Tosquelles, el psiquiatra paciente
Una gran exposici¨®n en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona recupera al psicoterapeuta republicano catal¨¢n que luch¨® por reformar las instituciones psiqui¨¢tricas y humanizar y desdramatizar la enfermedad mental
¡°Who killed Sloan in the kitchen?¡±. La frase obsesiva del enajenado y ambicioso periodista Johnny Barret en Corredor sin retorno de Samuel Fuller (1963) viene a la cabeza una y otra vez cuando uno ha quedado encerrado accidentalmente en la exposici¨®n Tosquelles, como una m¨¢quina de coser en un campo de trigo, dedicada al innovador psiquiatra republicano catal¨¢n Francesc Tosquelles y que se exhibe en el ...
¡°Who killed Sloan in the kitchen?¡±. La frase obsesiva del enajenado y ambicioso periodista Johnny Barret en Corredor sin retorno de Samuel Fuller (1963) viene a la cabeza una y otra vez cuando uno ha quedado encerrado accidentalmente en la exposici¨®n Tosquelles, como una m¨¢quina de coser en un campo de trigo, dedicada al innovador psiquiatra republicano catal¨¢n Francesc Tosquelles y que se exhibe en el Centre de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB). Los comisarios han tenido que marcharse, los operarios que estaban mont¨¢ndola han salido a comer y se ha cerrado a cal y canto el espacio de la muestra, que incluye obras de Tapies, Dal¨ª, Mir¨®, Dubuffet, Michaux o Artaud. Quedarte atrapado en una exposici¨®n sobre manicomios y psiquiatr¨ªa, aunque sea psiquiatr¨ªa progre, es una faena. M¨¢s si recorriendo las salas en busca de salida te topas por todas partes con fotos y metraje de enfermos mentales recluidos, pinturas y esculturas realizadas por ellos, y algunos retratos muy perturbadores, como Delirant hallucin¨¦ (1943) de Le¨®n Schwarrz-Abrys, que desde luego nadie va a robar, o la estremecedora escultura de la Bestia de G¨¦vaudan que tall¨® mientras estaba internado -tras hacer descarrilar un tren- Auguste Forestier y que porta los dientes verdaderos de un animal salvaje indeterminado. Imposible no pensar que est¨¢s en los predios de Alguien vol¨® sobre el nido del cuco y Shutter Island. Afortunadamente en una pared est¨¢ hablando un hombre con un aspecto muy simp¨¢tico y una voz tranquilizadora. Es Tosquelles (Reus, 1912-Granges-sur-Lot, 1994), con su aire como de profesor Tornasol versi¨®n psiquiatra. ¡°Continuamos manteniendo el hospital como lugar abierto, realmente abierto¡±, explica pacientemente desde un v¨ªdeo; ¡°y que un lugar sea abierto o cerrado no depende solamente de las paredes¡±. Mir¨¢ndolo y escuch¨¢ndolo pasa r¨¢pido el rato hasta que aparecen unos t¨¦cnicos con aspecto de Esperando a Godot y ayudan a salir.
La exposici¨®n sobre Tosquelles, renovador de la instituci¨®n psiqui¨¢trica con un m¨¦todo revolucionario que vinculaba pol¨ªtica, teatro, cine, arte y literatura y que humaniz¨® la vida de millares de pacientes emancip¨¢ndolos mediante la cultura, es de las m¨¢s radicales y exigentes de las muy radicales y exigentes (y extraordinariamente sugestivas) que acostumbra a presentar el CCCB. No hace falta quedarse encerrado para sentirse de entrada desazonado no s¨®lo por la materia de lo que se aborda principalmente, el tratamiento de los enfermos mentales a trav¨¦s de la experiencia del psiquiatra catal¨¢n, sino por la cantidad de informaci¨®n y objetos (unos 700 en total), proyecciones e instalaciones art¨ªsticas que conforman la muestra. Aunque la voz y la imagen de Tosquelles, a trav¨¦s de pantallas con fragmentos de entrevistas, acompa?a amigablemente a lo largo de todo el recorrido proporcionando un asidero. Se ha editado un voluminoso cat¨¢logo (CCCB-Arc¨¤dia) con art¨ªculos de 16 autores, entre ellos los dos comisarios Carles Guerra y Joana Mas¨®, Paul B. Preciado, el historiador de la filosof¨ªa de la universidad de Cambridge Jean Khalfa (especialista en Deleuze, Foucault y el psiquiatra Frantz Fanon), y la historiadora del arte y directora de la colecci¨®n de Art Brut de Lausana, Sarah Lombardi. La exposici¨®n, producida por el CCCB (donde puede verse hasta el 28 de agosto), el Museo Reina Sof¨ªa (del 27 de septiembre al 23 de marzo de 2023) y el museo de arte contempor¨¢neo Les Abattoirs de Toulouse (donde ya se ha exhibido), viajar¨¢ posteriormente al American Folk Art Museum de Nueva York.
Para el p¨²blico en general, Francesc Tosquelles, un hombre que estuvo en la vanguardia psiqui¨¢trica, pol¨ªtica y antifascista europea, es un gran desconocido, y uno de los objetivos principales de la exposici¨®n es descubrirlo. Realmente era un personaje sensacional, relacionado con Ferenczi, con Lacan, con Artaud, ?luard, Tristan Tzara y Dal¨ª, vinculado al POUM, capit¨¢n m¨¦dico del ej¨¦rcito republicano durante la Guerra Civil (en servicios psiqui¨¢tricos del Ej¨¦rcito de Extremadura), exiliado en Francia, integrado en la Resistencia contra los nazis (en el hospital de Sant-Alban donde trabajaba y que ten¨ªa contacto con el maquis se dio refugio a muchos perseguidos ilustres y combatientes, la exposici¨®n exhibe una acusaci¨®n de 1942 de la Suret¨¦ por antipatriotismo), psicoanalista, pionero del cine psiqui¨¢trico, estudioso de la obra de Gabriel Ferrater (escribi¨® el libro Funci¨®n po¨¦tica y psicoterapia. Una lectura de ¡®In memoriam¡¯, de Gabriel Ferrater), te¨®rico del pie (v¨¦ase m¨¢s adelante), Medalla del President Maci¨¤, hijo ilustre de Reus¡ Uno de los episodios m¨¢s curiosos de su vida -y que recrea, ley¨¦ndola en bares, una pel¨ªcula de Mireia Sallar¨¨s que puede verse en la exposici¨®n- es la carta que le escribi¨® en 1927 ?a Stalin!, en la que le recriminaba el centralismo comunista en relaci¨®n con Catalu?a y le advert¨ªa desde Reus ¡°aqu¨ª no hay s¨®viets¡±.
Genial heterodoxo, autor de frases rotundas que dan que pensar (¡°los maestros que tenemos son los enfermos, no tenemos otro maestro, todos los dem¨¢s maestros elaboran teor¨ªas¡±; ¡°el miedo a morir vestidos lo tenemos todos¡±), sorprendentes, con un toque marxiano (Groucho)-daliniano (¡°el inconsciente no existe, insiste pero no existe¡±, ¡°el genio catal¨¢n es surrealista gen¨¦ticamente, nunca se sabe si hablamos en serio o desbarramos, hay que desbarrar¡±), la muestra exhibe algunos de sus retratos ic¨®nicos: el primer plano en contrapicado en el que parece un payaso, el que aparece encerrado dentro de un parque infantil o el realizado sobre el tejado del hospital de Saint-Alban con la escultura de un barco de Forestier. Un psicoterapeuta amable al que no le importaba -e incluso lo disfrutaba- mostrarse como un exc¨¦ntrico. Un psiquiatra paciente en toda su polisemia.
¡°La idea de la exposici¨®n, que muestra la transformaci¨®n que hizo Tosquelles de las instituciones mentales heredadas del siglo XIX, es colocarlo en un paisaje muy colectivo, relacionado con la pol¨ªtica, con las vanguardias art¨ªsticas, la literatura, adem¨¢s de con la experimentaci¨®n cl¨ªnica¡±, explica Joana Mas¨®, sentados en torno a una mesa con libros que hay al final del recorrido de la muestra. La proyecci¨®n de una entrevista con el psiquiatra que domina la sala hace que la iluminaci¨®n cambie continuamente en un efecto alucin¨®geno. ¡°La relaci¨®n con la psiquiatr¨ªa es central, claro. ?l trabaja con dos intuiciones muy claras: para curar no hay que aislar, las instituciones deben transformarse, reformarse, han de dejar de usar las camisas de fuerza y la contenci¨®n; y por otro lado hay que incorporar a la comunidad terap¨¦utica entera, a la gente que no tiene relaci¨®n con la psiquiatr¨ªa, incluidas las monjas que hac¨ªan de enfermeras¡±. Mas¨®, autora de Tosquelles, curar las instituciones (Arc¨¤dia, 2021), Premio Ciutat de Barcelona de ensayo y libro destinado a ser de referencia en lo tocante al psiquiatra, recuerda la an¨¦cdota de que Tosquelles recibi¨® una denuncia de la madre superiora de la comunidad que atend¨ªa a los pacientes por ense?ar Lacan a las monjas: ¡°Marranadas¡±, especific¨® la religiosa. El reusense valoraba mucho la aportaci¨®n de mujeres psiquiatras pioneras como Agn¨¨s Masson, y explicaba como ¨¦sta en su empe?o por eliminar las camisas de fuerza hizo que le pusieran una a la monja jefe del hospital y le espet¨®: ¡°Ma?ana o pasado vendr¨¦ a verla, ya me dir¨¢ el qu¨¦¡±.
¡°Tosquelles trabaja para desmontar la distancia entre lo normal y lo patol¨®gico¡±, prosigue Mas¨®; ¡°para deshacer esa oposici¨®n y la idea de supuesta normalidad¡±. Se empe?a tambi¨¦n en eliminar el miedo del psiquiatra a la locura y a los enfermos, y considera que la paranoia ¡°es la forma de constituci¨®n de la personalidad de todos¡±. Al principio de la exposici¨®n se pueden ver, en un montaje interactivo creado por Roger Bernat, filmes del archivo del emblem¨¢tico hospital de Saint-Alban, donde trabaj¨® Tosquelles desde 1940 m¨¢s de veinte a?os y en los que se ve a los pacientes en algunas de las actividades programadas. ¡°Ven¨ªa de la Rep¨²blica y las colectivizaciones, en Saint-Alban, los enfermos se agrupaban en cooperativas, y ten¨ªan incluso su peque?a econom¨ªa, montaban clubs, fiestas y hasta espect¨¢culos de teatro y circo¡±.
Para la comisaria, se explica que Tosquelles sea un desconocido para la gente en general en nuestro pa¨ªs por sus opciones pol¨ªticas, siempre a contrapelo. ¡°Era del POUM, y luego un exiliado, y el franquismo borr¨® todo su recuerdo. En Francia es mucho m¨¢s conocido, sus a?os en Saint-Albans inspiraron a otros, como a la gente del mayo del 68¡å. El auge de la antipsiquiatr¨ªa, a favor de la destrucci¨®n de los muros, tambi¨¦n orill¨® a Tosquelles, partidario no de acabar con las instituciones psiqui¨¢tricas (es uno de los m¨¢ximos representante de la denominada Psiquiatr¨ªa Institucional francesa) sino de reformarlas. Un debate muy de hoy, como recalca Joana Mas¨®. Y su personalidad, con su elogio del desbarrar catal¨¢n, su irreverencia, su lenguaje de tintes dalinianos y su resistencia a asimilarse a las culturas dominantes y a los clanes ya fueran los surrealistas o los lacanianos, tampoco le jug¨® a favor.
La exposici¨®n, que hace hincapi¨¦ en el surrealismo y el Art Brut creado por gentes marginales y coleccionado por Dubuffet, propicia el debate sobre el uso de la producci¨®n de los enfermos mentales. Tosquelles critic¨® esa apropiaci¨®n por parte de las vanguardias. ¡°Es un marxista, viene del campesinado catal¨¢n enemigo del concepto patrimonial de la cultura. Adem¨¢s, ¨¦l no est¨¢ de acuerdo con el concepto de alteridad que aplican los surrealistas a los enfermos mentales. Al contrario, considera que no son ¡®los otros¡¯ sino que somos nosotros mismos¡±.
¡°Es un ecl¨¦ctico, y un gran pragm¨¢tico que no cree en que las cosas sean blanco o negro¡±, apunta Carles Guerra, comisario con Mas¨®; ¡°usaba todas las herramientas posibles para crear entornos de cura¡±. De la frase que da t¨ªtulo a la exposici¨®n subraya que es ¡°muy Tosquelles¡± y que la pronunci¨® en una mesa redonda en los a?os 70 en la que explic¨® que lo que ellos hicieron en los a?os 30 cuando las instituciones psiqui¨¢tricas republicanas se transformaban y se favorec¨ªa la salida de los internos mediante el trabajo y la socializaci¨®n en entornos abiertos, fue como poner m¨¢quinas de coser en campos de trigo. Es una vuelta ¨¤ la Tosquelles sobre la famosa frase de Lautr¨¦amon elogiada por los surrealistas de que la belleza era como el encuentro fortuito de una m¨¢quina de coser con un paraguas sobre una mesa de disecci¨®n, y de la que hay una obra de Man Ray que la visualiza en la exposici¨®n. Sintetiza tambi¨¦n la frase de Tosquelles su empe?o por llevar la psiquiatr¨ªa al entorno rural, inter¨¦s del que hay ejemplos en la muestra.
La exposici¨®n, que recorre la vida y el legado de Tosquelles, incluidos los a?os de la Rep¨²blica en que Barcelona era ¡°la peque?a Viena¡± por la profusi¨®n de psiquiatras y psicoanalistas extranjeros, incluye una serie de instalaciones de artistas contempor¨¢neos. Una es la de Perejaume en la que el visitante ha de descalzarse para caminar sobre unas cortezas de alcornoque, en alusi¨®n al ¡°m¨¦todo hipocr¨ªtico¡± que menciona Tusquelles y que propone, con su gusto por la paradoja y la provocaci¨®n, desplazar la experiencia cognitiva de la cabeza a los pies. ¡°Cuando nos paseamos por el mundo, lo que cuenta no es la cabeza, son los pies. Saber d¨®nde pisas¡±. Algo que vinculaba a otro tema recurrente en la exposici¨®n, el exilio: ¡°El exilio se inscribe en los pies, porque son los que cruzan las fronteras¡±. Cerca se puede ver un v¨ªdeo de Mim Tanaka, el artista de butoh, actuando descalzo entre los residentes de la cl¨ªnica de La Borde, una de las instituciones que recogieron el testigo de Tosquelles y Saint-Alban.
En el recorrido de la exposici¨®n, muchas cosas sorprendentes. Las casetes de Tosquelles con casos concretos recuperadas y colocadas cubriendo toda una pared en una imagen futurista, carteler¨ªa del POUM, las inquietantes esculturas de corcho de Joaquim Vicens Gironella (al que el Museo Memorial del Exilio, MUME, de la Jonquera dedica ahora precisamente una muestra), unas im¨¢genes preparatorias del filme de Abel Gance El fin del mundo en las que aparece Artaud, o la informaci¨®n de que Lacan dio una conferencia en el Paraninfo de la UB ?en 1958!, en el marco del Congreso Internacional de Psiquiatr¨ªa.
Una exposici¨®n para quedarse encerrado una buena temporada, siempre con Tosquelles a mano por eso.