªa, que deambulan por una sociedad violenta, c¨ªnica y corrompida desde arriba hasta abajo. Sin embargo, pese a todos esos apuntes de neonoir, la pel¨ªcula parece tener como principales semillas dos estilos no demasiado lejanos el uno del otro: los thrillers conspiranoicos de los a?os setenta de Alan J. Pakula, con Todos los hombres del presidente y Klute como paradigmas, y parte de las obras completas de David Fincher, con la obsesiva b¨²squeda de Zodiac y la constante lluvia de Se7en como se?as de identidad de un nuevo Batman, ciudadano de una sociedad a la deriva moral y perplejo en su condici¨®n de superh¨¦roe.

Reeves, que comenz¨® su carrera con una primera colaboraci¨®n junto a su amigo J. J. Abrams en Future Shock (1994), con una extra?a comedia rom¨¢ntica titulada Mi desconocido amigo (1996), que desde hoy se puede convertir en t¨ªtulo de culto a recuperar, y que previo paso por la famosa serie Felicity, de la que fue creador, tuvo su punto de inflexi¨®n hacia la acci¨®n con Monstruoso, hab¨ªa demostrado en sus dos trabajos para la nueva saga de El planeta de los simios que pod¨ªa ser un cineasta sugestivo. El amanecer¡­ y La guerra de planeta de los simios ten¨ªan rabia, mensaje pol¨ªtico incrustado en su cine de g¨¦nero y, como en The Batman, gravedad sin imposturas.

Robert Pattinson, impoluto en su celebridad pos-Crep¨²sculo tras trabajar con algunos de los mejores nombres del cine de autor ¡ªDavid Cronenberg, James Gray, Claire Denis, los hermanos Safdie, Robert Eggers y Christopher Nolan¡ª, est¨¢ acompa?ado a la perfecci¨®n por nombres con carisma, principalmente el jefe de Hampa al que interpreta John Turturro, y el siempre desequilibrante Paul Dano, que con su boca m¨ªnima y sus gritos m¨¢ximos, y su rostro de eterno perturbado, parece nacido para ser Enigma. De fondo, la canci¨®n de Nirvana Something in the Way, de su insigne disco Nevermind, y que suena dos veces, ejerce de gu¨ªa tonal para una pel¨ªcula quiz¨¢ menos aut¨¦ntica y genial de lo que afirmar¨¢ una parte de sus fan¨¢ticos, pero abierta de par en par a los eternos buscadores de las texturas sombr¨ªas.