Rafael Tous: ¡°Las cosas en la vida hay que repartirlas¡±
Coleccionista incansable de los m¨¢s variados intereses, don¨® el a?o pasado al Macba, de Barcelona, su legado de arte conceptual
¡°Distinto¡± es un adjetivo que a menudo se emplea a la ligera. Pero se ajusta idealmente a la personalidad de Rafael Tous (Barcelona, 1940), un hombre tan fascinante como poco ortodoxo. Tous ha convertido el coleccionismo en un arte, gracias a su capacidad de armar conjuntos coherentes en su diferencia, ya sea de discos, libros u obras de arte. Fue noticia en mayo de 2021, cuando don¨® su legado de arte conceptual al Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba). Tan importante era el regalo, que, como indicaba la nota de este peri¨®dico, obligaba al centro ¡°a revisar la exposici¨®n permanente¡±. Fue el final de un camino que el empresario, vinculado desde siempre al mundo textil y de la moda, ech¨® a andar en 1965, a los 25 a?os, y que incluye un breve periodo en el que, m¨¢s que al arte contempor¨¢neo, se dedic¨® al impresionismo catal¨¢n.
Fruto de esa donaci¨®n al Macba se mont¨® una exposici¨®n adecuadamente titulada En tiempo real (que permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 6 de junio). Vestido con vaqueros, relajado, locuaz y con un esp¨ªritu a¨²n jovial a sus 82 a?os, Tous nos gui¨® por el recorrido de la muestra antes de citarnos al d¨ªa siguiente en su imponente casa, donde los libros son emperadores. No resulta extra?o; Tous, afirma, lee 400 p¨¢ginas diariamente. Desde afiches de pel¨ªculas hasta libros de viaje, de cocina, de literatura inglesa o espa?ola, m¨¢s de 150.000 t¨ªtulos conforman una biblioteca que aumenta a ritmo vertiginoso y que ¨¦l clasifica con paciencia y rigor.
Coleccionista tambi¨¦n de fotograf¨ªas y de arte primitivo africano, Tous fue director del fant¨¢stico espacio Metr¨°nom (1980-2006), que present¨® al p¨²blico barcelon¨¦s el trabajo de artistas hasta entonces desconocidos. Gan¨® el Premio ¡°A¡± de Colecci¨®n Nacional Particular, que concede la Fundaci¨®n Arco, y el galard¨®n GAC 2016 al Coleccionismo. Est¨¢ casado con la creadora Ana de Matos. Y, en el tiempo que todo lo anterior le deja, mantiene un orfanato para 500 ni?os en Burundi.
En ese ambiente, rodeados por vidrios venecianos, postales, juguetes, esculturas africanas de madera, casetes, CD y LP, libros de arte y una enorme variedad de Budas del T¨ªbet, se hace inevitable comenzar la charla por la curiosidad. ?De d¨®nde le viene, tanta y tan variada? ¡°A los seis a?os descubr¨ª mi pasi¨®n por coleccionar, a trav¨¦s de esos cromos adhesivos tan bonitos que tan poco gustaban a los jesuitas de mi escuela, y luego a trav¨¦s de los carteles cinematogr¨¢ficos y de los c¨®mics. Me convert¨ª en un mani¨¢tico del coleccionismo¡±, recuerda entre risas. ¡°Mi padre, que era el hermano mayor, recibi¨® una herencia muy importante, pero eso fue fuente de m¨²ltiples desavenencias familiares. Ya casado con Carmen Godia [su primera mujer] fue cuando empec¨¦ a coleccionar pintura de artistas como [el pintor Santiago] Rusi?ol. Al cabo de algunos a?os y con tres hijos, me separ¨¦ de ella, lo que caus¨® el fastidio de mi padre, que era muy cat¨®lico. Pero como le deb¨ªa plata a mi suegro, ella se qued¨® con todas las obras. ?Y yo... con una mano delante y otra detr¨¢s! As¨ª empez¨® mi nueva vida y, con ella, mi negocio de confecci¨®n, cuyos art¨ªculos fabricaba b¨¢sicamente en Catalu?a, y con el que comenc¨¦ a ganar dinero de verdad: era fant¨¢stico, porque me sacaban las prendas de la mano¡±.
¡°Isabel de Pedro, mi esposa de entonces, con la que tuve una hija, fue mi compa?era para la aventura de Metr¨°nom¡±, contin¨²a Tous, que, tras perder en la separaci¨®n sus tesoros del noucentisme, tom¨® una decisi¨®n: coleccionar arte contempor¨¢neo ¡°con un significado pol¨ªtico y antifranquista presente, aunque no expl¨ªcito¡±, especifica. ¡°Al notar que lo que estaba emergiendo a nivel internacional era el arte conceptual, recorr¨ª el mundo, me adentr¨¦ en ese universo y ya no sal¨ª de ¨¦l¡±.
¡°En una de las galer¨ªas que tuve, hice 500 exposiciones de arte y de fotograf¨ªa, debates, mesas redondas, espect¨¢culos de danza contempor¨¢nea y conciertos. Es decir, me dediqu¨¦ de manera intensiva a promover el arte¡±, comenta. Pero ?qu¨¦ lo apasionaba de un g¨¦nero que pod¨ªa resultar tan cr¨ªptico como el conceptual? ¡°El desconocimiento de lo que significaba ese tipo de arte, de qu¨¦ mensaje conten¨ªa, de qui¨¦n lo realizaba, as¨ª como el hecho de que nadie quisiera exponerlo. Entonces, el arte conceptual de tipo pol¨ªtico y social no lo entend¨ªa ni Dios. Pero yo s¨ª, y proteg¨ªa a sus creadores. ?C¨®mo? Compr¨¢ndoles obras¡±, afirma, y relata con gracia c¨®mo la separaci¨®n de Isabel de Pedro provocara que ella se quedara la obra m¨¢s tradicional ¡ªde nombres como T¨¤pies¨D y que ¨¦l conservara su colecci¨®n conceptual, hoy tan cotizada econ¨®micamente y valorada cr¨ªticamente.
¡°He llegado a acumular 1.100 obras de ese tipo. Pero paralelamente a esa colecci¨®n, sobre todo a partir de mediados de los a?os 70, me interes¨® la fotograf¨ªa contempor¨¢nea, hasta llegar a unas cuatro mil piezas con una fuerte querencia la fotograf¨ªa social ¨Cy all¨ª encontrar¨¢s homosexuales que lucharon por sus derechos, protestas, manicomios o penitenciar¨ªas¨D, con or¨ªgenes muy diversos ¡ªdesde Am¨¦rica Central hasta Jap¨®n, Canad¨¢, Sud¨¢frica y Espa?a¨D y, en todos los casos, adquiriendo series enteras, porque una fotograf¨ªa aislada de un artista no te dice nada¡±.
La compositora y flautista Barbara Held fue la tercera esposa de Tous. Hoy est¨¢ casado con De Matos.
¡°Quer¨ªa venderle la colecci¨®n por un precio muy bajo a alg¨²n museo de jerarqu¨ªa, para, de ese modo, poder seguir realizando actividades culturales. Pero como no acept¨® ninguno, y luego de pensarlo y de hablar con mis hijos, que son chicos muy bien educados culturalmente, pero para los que la falta de espacio para cobijar la colecci¨®n pas¨® a ser un problema, decid¨ª regalarla. ¡®Haz lo que te d¨¦ la gana, porque la has formado t¨²¡¯, me respondieron. As¨ª que don¨¦ esta colecci¨®n, cosa que me alegra, porque dar¨¢ a conocer a grandes artistas a la gente. Despu¨¦s, s¨ª, deber¨¦ decidir qu¨¦ destino le dar¨¦ a las muchas obras de otros tipos que atesoro¡±, confiesa.
Solo de arte africano tiene unas cuatro mil piezas. Pero todo comenz¨® con los cromos. ¡°Empiezas con eso cuando eres peque?o, contin¨²as por cosas m¨¢s serias y ya no paras. Y todos esos libros que ves, ?por qu¨¦ los colecciono? Pues porque los leo. Todo lo catalogo yo, porque cuando ped¨ªa ayuda terminaba faltando algo sin que me diera cuenta en mi pu?etera vida qui¨¦n hab¨ªa sido el responsable. As¨ª que todo lo compro, lo coloco y lo ordeno yo¡±, declara con una sonrisa inamovible.
Antes de terminar, contesta a una pregunta que inevitablemente sobrevuela la conversaci¨®n: ?qu¨¦ pasar¨¢ con sus m¨²ltiples colecciones cuando ¨¦l ya no est¨¦?: ¡°No lo s¨¦ exactamente. Tal vez deje una l¨ªnea en mi testamento para que hagan lo que quieran con ello. Mi familia sabe que siempre me ha interesado la parte social y que durante mi juventud fui muy de izquierdas, pese a que mi primera mujer era sumamente conservadora. Quiere decir que he considerado que las cosas en la vida hay que repartirlas. Y, para que toda esta obra la disfruten la gente y los artistas ¡ªque ver¨¢n su obra en lugares p¨²blicos, como ya ocurre en el Macba¨D sigo pensando lo mismo. Aunque claro, no ser¨¢ sencillo, pues solamente entre libros y revistas de arte tengo 250 mil ejemplares¡±, remata.
Babelia
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