Luis Gordillo: ¡°Duchamp se est¨¢ comiendo a Picasso¡±
El pintor vuelve a su Sevilla natal con una exposici¨®n y sostiene que el rey del arte conceptual engulle al dios de las vanguardias
Luis Gordillo (Sevilla, 87 a?os) se sienta en su estudio luminoso y cuajado de pinturas, papeles y paredes blancas como un se?or en un latifundio crom¨¢tico. Persigue la materia y rezuma m¨²sica en su pintura. M¨¢s que matem¨¢tica, ¨¦l encuadra geometr¨ªas donde caben el j¨²bilo, el horror y el misterio. En Barcelona muestra su obra en la Galer¨ªa Joan Prats y en Sevilla expone ahora Manicrom¨¢tico en el Espacio Santa Clara. Ha vuelto a la ciudad donde naci¨® para decirle que le pertenece.
Pregunta. ?A cu¨¢ntos metros hay que mirar sus cuadros?
Respuesta. A distancia, seis metros. Yo me alejo de ellos para pintarlos.
P. ?As¨ª que se pinta con el ojo, no con la mano?
R. Efectivamente. Sirve para acertar con el color. Yo soy muy anticuado en eso. Puedo tardar mucho tiempo en fabricar un tono.
P. ?Anticuado? Pero si usted ha sido un pionero de la inform¨¢tica en el arte.
R. Yo en los setenta part¨ªa de dibujos, hoy eso no tiene nada que ver con lo que hago ahora. Antes de empezar un cuadro tengo montones de im¨¢genes en mi cabeza. O alrededor: fotograf¨ªas, recortes de prensa. Todo ese material se convierte en un collage y de ah¨ª proyecto algo.
P. Cuando veo un cuadro suyo tengo la impresi¨®n de que usted persigue un ¨¢tomo.
R. ?Un centro de energ¨ªa? S¨ª. Pero que se expande y esa expansi¨®n puede ser el mundo.
P. Dice el cr¨ªtico Luis Mart¨ªnez Montiel que usted es la matem¨¢tica de la m¨²sica hecha carne a trav¨¦s del color. ?Tiene raz¨®n?
R. Yo se la doy, entera.
P. ?La matem¨¢tica en su obra es una m¨ªstica?
R. La geometr¨ªa m¨¢s que la matem¨¢tica. Es complicado, vale. Muchos piensan que mi obra es espont¨¢nea y no, es todo lo contrario. Espont¨¢neos para m¨ª son los dibujos, eso s¨ª. Mi obra ha variado, el a?o en que naces no es ninguna bobada.
P. A ver, a ver.
R. Yo pertenezco a una generaci¨®n que ya se extingue, la del informalismo.
P. ?Y c¨®mo eran?
R. Pues muy serios, hijos en el fondo de la culpa cat¨®lica y de la marxista, al tiempo.
P. Dos cargas del cop¨®n.
R. Cierto. Propiciaban que hay que ser bueno, un engranaje del futuro. Comparado con los actuales j¨®venes es la ant¨ªtesis.
P. ?Se liber¨® de aquello?
R. Yo creo que s¨ª. Despu¨¦s lleg¨® otra corriente, el pop, y eso era todo lo contrario. Del negro, el marr¨®n, de la tierra, los demonios, lo inconsciente, pasamos, yo tambi¨¦n, a algo m¨¢s desenfadado. La mitolog¨ªa del pop es el cachondeo, el consumo y la publicidad.
P. ?Y eso le deslumbra?
R. Se me mete dentro, como se me metieron los otros ismos. Para m¨ª T¨¤pies fue muy importante. Los artistas con el tiempo se consagran o desaparecen. Es muy dif¨ªcil sostenerse en el futuro. Yo, por ejemplo, he empezado a tomarme en serio muy recientemente, pero el futuro es algo a¨²n muy lejano.
P. ?C¨®mo le va con ello?
R. Es un proceso. Primero alguien te hace una cr¨ªtica buena, despu¨¦s otro te compra un cuadro, luego el Reina Sof¨ªa te monta una exposici¨®n y empiezas a pensar ¡°bueno, a lo mejor esto¡¡±. Luego viene alg¨²n grupo y te odia, entonces, ya est¨¢ el completo.
P. Usted, ?a qui¨¦n odia?
R. A Marcel Duchamp. Lo odio y lo respeto. Pero no lo pongas de titular. Aunque al tiempo creo que se est¨¢ comiendo a Picasso. No s¨¦, tengo esa sensaci¨®n.
P. ?Por qu¨¦?
R. Picasso fue y es un dios, pero el concepto Duchamp le est¨¢ restando mucho a la mitolog¨ªa picassiana.
P. ?Con qu¨¦ derecho?
R. No s¨¦, me da la impresi¨®n... Yo tambi¨¦n he cre¨ªdo en lo picassiano, pero ahora s¨¦ que ya no.
P. ?Un ateo de Picasso?
R. S¨ª, un laico, ¨¦l ha sido demasiado Dios. No es que fuera un gran te¨®rico, pero s¨ª un impulso creador permanente.
P. Ha vuelto a Sevilla en una ¨²ltima exposici¨®n. ?Para qu¨¦?
R. Yo soy un hijo de Sevilla, pero en mi juventud los artistas ten¨ªan que salir. Y me fui a Par¨ªs, el centro del mundo entonces, que estaba mucho m¨¢s lejos que ahora. Sal¨ª en tren, en tercera.
P. ?Qu¨¦ buscaba all¨ª?
R. No s¨¦, fue algo instintivo. Hab¨ªa que ir a para desnudarse, ba?arse, lavarse con estropajo y quitarse la mugre. Pero en aquel viaje a¨²n no dej¨¦ de ser cat¨®lico. Eso no se quita del todo. No creo en Dios, pero si entro en una iglesia me lo tomo en serio. No me r¨ªo al pasar delante del sagrario. Respeto mucho el fen¨®meno religioso global.
P. ?Cuando se fue a Francia pidi¨® permiso a sus padres?
R. Yo creo que les gust¨® que me fuera. Lo estoy recordando estos d¨ªas. ?Qu¨¦ pensar¨ªan? ?ramos ocho hermanos. No me dieron una peseta. Trabaj¨¦ de conserje de noche en un hotel.
P. As¨ª tendr¨ªa tiempo de pensar en sus cuadros¡ ?Lo aprovechaba?
R. S¨ª, pero para dormir.
Babelia
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