¡®Diez mil elefantes¡¯, una quimera espa?ola en Guinea Ecuatorial
Una novela gr¨¢fica ficciona las expediciones del director de cine Manuel Hern¨¢ndez Sanju¨¢n en la antigua colonia africana a partir del testimonio de uno de sus porteadores
Un espa?ol persigue una quimera en las selvas de Guinea Ecuatorial hasta casi enloquecer. A mediados de la d¨¦cada de los cuarenta, en nombre del progreso, pero tambi¨¦n de la conquista nacionalcat¨®lica, Manuel Hern¨¢ndez Sanju¨¢n remont¨® un r¨ªo hasta su nacimiento convencido de que una leyenda fang era real: convencido de la existencia de un santuario de diez mil elefantes. En la piragua navegaban los remeros, su fiel porteador Ngono Mb¨¢ y Al¨², un sordomudo pose¨ªdo por un esp¨ªritu maligno. Esta es la historia entre la realidad y la ficci¨®n que reproduce Diez mil elefantes (Reservoir Books)...
Un espa?ol persigue una quimera en las selvas de Guinea Ecuatorial hasta casi enloquecer. A mediados de la d¨¦cada de los cuarenta, en nombre del progreso, pero tambi¨¦n de la conquista nacionalcat¨®lica, Manuel Hern¨¢ndez Sanju¨¢n remont¨® un r¨ªo hasta su nacimiento convencido de que una leyenda fang era real: convencido de la existencia de un santuario de diez mil elefantes. En la piragua navegaban los remeros, su fiel porteador Ngono Mb¨¢ y Al¨², un sordomudo pose¨ªdo por un esp¨ªritu maligno. Esta es la historia entre la realidad y la ficci¨®n que reproduce Diez mil elefantes (Reservoir Books), una novela gr¨¢fica con ecos de El coraz¨®n de las tinieblas de Joseph Conrad pero con el pasado colonial espa?ol como escenario.
Hern¨¢ndez Sanju¨¢n (Madrid, 1915-Almer¨ªa, 2008) fue un director de cine madrile?o al que el periodista Pere Ort¨ªn rescat¨® del olvido hace veinte a?os. Hern¨¢ndez Sanju¨¢n no se embarc¨® en la vida real en la b¨²squeda de una manada imposible de paquidermos. Pero afirma Ort¨ªn, coautor de Diez mil elefantes junto al ilustrador ecuatoguineano Nz¨¦ Esono Ebale, que las misiones del aventurero espa?ol fueron incluso m¨¢s all¨¢ del realismo m¨¢gico. Hern¨¢ndez Sanju¨¢n rod¨® 31 pel¨ªculas documentales durante dos a?os en Guinea Ecuatorial, entre la antropolog¨ªa y la propaganda; fueron recibidas en la metr¨®polis sin pena ni gloria. Ort¨ªn las redescubri¨® y en 2006 public¨® Mbini (Alta?r), un libro con el incre¨ªble legado fotogr¨¢fico que aport¨® la investigaci¨®n de campo de Hern¨¢ndez Sanju¨¢n y de su equipo. Lo que faltaba era el testimonio del otro lado. Eso es lo que hace Diez mil elefantes, mostrar el colonialismo espa?ol desde una perspectiva tan diferente como fundamental: la de los colonizados.
La idea inicial del c¨®mic es La carga, un relato breve del escritor ecuatoguineano Juan Tom¨¢s ?vila Laurel. En 2015 se convirti¨® en un documental de animaci¨®n. Esono da ahora forma sobre el papel al relato del protagonista, el personaje inventado de Ngono Mb¨¢, y a las expediciones de Hern¨¢ndez Sanjuan. Este es el segundo libro de Esono, exiliado pol¨ªtico de 44 a?os: el primero fue la novela gr¨¢fica La pesadilla de Obi (2015), una s¨¢tira contra el dictador Teodoro Obiang. Fue encarcelado en 2017 y la presi¨®n internacional facilit¨® que pudiera abandonar Guinea Ecuatorial en 2018.
Cuenta Ngono en Diez mil elefantes que su vida cambi¨® para siempre el d¨ªa que vio por primera vez ¡°flotar el hierro¡±: ¡°Aquel d¨ªa, el d¨ªa que vi flotar el hierro, supe que aquellas extra?as gentes del barco ven¨ªan para quedarse¡±. En el vapor Domine, procedente de C¨¢diz, iban Hern¨¢ndez Sanju¨¢n y tres compa?eros de su productora, Hermic Films. Ngono les ayud¨® a desembarcar en Bata, carg¨¢ndolos en sillas para que no se mojaran en la orilla. Muchos detalles de la novela beben de la realidad, como aquel trasiego de blancos a hombros de negros. Se desarrolla en el libro un ejercicio constante para superar los l¨ªmites de la no ficci¨®n. Ngono, en uno de sus mon¨®logos ya anciano, apunta que los colonizadores menospreciaban sus chozas desde la incomprensi¨®n euroc¨¦ntrica: ¡°Dec¨ªan que en nuestras casas no ten¨ªamos nada. Ojal¨¢ se hubieran fijado bien. Porque se habr¨ªan dado cuenta de que no hab¨ªa nada que no tuviera una utilidad pr¨¢ctica¡±. Este pasaje de la obra, detalla Ort¨ªn, es una reflexi¨®n que le hizo don Tom¨¢s, el padre de Esono.
Las fotograf¨ªas de las expediciones de Hern¨¢ndez Sanju¨¢n se combinan en la novela con el trazo en bol¨ªgrafos Bic de Esono, unos dibujos que salieron al primer intento y que ser¨ªan imposibles de repetir, seg¨²n explica su creador. Sus ilustraciones exponen sin dramatismos la humillaci¨®n que comportaba la cotidianidad del colonialismo. ¡°Bajo el sol tropical o con la luz de una l¨¢mpara de bosque, con la ambici¨®n de unos y el sudor de otros, se construye una peque?a Espa?a en ?frica¡±, escrib¨ªa Hern¨¢ndez Sanju¨¢n a sus amistades en una carta de 1945 que reproduce el libro.
Una de las novelas favoritas de Ort¨ªn es El coraz¨®n de las tinieblas, por eso concede que los paralelismos con el cl¨¢sico de Conrad son evidentes. La navegaci¨®n por el r¨ªo Congo del capit¨¢n Marlow en b¨²squeda de Kurtz se convierte en Diez mil elefantes en un viaje por un r¨ªo que podr¨ªa ser el Utamboni, dice el autor. Est¨¢ la misma obsesi¨®n de Conrad por alcanzar un mito, que es diferente del de la codicia de El Dorado, porque es un mito existencial que persigue comprender el choque civilizatorio que provoca el colonialismo y tambi¨¦n ponerse uno mismo al l¨ªmite psicol¨®gico. Hern¨¢ndez Sanju¨¢n finaliza en el relato perdido en sus sue?os, enajenado por no encontrar a los elefantes. Es lo que ¨¦l defin¨ªa como ¡°el sortilegio de ?frica¡±, apuntaba en una carta de 1946.
No est¨¢ claro en Diez mil elefantes qu¨¦ lado es m¨¢s irracional, si el colonial o el que se deja llevar por la selva. Esono a?ade que en la novela hay un intercambio de papeles porque cuando dibujaba, sent¨ªa que era ¨¦l quien tomaba las c¨¢maras de Hern¨¢ndez Sanju¨¢n. ¡°El libro es sobre todo un di¨¢logo entre Ram¨®n y yo, siempre hay dos voces¡±, a?ade Ort¨ªn. Diez mil elefantes es la historia de una relaci¨®n, la del colonizador y su s¨²bdito, llena de matices y reflexiones que trascienden el dolor de la opresi¨®n. Pero la novela da una oportunidad a la sociedad que surgi¨® de aquello. ¡°Lo digo sin rencor¡±, afirma Ngono, ¡°la colonizaci¨®n fue un parto doloroso y por eso su fruto deber¨ªa ser muy apreciado. El dolor por la llegada de los blancos es demasiado grande como para que no queramos ahora al hijo que naci¨® de ella¡±.
El porteador dice al final de la novela que los blancos no entienden nada de la vida en ?frica. Hern¨¢ndez Sanju¨¢n es tratado en el relato con bondad, como alguien producto de su ¨¦poca y sensible, que quiere descubrir y entender, pero que no lo consigue. ?Por qu¨¦ no r¨ªen en una tribu cuando bailan? ¡°Porque el baile es algo muy serio, masa (jefe)¡±, responde Ngono. En el libro Mbini, Hern¨¢ndez Sanju¨¢n defend¨ªa el legado colonial espa?ol, y lamentaba su p¨¦rdida tras la independencia, en 1968. Ort¨ªn subraya que el director era hijo del pasado y argumenta que la memoria, como la que ofrece Diez mil elefantes, ¡°hay que recuperarla desde el di¨¢logo, no desde la confrontaci¨®n¡±.