Resurrection Fest: el A?o Santo del metal
140.000 almas recorrer¨¢n estos d¨ªas las calles de la localidad lucense de Viveiro para asistir a una nueva edici¨®n del festival
Las primeras tiendas de campa?a van dando forma a una villa de Lugo que durante los pr¨®ximos d¨ªas ver¨¢ alterado su ecosistema habitual por culpa de la m¨²sica. Viveiro no es Madrid, Barcelona, Bilbao o Zaragoza. Ni siquiera Santiago de Compostela, con su oferta hotelera mastod¨®ntica y todas las facilidades imaginables para simplificar el desplazamiento masivo de visitantes. Viveiro es Galicia en una esquina de Galicia, y hasta all¨ª se llega a base de devoci¨®n, principalmente, que es lo que parece sobrar a las m¨¢s de 140.000 almas que estos d¨ªas recorrer¨¢n sus calles para asistir a una nueva edici¨®n del Resurrection Fest.
Las limitaciones propias de los a?os de pandemia ya son cosa del pasado y la organizaci¨®n ha decidido tirar la casa por la ventana para que la edici¨®n de este a?o resulte la m¨¢s memorable en un conjunto que, como otros grandes acontecimientos musicales que se mantienen en el tiempo, acumula regustos dif¨ªciles de olvidar. Ser¨¢n cinco d¨ªas con sus cinco noches y m¨¢s de 120 bandas repartidas por los tres escenarios del recinto, un espacio reconocible por el que una parte de sus visitantes podr¨ªa moverse con los ojos cerrados. Estilos para todos los gustos, buena gastronom¨ªa, una amplia oferta de merchandising y hierba segada al ras bajo los pies: tan necesaria para no castigar en exceso las articulaciones, como para sentarse a ver la vida pasar sin mayores apuros que el comienzo del siguiente espect¨¢culo.
La dulce hostilidad del Resurrection Fest se romper¨¢ este mismo mi¨¦rcoles con la jornada de calentamiento, antesala de la marat¨®n que est¨¢ por venir. Deftones y Bullet for my Valentine encabezan este aperitivo tramposo, ese primer d¨ªa que suele comenzar con promesas de calma, de ahorro y progresividad, para terminar arrasado por la locura y las ganas contenidas durante largos meses de espera. De esto saben ¡ªy mucho¡ª los m¨¢s veteranos, viejas glorias acompa?adas por ni?os peque?os que disfrutar¨¢n de la experiencia a su manera, enrolados en la fantas¨ªa del ResuKids, esa guarder¨ªa itinerante que navega entre los juegos infantiles y el asalto a los escenarios en medio de algunas actuaciones. Porque, si algo sabe hacer la familia del metal es cuidar de la cantera, asegurarse un relevo m¨¢s o menos ordenado.
El jueves ser¨¢ el turno de la leyenda. Rob Halford y los Judas Priest desembarcan por primera vez en Viveiro dispuestos a conmemorar los 50 a?os de su heavy metal. All¨ª los espera una parroquia que venera a los padres fundadores, que respeta las canas y disfruta de un modo muy especial estos reencuentros con el pasado. Los acompa?ar¨¢n otros grandes nombres como Sepultura, Opeth y los madrile?os Hamlet. El viernes llegar¨¢ el turno de Sabaton, Rise Against, Jinjer o Caliban. Y para el fin de semana, a modo de fin de fiesta, se esperan con ansia las actuaciones de Mastodon, Crossfaith, Gojira, Angelus Apatrida, Bring Me The Horizon, Toundra, Korn o los siempre divertidos Eskimo Callboy, que debutan en el festival.
En definitiva, ser¨¢n cinco jornadas inolvidables para confirmar el regreso a la normalidad de un festival que ha sabido construir con los fans ¡ªy tambi¨¦n con la comarca¡ª una relaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente comercial. En pleno a?o Xacobeo, la aut¨¦ntica peregrinaci¨®n del A?o Santo metalero comienza en Viveiro y terminar¨¢ en una promesa: la de regresar el a?o que viene¡ Aunque esa ser¨¢ otra historia y en asuntos resurrectos, como se suele decir, siempre conviene ir por partes.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.