Localizado el lugar exacto donde estuvo la primera tumba de Col¨®n: bajo el asfalto en el centro de Valladolid
Los expertos que investigan el origen del almirante confirman que fue enterrado en 1506 en un convento ya demolido de la ciudad castellana
El revoltijo de huesos humanos, tierras, microorganismos del Caribe, yesos, ladrillos y peque?os trozos de elementos met¨¢licos que guarda el cofre donde reposan los restos de Crist¨®bal Col¨®n, instalado en la catedral de Sevilla, refleja a la perfecci¨®n el manto de oscuridad y complejidad que cubre la figura de este personaje fundamental en la historia universal. Marcial Castro, historiador que lleva desde 2002 intentando desentra?ar los enigmas del conquistador de Am¨¦rica gracias al proyecto Col¨®n ADN, su verdadero origen, unas investigaciones impulsadas por la Universidad de Granada y diversos laboratorios internacionales, lo define muy claramente: ¡°En Col¨®n, todo es un caos¡±. Un caos que, poco a poco, empieza a ordenarse, aunque sea ¨ªnfimamente. Este jueves, en el Museo Naval de Madrid, se han presentado los resultados parciales del estudio que se?ala el lugar exacto donde fue inicialmente enterrado el almirante, porque ni eso estaba totalmente seguro hasta ahora.
El informe de los expertos confirma que el genov¨¦s ¨Do de donde fuese originario, pues eso tampoco est¨¢ claro¨D fue enterrado el 20 de mayo de 1506 en el convento de San Francisco, en una capilla propiedad del noble Luis de la Cerda, en Valladolid. Pero el cenobio ya no existe porque fue demolido en 1876. ?Y qu¨¦ pas¨® con la tumba original del hombre que encontr¨® un nuevo mundo? Pues se encuentra debajo del asfalto de la vallisoletana calle de la Constituci¨®n, en el centro de la ciudad. ?Y sus restos? Despu¨¦s de dar varios tumbos por el planeta, como buen marino, descansan ahora en la catedral de Sevilla.
El hombre que hab¨ªa entregado a los Reyes Cat¨®licos un imperio volvi¨® de su tercer viaje engrilletado, acusado de mil y una tropel¨ªas en las Indias. El almirante hab¨ªa resultado un aut¨¦ntico fiasco como gestor de las tierras reci¨¦n descubiertas. As¨ª que cuando consigui¨® la libertad, decidi¨® perseguir a la comitiva real en busca de una nueva oportunidad, al igual que otros tantos que se arrastraban tras la corte en su deambular por el reino.
En 1506, el s¨¦quito de Fernando el Cat¨®lico ¨DIsabel, la financiera de la primera expedici¨®n a Am¨¦rica, ya hab¨ªa fallecido¨D lleg¨® a Valladolid, y con ¨¦l Col¨®n y sus ocho criados. El marino pensaba que siempre habr¨ªa un momento para que el monarca escuchase sus s¨²plicas. Pero la muerte le alcanz¨® en la ciudad del Pisuerga, por lo que fue enterrado en la sala capitular del convento (Col¨®n era rico). Al menos, eso se?alaba un documento (ahora perdido) del entonces regidor de la ciudad, Rodrigo de Verdesoto. Tres siglos despu¨¦s, un marino ilustrado llamado Jos¨¦ Vargas Ponce empez¨® a transcribir aquel texto de Verdesoto, donde apuntaba que Col¨®n fue enterrado en la iglesia franciscana. El equipo de investigadores de la Universidad de Granada confirma ahora las anotaciones de Vargas, ya que una parte de la tierra que se guarda en el cofre de Sevilla coincide con la encontrada en el subsuelo de la calle de la Constituci¨®n vallisoletana, seg¨²n fuentes del proyecto, que se muestran, no obstante, sumamente remisas a aportar m¨¢s datos.
Al pasar el georradar sobre la calle, los especialistas detectaron igualmente algunos de los pilares de la antigua edificaci¨®n conventual y localizaron as¨ª d¨®nde se alzaba con exactitud la capilla. Tambi¨¦n pudieron determinar sus medidas (11 por 11 metros). Posteriormente, y gracias a los datos obtenidos por los detectores del subsuelo, se ha realizado una reconstrucci¨®n digital del convento y del lugar de enterramiento.
?Y qu¨¦ pas¨® con los restos del descubridor? Se sabe que su nuera se los llev¨® en torno a 1510 a Sevilla y que fue enterrado otra vez en la Cartuja hispalense. Pero en 1523, el cuerpo del almirante y el de su hijo fueron trasladados a la isla de La Espa?ola (hoy en d¨ªa territorio compartido por la Rep¨²blica Dominicana y Hait¨ª), donde realmente ¨¦l deseaba ser enterrado. Fue depositado entonces en la catedral de Santo Domingo, hasta que en 1793 Espa?a cedi¨® la isla caribe?a a Francia. Eso hizo que los f¨¦retros fueron transportados de nuevo, esta vez a la catedral de La Habana, donde permanecieron hasta la independencia de Cuba en 1898. De all¨ª, con todos los honores, se enviaron de nuevo a Espa?a y se ubicaron en la catedral de Sevilla, donde el almirante reposa en una impresionante sepultura obra de Arturo M¨¦lida. Sin embargo, la Rep¨²blica Dominicana no acepta esta versi¨®n porque sostiene que el navegante sigue descansando en la catedral de Santo Domingo, en una caja encontrada en 1877 donde se lee la inscripci¨®n ¡°Crist¨®bal Col¨®n¡±.
En 2003, Marcial Castro y Jos¨¦ Antonio Lorente, catedr¨¢tico de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada y uno de los m¨¢s reputados expertos del mundo en ADN, consiguieron los permisos para abrir la tumba sevillana y comprobaron la autenticidad de los huesos al compararlos con los de su hermano y su hijo, de cuyos restos no hay duda alguna. Igualmente, descartaron que los custodiados en Santo Domingo fueran de Col¨®n.
Otro enigma, quiz¨¢s el m¨¢s conocido, versa sobre el origen del marino. Aunque principalmente est¨¢ aceptado que era genov¨¦s ¨Dno obstante, nunca escribi¨® ni una l¨ªnea en italiano¨D, numerosos expertos defienden otros lugares de nacimiento: Galicia, Catalu?a, Mallorca, Castilla, Portugal, Francia, Polonia... Como en 2003, cuando se extrajeron las muestras de la tumba de Sevilla, las t¨¦cnicas de ADN no estaban tan desarrolladas, no se pudo establecer su origen gen¨¦tico. Los especialistas del proyecto Col¨®n ADN, su verdadero origen sostienen que ahora, 20 a?os despu¨¦s, s¨ª se puede y con gran precisi¨®n. Los resultados de la investigaci¨®n se har¨¢n p¨²blicos el pr¨®ximo octubre en un documental dirigido por Regis Francisco L¨®pez, producido por RTVE y Story Producciones.
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