John H. Elliott, el saber de la Historia a disposici¨®n de todos
El hispanista, hoy fallecido, dej¨® una estela de fieles amigos por todos los lugares de Espa?a que recorri¨®, llevado en alas de su curiosidad y de su amor a esta tierra
Hoy hemos perdido a uno de los referentes m¨¢s significados de la historiograf¨ªa espa?ola de las ¨²ltimas d¨¦cadas. John H. Elliott ha sido uno de los m¨¢s sobresalientes hispanistas e historiadores que hemos tenido oportunidad de conocer y tratar. No es posible dar cuenta de su copiosa obra, aunque algunos t¨ªtulos han representado verdaderos hitos para los historiadores de nuestra generaci¨®n. Tras el deslumbramiento de su Espa?a imperial (1963), vinieron La revuelta de los catalanes (obra que le permiti¨® sumar la lengua catalana a la castellana), El Viejo Mundo y el Nuevo (uno de los libros m¨¢s l¨²cidos sobre el impacto del conocimiento de Am¨¦rica en Europa), El Conde Duque de Olivares (una biograf¨ªa que ha servido de modelo o de inspiraci¨®n a pr¨¢cticamente todas las dem¨¢s que le han seguido), Un palacio para un rey (en que el estudio, junto a Jonathan Brown, del Palacio del Buen Retiro puso de relieve su sensibilidad para el arte, especialmente el arte espa?ol del Siglo de Oro, que adem¨¢s aliment¨® su af¨¢n coleccionista) o, para poner un l¨ªmite a esta enumeraci¨®n, Imperios del Mundo Atl¨¢ntico. Gran Breta?a y Espa?a en Am¨¦rica (donde resalta, mejor que nadie con anterioridad, las diferencias entre los dos modelos de colonizaci¨®n signados por los distintos contextos geogr¨¢ficos, cronol¨®gicos e ideol¨®gicos), terminando con una visi¨®n que delata su inter¨¦s tambi¨¦n por el presente, sus reflexiones sobre Catalanes y escoceses: uni¨®n y discordia, de 2018.
Naturalmente, una obra tan ingente y tan relevante le procur¨® multitud de reconocimientos. Designado en 1973 para una plaza en el prestigioso Institute of Advanced Study de Princeton (donde ofreci¨® un lugar de trabajo a j¨®venes historiadores espa?oles, como Quisco de la Pe?a o Xavier Gil, y acogi¨® a otros ya consagrados, como Jordi Nadal o Gonzalo Anes), fue nombrado en 1990 Regius Professor de Historia. En Espa?a recibi¨® el premio Pr¨ªncipe de Asturias, fue acad¨¦mico de la Real Academia de la Historia y fue elegido Doctor Honoris Causa por la Universitat de Lleida (la primera en hacerlo), la Complutense, la Carlos III, la de Sevilla, la de Alcal¨¢ y la de Cantabria, si la memoria no me falla.
Sin embargo, el mayor reconocimiento le vino de parte de la totalidad de sus numerosos disc¨ªpulos, a su vez grandes hispanistas e historiadores siguiendo la senda de su maestro. Solo citar¨¦ a James Casey (que tambi¨¦n se nos fue en 2020) y a Geoffrey Parker y Richard Kagan, porque sus nombres constan como coordinadores del volumen homenaje que se le dedic¨® en 2001, pero no quiero arriesgarme a citar a los dem¨¢s por miedo a alg¨²n lamentable olvido. Todos se reun¨ªan con ¨¦l en las diversas convocatorias que se sucedieron a lo largo de los a?os, haciendo a veces largas traves¨ªas para no faltar a la cita simb¨®lica y entra?able.
Porque John H. Elliott fue una persona entra?able, que siempre puso su saber y su buen consejo a la disposici¨®n de todos aquellos que se le acercaban y que profes¨® un cari?o realmente paternal a sus disc¨ªpulos, siempre presentes en su recuerdo. De ese modo, supo dejar una estela de fieles amigos por todos los lugares de Espa?a que recorri¨®, llevado en alas de su curiosidad y de su amor a esta tierra. La influencia de su sabidur¨ªa, de su buen hacer (nunca dio una conferencia, nunca hizo un discurso, sin prepararlo hasta la ¨²ltima palabra) y de su trato siempre discreto y afable, se mantendr¨¢ por mucho tiempo. De momento, terminemos diciendo que nos ha dejado ¡°harto consuelo su memoria¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.