Joaqu¨ªn Pajar¨®n: ¡°Un chiste puede ser grosero o inoportuno, nunca un delito¡±
El humorista asturiano traspas¨® las fronteras del Principado gracias a las redes sociales
Michael Collins viaj¨® a la Luna, pero no la pis¨®. Mientras sus compa?eros Armstrong y Aldrin caminaban por ella, ¨¦l tuvo que quedarse en la nave para hacer fotos y experimentos. Cincuenta a?os despu¨¦s, un humorista asturiano se hace viral con un v¨ªdeo donde parodia la escena: ¡°?Yes astronauta o yes taxista?¡±. Se llama Joaqu¨ªn Pajar¨®n, tiene 43 a?os y si ahora llena teatros con sus mon¨®logos es porque en otra vida, cuando era futbolista y jugaba en la cantera del Real Oviedo, se rompi¨® el tal¨®n de Aquiles. Fue primero la lesi¨®n que la vocaci¨®n, porque, aunque era ¡°el graciosillo¡± desde peque?o ¡ª¡±Fue un mecanismo de autodenfensa, para encajar, porque no era ni el m¨¢s listo ni el m¨¢s fuerte¡±¡ª y aunque grababa ¡ª¡±en VHS¡±¡ª todos los chistes de Faemino y Cansado, Martes y 13 y Tip y Coll, nunca hab¨ªa pensado que podr¨ªa vivir del humor. Acaba de actuar en la sala Galileo Galilei de Madrid. Despu¨¦s de una ¨¦poca de cobrar en especies - ¡°copas¡±- por actuar en bares de amigos y hacer un curso de magia con la hija de Juan Tamariz, ha logrado traspasar, gracias a las redes sociales, las fronteras del Principado.
Pregunta. ?Recuerda su primer sueldo de humorista y qu¨¦ hizo con ¨¦l?
Respuesta. Un d¨ªa en un bar se acerc¨® un chico y me propuso ir a unas pruebas para un programa de Teleasturias. Lo hice, me cogieron y ese verano me pagaron 150.000 pesetas por hacer de reportero payaso en la playa. Ten¨ªa 20 a?os. No me lo gast¨¦ todo.
P. Cuando le empezaba a ir bien, lleg¨® la pandemia, pero se mont¨® el escenario en casa.
R. Siempre que me iba bien luego se torc¨ªa. Estuve currando en El Terrat, con Buenafuente, pero se acab¨® el programa que hac¨ªamos. En la serie Estoy vivo, de TVE, y desapareci¨® mi personaje. No ten¨ªa c¨®mo venderme y me puse a hacer v¨ªdeos para las redes sociales, como si fuera mi propia campa?a de publicidad. De repente uno de esos v¨ªdeos se viraliz¨® y me empez¨® a conocer mucha gente fuera de Asturias. El formato funcionaba y empec¨¦ a probar los contenidos.
P. Usaba a sus seguidores en redes como conejillos de indias.
R. Exactamente. Estuve un a?o as¨ª y gracias a eso pude estrenar un espect¨¢culo en Asturias, En demas¨ªa. Pas¨¦ de tener 100 espectadores en un bar a que en tres horas se vendiesen 800 entradas por verme pagando 20 euros. Alucinaba. Y todo era gracias a esos v¨ªdeos que colgaba en las redes sociales. La cosa iba fenomenal, iba a ir a actuar a M¨¢nchester, y lleg¨® la pu?etera pandemia. As¨ª que empec¨¦ a hacer directos en las redes y m¨¢s v¨ªdeos parodiando todo lo que nos estaba pasando.
P. ?Su carrera ser¨ªa la misma sin redes sociales?
R. En absoluto. No podr¨ªa haber llegado a la gente. Ra¨²l Cimas, que es uno de los grandes, o Javier Coronas, Berto... tienen una plataforma. La gente los conoce de la tele y es m¨¢s f¨¢cil que vayan a verles a un teatro. La ¨²nica forma que yo ten¨ªa de darme a conocer fuera de Asturias eran las redes.
Dentro del humor hay mucha mierda. Los humoristas no somos felices
P. Las redes sociales, adem¨¢s, le permiten interactuar. Creo que le llegaron mensajes muy emocionantes durante el confinamiento.
R. S¨ª, me escrib¨ªa gente que lo estaba pasando mal, en quimioterapia, por ejemplo, para darme las gracias por hacerla re¨ªr. Y puede parecer ?o?o, pero no hay nada m¨¢s grande que eso: que alguien te diga que le has hecho re¨ªr. En la ¨²ltima actuaci¨®n se acerc¨® una chica que me dijo que hab¨ªa estado ingresada por la covid, que lo hab¨ªa pasado fatal y que cuando ya pudo coger el m¨®vil se pon¨ªa mis v¨ªdeos. Por ese tipo de cosas merece la pena este trabajo. Dentro del humor hay mucha mierda. Los humoristas no somos felices. Yo soy una persona triste. Cuando me va bien pienso que estoy enga?ando a la gente, tengo eso del s¨ªndrome del impostor. En Pamplona met¨ª a 900 personas un jueves en un teatro y me hice viral con un v¨ªdeo y esa noche me fui corriendo al hotel.
P. Cree que no le fue bien en Zapeando [La Sexta] porque disimul¨® su acento asturiano. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. S¨ª, comet¨ª ese error. Me ve¨ªa en la tele y no era yo. Cuando hac¨ªa cursos en Madrid siempre te dec¨ªan que hab¨ªa que buscar el neutro. Le pasa a los andaluces, a los catalanes... Se hac¨ªa m¨¢s antes que ahora. Eugenio sin su acento catal¨¢n no tendr¨ªa la misma gracia. Yo soy el que soy. Ahora no disimulo mi acento y me entienden en Madrid y en Pamplona perfectamente.
P. ?Alg¨²n gatillazo en el escenario?
R. Muchos. Sobre todo al principio, en los bares. La gente est¨¢ a lo suyo, no te escucha... y es duro. En el teatro es m¨¢s f¨¢cil, porque adem¨¢s juego mucho con los silencios, pero tengo un espect¨¢culo escrito de 90 minutos y suelo estar dos horas, as¨ª que improviso mucho y a veces digo lo que no debo. S¨ª, muchos gatillazos. En el escenario. Recalca eso, por favor: en el escenario.
P. En diciembre fue juzgado un colega, David Su¨¢rez, por tuitear un chiste sobre mujeres con s¨ªndrome de Down. La fiscal¨ªa ped¨ªa para ¨¦l un a?o y 10 meses de c¨¢rcel, adem¨¢s de la inhabilitaci¨®n para tuitear. Finalmente, fue absuelto. ?Un chiste puede ser delito?
R. No. Un chiste puede ser molesto, inoportuno, grosero, maleducado... pero no puede ser delito. El c¨®mico es un personaje, como el actor de una pel¨ªcula. Yo no soy el tipo protest¨®n que sube al escenario. Yo en mi casa lloro con una canci¨®n. Eres un personaje intentando hacer re¨ªr y puedes acertar o no, pero delito son otras cosas. Nadie debe ir a la c¨¢rcel por un chiste, por inoportuno que sea. Gila hac¨ªa humor con la Guerra Civil y hab¨ªa estado en un pared¨®n. ?Se puede hacer humor hoy con la Guerra Civil?
P. ?Se puede? ?Se ha ido para atr¨¢s?
R. Para muchos ser¨ªa impensable. Hemos ido para atr¨¢s en libertades, desde luego. La gente est¨¢ en bandos y quiere situarte en uno. Si hago una broma sobre Ayuso, me ponen en el del PSOE y si ese d¨ªa es sobre S¨¢nchez, en el del PP. Y una vez que te sit¨²an en un bando, te atacan los del contrario. Es absurdo. A Calamaro le gustan los toros; a m¨ª los toros no, pero Calamaro s¨ª, mucho. Las redes me han resultado muy ¨²tiles, pero falta libertad porque si expresas una opini¨®n te pueden machacar, pueden hundir a una persona porque se hace muy r¨¢pido una bola muy grande sobre cualquier cosa, sin leer un art¨ªculo entero o sin conocer el contexto. Hay tres temas especialmente sensibles: f¨²tbol, pol¨ªtica y religi¨®n. Es dif¨ªcil a veces decir algo sin pensar en las consecuencias.
P. ?Se autocensura? ?Descarta chistes por temor a herir sensibilidades?
R. Yo busqu¨¦ un nicho de humor muy blanco, sobre temas cotidianos, pero es verdad que a veces en redes me corto. En el teatro no porque es el terreno hist¨®rico de la libertad.
Babelia
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