G¨®mez del Pilar, un valiente de verdad
El torero madrile?o result¨® herido al recibir de rodillas al sexto toro despu¨¦s de cortar una merit¨ªsima oreja en el otro
Cuando clarines y timbales anunciaron la salida del sexto toro, G¨®mez del Pilar sali¨® del burladero y se dirigi¨® presto hacia la puerta de toriles entre el aplauso general. Se hinc¨® de rodillas en los medios y all¨ª esper¨® a un muy astifino oponente que le roz¨® las sienes en un violento encuentro, le hizo perder el equilibrio, lo busc¨® con sa?a en el suelo y le infiri¨® una cornada en el gl¨²teo.
Fue una verdadera pena porque ten¨ªa entreabierta la puerta grande despu¨¦s de una actuaci¨®n pre?ada de emoci¨®n en su primer toro.
La oreja que pase¨® en ese tercero fue de mucho peso, un cofre que encerraba alt¨ªsimas dosis de valor, un coraje ilimitado, una actitud envidiable y unas ganas de ser torero inexplicables para el ciudadano normal.
En la vuelta al ruedo le doler¨ªa el cuerpo entero porque si bien se salv¨® de puro milagro de los astifinos pitones de Milagroso, que as¨ª se llamaba el toro, sufri¨® dos serias volteretas, de esas que te hacen dudar si merece la pena seguir adelante o poner una excusa y encerrarse en la enfermer¨ªa.
Lo esper¨® tambi¨¦n de rodillas en los medios; el toro sali¨® veloz de chiqueros, se par¨® cuando lo atisb¨® a un par de metros, lo puso en el punto de mira, fue a por el torero, y lo volte¨® con violencia, aunque, por fortuna, sin consecuencias; el segundo gran susto lleg¨® cuando lo muleteaba con la mano izquierda; lo lanz¨® por los aires y el golpe seco contra el suelo fue morrocotudo.
Pero ni una ni otra mermaron el ¨¢nimo de G¨®mez del Pilar, que lleg¨® a Las Ventas dispuesto a dar un aldabonazo que le permita encarar la temporada con esperanza.
No fue f¨¢cil ese toro, ni mucho menos, como no lo fue la corrida al completo de Jos¨¦ Escolar, muy bien presentada, bien armada, astifina, desigual en varas ¨Dun par de toros acudieron con alegr¨ªa al caballo, pero empujaron con la cara alta y salieron suelto¨D-, sin recorrido en banderillas y muy complicada en el tercio final, bronca, dura y peligrosa.
El tercero se encontr¨® con un torero en estado de gracia, con una disposici¨®n absoluta y una entrega ejemplar; bien es cierto que el toro fue el ¨²nico que acudi¨® con cierta claridad a la muleta, y le permiti¨® a G¨®mez del Pilar hilvanar muletazos que tuvieron mucho eco por la evidente peligrosidad del animal. Una tanda de naturales tuvo mucha enjundia, pero no era de fiar el toro, a pesar de las apariencias. Su lidiador se la jug¨®, no obstante, de verdad, valiente a carta cabal, a sabiendas de que en cualquier momento pod¨ªa volar por los aires. Y as¨ª sucedi¨® cuando lo muleteaba con la zurda y los pies juntos.
La oreja fue de las que valen su peso en oro, el justo premio a la labor de un hombre que se jug¨® la vida para ganar la gloria; y la gan¨®, pero tambi¨¦n acab¨® en la enfermer¨ªa por su entrega sin l¨ªmite. No ten¨ªa necesidad de esperar al sexto toro de rodillas, se coment¨® en el tendido; claro que no, pero ese es el razonamiento l¨®gico. Los h¨¦roes piensan de otra manera.
Pasaron desapercibidos Octavio Chac¨®n y Alberto Lamelas, pero tambi¨¦n expusieron lo suyo, pasaron las de Ca¨ªn, no volvieron la cara en ning¨²n momento, y resolvieron con gallard¨ªa la muy dif¨ªcil papeleta de los toros de Escolar.
Chac¨®n mat¨® tres y se le vio sobrado de facultades y recursos t¨¦cnicos. Expuso una barbaridad ante el pegajoso primero, se mostr¨® sobrio y efectivo con el cuarto, y se limit¨® a matar al imposible sexto. Por cierto, todo lo hizo bien menos a la hora de usar el descabello. Muy mal y sin paliativos.
Alberto Lamelas torea menos y se le nota, pero all¨ª estuvo, serio, entregado, sorteando las muchas dificultades con gran entereza, que no es poco.
Y una dato de alto inter¨¦s: el gran subalterno ?ngel Otero, que reaparec¨ªa en Madrid despu¨¦s de una retirada voluntaria a causa de la pandemia, clav¨® dos pares extraordinarios al sexto de la tarde, en un derroche de torer¨ªa que la plaza entera, emocionada, agradeci¨®.
Escolar/Chac¨®n, Lamelas, Del Pilar
Toros de José Escolar, muy bien presentados, astifinos, muy desiguales en varas, mansotes, complicados, sosos y deslucidos.
Octavio Chacón: tres pinchazos, media _aviso_ y siete descabellos (silencio); pinchazo, casi entera tendida y un descabello (silencio). En el que mató por Gómez del Pilar, pinchazo, media estocada, trece descabellos y el toro se echa (silencio).
Alberto Lamelas: estocada _aviso_ (ovación); dos pinchazos, media _aviso_ tres descabellos _2º aviso_ y cuatro descabellos (silencio).
Gómez del Pilar: estocada caída _aviso_ (oreja). Resultó herido al recibir al sexto. Parte médico: “Herida en la región glútea izquierda con una trayectoria de 20 cms. que provoca destrozos y bordea la cara interna del fémur, contusionando el nervio ciático y la arteria femoral. Otra herida en la región occipital. Pronóstico grave”.
Plaza de Las Ventas. 31 de mayo. Vigesimocuarta corrida de la Feria de San Isidro. Más de media plaza. (14.322 espectadores, según la empresa).
Babelia
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