¡®Lightyear¡¯: ni hasta el infinito, ni m¨¢s all¨¢

Fui un ni?o muy raro, con gustos disparatados. Por ejemplo, nunca sent¨ª pasi¨®n por el cine de dibujos animados. Prefer¨ªa las ficciones habitadas por seres de carne y hueso. Y cuando me hice adulto (suponiendo que eso haya ocurrido alguna vez), disfrutaba llevando a criaturas al cine, y la inmensa mayor¨ªa de esas pel¨ªculas llevaba la firma de Disney. Me encantaba el alborozo de los ni?os, su capacidad para vivir sue?os con formato de pel¨ªculas, aunque yo me aburr¨ªa cantidad con la inmensa mayor¨ªa de ese cine. Hasta que lleg¨® una gente tan creativa como maravillosa, puro talento, imaginaci¨®n, poes¨ªa, humor, virtuosismo t¨¦cnico, cuya factor¨ªa llevaba el bendito nombre de Pixar. Y aquello se convirti¨® en una fiesta permanente, en la que es probable que la gente mayor incluso lo pas¨¢ramos mejor que los cr¨ªos.

Aquel amor incondicional tambi¨¦n conoci¨® la finitud. Ser¨ªa arriesgado asegurar que la decadencia de Pixar se debe a su adquisici¨®n por Disney. No s¨¦ si hubo deserciones entre los que hicieron posible aquel duradero milagro, pero para mis gustos la gracia se est¨¢ evaporando a marchas forzadas. Guardar¨¦ eterna memoria de Up, Wall.e, Toy Story, Ratatouille, Monstruos S. A., Los Incre¨ªbles y otras joyas, pero lo ¨²ltimo que me fascin¨® de Pixar fue Del rev¨¦s. Y hace ya mucho tiempo de eso. Le pregunto a mi recuerdo que identifique los ¨²ltimos t¨ªtulos que ha fabricado esta productora que fue insigne y no hay forma de que los identifique. Me informan de que fueron Soul, Luca y Red; sin embargo, no me dejaron ninguna huella ni su argumento ni sus personajes. Me he quedado en blanco. Sin embargo, puedo compartir con mucha gente y con infinito regocijo las historias que narr¨® durante una larga ¨¦poca el cine de Pixar.

Lightyear, la protagoniza el celeb¨¦rrimo mu?eco Buzz Lightyear, el juguete preferido del ni?o Andy en Toy Story. Y a todo el universo infantil les resultar¨¢ familiar su legendaria exclamaci¨®n: ¡°Hasta el infinito y m¨¢s all¨¢¡°. Aqu¨ª le introducen en la ciencia-ficci¨®n, como guardi¨¢n de la galaxia, junto a otra gente heroica o exclusivamente pintoresca (incluido un robot gatuno) empe?ada en derrotar al mal. El argumento no es demasiado original, y la vocaci¨®n de hacer cine de acci¨®n espectacular en mi caso fracasa. Me acompa?a id¨¦ntica sensaci¨®n de aburrimiento con todo el cine presuntamente animad¨ªsimo que veo ¨²ltimamente, ambientado en las galaxias, en los aires o en planetas desconocidos. Casi preferir¨ªa que las intrigas se desarrollaran en la Tierra, ya que la capacidad para crear enso?aci¨®n a trav¨¦s de territorios ex¨®ticos es nula. Ignoro c¨®mo reaccionar¨¢ la infancia con las aventuras espaciales de Buzz, pero a m¨ª me provocan m¨¢s sopor que entretenimiento.

Lo del sopor es tan habitual como preocupante, porque no recuerdo haber visto el beso entre dos mujeres que puede provocar la prohibici¨®n de esta pel¨ªcula en unos cuantos pa¨ªses muy modernos y humanistas que no admiten las relaciones homosexuales y l¨¦sbicas. Y Disney, al parecer, ha sufrido un ataque de nervios, al prever que no le van a salir las cuentas en su fastuoso negocio si no ejecutan la censura. Deduzco que el beso entre la amiga de Buzz y su futura esposa era excesivamente casto o que yo estaba frito en ese momento. Pero juro que no lo recuerdo. El jaleo que se va a montar es lamentable. Aunque ser¨ªa mejor que Lightyear pasara a la historia por su calidad cinematogr¨¢fica. No la percibo. Es una pel¨ªcula rutinaria, mec¨¢nica, sin gracia.