El Supremo de EE UU falla a favor de los herederos del ¡®pissarro¡¯ del Thyssen expoliado por los nazis
El alto tribunal decide por unanimidad que en este caso prevalece la ley californiana y no la espa?ola, lo que abre la puerta a la devoluci¨®n del cuadro
El Supremo de Estados Unidos ha dado la raz¨®n con un veredicto de unanimidad a la familia Cassirer, herederos de un cuadro de Camille Pissarro que les fue expoliado por los nazis en 1939 y que pertenece desde los a?os noventa al Estado espa?ol como parte de la Colecci¨®n Thyssen-Bornemisza, expuesta en Madrid.
El alto tribunal no ha decidido que la pintura impresionista Rue Saint-Honor¨¦ por la tarde. Efecto de lluvia, de 1897, deba ser devuelta a los nietos de Lilly Cassirer, jud¨ªa, que la tuvo que malvender para obtener un visado con el que poder abandonar Alemania en los albores de la Segunda Guerra Mudial y evitar as¨ª el fatal destino de un campo de concentraci¨®n. En lo que el Supremo estadounidense les da la raz¨®n es en su aspiraci¨®n de que la ley que se aplique en esta reclamaci¨®n no sea la espa?ola, sino la californiana. Y esa legislaci¨®n se inclina decididamente por que la pintura les sea devuelta a sus propietarios originales.
En la pr¨¢ctica, el dictamen implica que el caso vuelve a las instancias inferiores, donde siempre (tambi¨¦n, el a?o pasado, en el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con competencia sobre nueve estados del Oeste de Estados Unidos) le dieron la raz¨®n al museo por considerar que prevalec¨ªa la normativa espa?ola. Cuando el tema aterrice de nuevo sobre la mesa del juez de Los ?ngeles y este revise el caso, tendr¨¢ que aplicar esta vez la californiana, que es mucho m¨¢s favorable a los deseos de la familia.
Redactada por la jueza Elena Kagan en nombre de los nueve miembros de la corte, la sentencia es tajante:. ¡°El camino de nuestra decisi¨®n ha sido tan corto como larga la b¨²squeda de [la obra] Rue Saint-Honor¨¦¡±, escribe Kagan, que atribuye a ¡°un estado o entidad extranjera¡± la misma responsabilidad que a un particular tras una interpretaci¨®n del principio de elecci¨®n legal y de la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras (1976), que fue dise?ada para ordenar el tr¨¢fico judicial en las relaciones internacionales. ?Qu¨¦ normativa aplicar, entonces? Para el Supremo, ¡°la respuesta es sencilla¡±: la que prevalecer¨ªa si una de las partes no fuera un Estado for¨¢neo, sino un ciudadano del lugar, California, en el que se puso la demanda.
La sentencia aprovecha tambi¨¦n para resumir la atribulada peripecia del lienzo. Tanto Lilly como su nieto, el fot¨®grafo Claude Cassirer (1921-2010), acabaron en Estados Unidos. Su b¨²squeda del cuadro, al que se le perdi¨® la pista una vez terminada la guerra, fue infructuosa. Aunque no andaba tan lejos como parec¨ªa; pas¨® en los cincuenta por las manos de un marchante de Beverly Hills, y el bar¨®n Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza lo compr¨® en 1976 de buena fe (una buena fe que no ha ablandado al Supremo) por 360.000 d¨®lares a una galer¨ªa neoyorquina. A Lilly le dieron en 1939 el equivalente a 360 d¨®lares, aunque, en realidad, nunca recibi¨® el dinero; el ingreso se hizo en una cuenta ya bloqueada por el r¨¦gimen nazi. Eso s¨ª, el Gobierno de la Rep¨²blica Federal Alemana la reconoci¨® como su propietaria y le entreg¨® 120.000 marcos como compensaci¨®n. Hoy, el pissarro est¨¢ valorado en unos 30 millones de d¨®lares (cerca de 28 millones de euros).
El Estado espa?ol lo compr¨® en 1993, como parte de la colecci¨®n de m¨¢s de 775 piezas del bar¨®n, por 350 millones de d¨®lares. Claude supo por un conocido, de visita en Madrid, que el lienzo ¨Dque, seg¨²n la sentencia, alguno de sus antepasados hab¨ªa adquirido al propio Pissarro en 1900 y colg¨® del apartamento berlin¨¦s de la familia¨D estaba en realidad en un museo nacional espa?ol. As¨ª que decidi¨® demandar al Estado en el lugar en el que se hab¨ªa jubilado, California (conviv¨ªa en San Diego con su esposa y con una copia de Rue Saint-Honor¨¦ en el sal¨®n).
La posesi¨®n p¨²blica del cuadro durante seis a?os es suficiente, seg¨²n la ley espa?ola para considerar al museo como a su leg¨ªtimo due?o. El Thyssen hab¨ªa expuesto el pissarro durante casi ocho a?os antes de que los Cassirer pidieran por primera vez su devoluci¨®n en 2001, un a?o despu¨¦s de que Claude lo localizara. Para la ley de California, un objeto obtenido de esa manera no puede generar un t¨ªtulo de propiedad leg¨ªtimo.
Tras conocerse el fallo, un portavoz del Thyssen en Madrid ha se?alado, en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico, que ¡°a¨²n no hay nada que decir¡± y que se encuentran ¡°a expensas de lo que expliquen los abogados del museo en Estados Unidos, que est¨¢n trabajando en el caso¡±. Las mismas fuentes han a?adido que ser¨¢ este viernes cuando la fundaci¨®n emita un comunicado para aclarar su posici¨®n, una vez analizados todos los detalles de la sentencia.
En declaraciones a Los Angeles Times, David Cassirer, que cogi¨® el testigo de la reclamaci¨®n a la muerte de su padre y contaba con el apoyo de la Federaci¨®n Jud¨ªa de San Diego, ha definido la ma?ana de este jueves como ¡°una ma?ana feliz¡±. ¡°Siempre consideramos este caso muy importante para mandar el mensaje de que los museos y los Gobiernos no deber¨ªan estar autorizados para acumular arte que fue expoliado por los nazis durante el Holocausto¡±. En el caso tambi¨¦n se hab¨ªan personado como amicus curiae para prestar su asistencia y apoyo a la familia Cassirer la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a y la Comunidad Jud¨ªa de Madrid, representadas por el bufete espa?ol B. Cremades & Asociados.
Babelia
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