Una apuesta por la juventud

Sergio Gal¨¢n hizo una clara y comprometida apuesta por la juventud y acert¨®; por la juventud de sus caballos se entiende, porque ¨¦l ya es un joven veterano que ha cumplido 21 a?os como caballero de alternativa. Pero se atrevi¨® a sacar al ruedo madrile?o dos caballos, Noche y Brib¨®n, ambos de cuatro a?os, que demostraron sus buenas aptitudes toreras y dejaron muy alto el pabell¨®n cl¨¢sico de su due?o.

Sergio Gal¨¢n es un rejoneador con mucho oficio, buen caballista, maduro, seguro y, por lo general, impecable en la ejecuci¨®n de las distintas suertes. Peca, quiz¨¢, de una fr¨ªa sobriedad que le dificulta llegar a los tendidos.

A su primero lo esper¨® en la misma puerta de chiqueros, y el toro puso su mirada en el caballo y lo persigui¨® con velocidad y sa?a. Ah¨ª comenzaron a caer cuatro gotas de una inesperada nube tormentosa que, a los pocos minutos, era una lluvia torrencial que oblig¨® a muchos movimientos en los tendidos. Pero Gal¨¢n continu¨®, con la chaquetilla empapada, y solo el fallo en la suerte suprema le impidi¨® cortar alg¨²n trofeo.

A lomos del joven Noche recibi¨® al cuarto, y su estreno fue corto -un solo rej¨®n de castigo-, pero enjundioso por la cara de torero del imberbe animal; y, a continuaci¨®n, Brib¨®n, al que se le vieron dotes suficientes para ser figura. Con ¨¦l, Gal¨¢n templ¨® muy bien a dos pistas y coloc¨® con brillantez banderillas; especialmente, la ¨²ltima, en un encuentro ce?id¨ªsimo entre toro y caballo, que result¨®, sin duda, el momento, m¨¢s emocionante de la tarde.

Sergio Gal¨¢n volvi¨® a fallar con el rej¨®n de muerte, pero qued¨® patente que es un caballero con una t¨¦cnica privilegiada y con capacidad para seguir alcanzando triunfos.

Leonardo es m¨¢s joven, y m¨¢s espectacular, con una envidiable capacidad para conectar con el tendido, buen caballero, tambi¨¦n, y que tampoco acert¨® con los aceros finales. Arriesga en cada encuentro, y en uno de ellos sufri¨® una cornada uno de sus caballos, Xarope, en el ¨²ltimo tercio.

Templ¨® muy bien a dos pistas, banderille¨® con soltura (excelente a dos manos en los dos toros) y se vio obligado a pasar en falso en varias ocasiones ante el deslucido quinto por su empe?o en acercarse al animal desde lejos y de frente.

A Juan Manuel Munera, menos conocido y poco placeado, se le not¨® su biso?ez. Puso un gran empe?o, pero fall¨® en demas¨ªa con las banderillas en su primero, y se repuso ante el manso y rajado sexto, aunque su actuaci¨®n no pas¨® de discreta.