Taylor Swift: qu¨¦ esconde la m¨ªstica de que se escribe mejor a las tres de la madrugada
¡®Midnights¡¯, el disco m¨¢s escuchado en la historia de Spotify en su lanzamiento, se escribi¨® en 13 noches de vigilia. ?Por qu¨¦ se ha idealizado esa hora a nivel art¨ªstico?
Podr¨ªa haber pasado por un anuncio de Lexatin de los a?os setenta, pero en realidad era Taylor Swift promocionando en Instagram su ¨²ltimo ¨¢lbum, Midnights, ¡°las historias de 13 noches en vela¡±. Cabizbaja, sujetando un tel¨¦fono de l¨ªnea descolgado y con las cortinas corridas, atrapada en un sof¨¢ gastado, Swift se comunicaba con sus fans integrando en esa postal del bajonazo un texto que resum¨ªa el psicoan¨¢lisis del que ser¨ªa su pr¨®ximo trabajo, uno cuyas letras se materializaron insomne a las tres de la madrugada.
¡°Esta es una colecci¨®n de m¨²sica escrita en medio de la noche, un viaje a trav¨¦s de terrores y dulces sue?os¡±, escribi¨®, remitiendo a ese estado alterado por la privaci¨®n de sue?o en el que todo puede pasar y los pensamientos vuelan a una frecuencia e intensidad distintas a la luz del d¨ªa. Y casi nunca para bien. ¡°Nos mantenemos despiertos con amor y miedo, confusi¨®n y l¨¢grimas. [...] Nos retorcemos en nuestras jaulas fabricadas por nosotros mismos y rezamos para no estar, en este momento, a punto de cometer alg¨²n error fat¨ªdico que nos cambie la vida¡±, a?adi¨®. El resto ya es historia de la m¨²sica: Midnights se lanz¨® el 22 de octubre y esa misma jornada bati¨® el r¨¦cord de ser el LP m¨¢s escuchado el d¨ªa de su lanzamiento en la historia de Spotify, superando al que hab¨ªa marcado Bad Bunny, con 184 millones de escuchas en sus primeras 24 horas.
?Qu¨¦ esconde esa m¨ªstica de las tres de la madrugada para que tantos artistas la abracen en la creaci¨®n art¨ªstica? ?Qu¨¦ pasa a esa hora para que se haya construido una po¨¦tica que se mueve entre la lucidez espec¨ªfica y la fatalidad m¨¢s absoluta? Porque George Sand, una de las escritoras m¨¢s prol¨ªficas, era capaz de escribir 20 p¨¢ginas del tir¨®n cada noche e incluso escrib¨ªa novelas enteras. A Herman Melville la poes¨ªa solo le nac¨ªa a esas horas, para ¡°amamantar en la noche el destello et¨¦reo¡±. Allen Ginsberg se las pasaba escribiendo cartas. A Pablo Neruda le sal¨ªan los versos m¨¢s tristes. Jack Kerouac empezaba a medianoche bajo la luz de una vela y escrib¨ªa hasta que se agotaba la cera. Murakami se levanta a las cuatro de la madrugada para sentarse a escribir y Joan Didion era incapaz de dormir si no estaba en la habitaci¨®n d¨®nde escrib¨ªa el final de sus libros. Todos atados a ese lapso, como si la creaci¨®n tuviese l¨ªnea directa con la oscuridad de la noche.
Insomnes por obligaci¨®n
Ante las rutinas nocturnas de los creadores cabr¨ªa distinguir entre quien se agarra a una po¨¦tica desde, nunca falla, una certidumbre econ¨®mica y quien se aferra a esas horas por pura supervivencia personal. ?Cu¨¢ndo vas a crear si trabajas durante el d¨ªa a jornada completa? ?Qui¨¦n puede hacerlo si se pasa el d¨ªa cocinando, cuidando y planchando para los dem¨¢s? ¡°De noche [ya no puedo] escribir. Estoy tan reventada que solo soy capaz de escuchar un poco de m¨²sica con una copa de brandi con agua¡±, escribi¨® Sylvia Plath en su poemario Ariel. La misma autora y madre de dos que en la BBC afirmar¨ªa que ten¨ªa que levantarse a las cuatro de la ma?ana, ¡°esa hora azul, casi eterna, anterior al llanto de un beb¨¦¡± para poder escribir.
El paradigma Plath, que tambi¨¦n afect¨® a Toni Morrison ¡ªcuando se divorci¨® escrib¨ªa siempre a las cinco de la madrugada, ¡°antes de que los ni?os dijesen mam¨¢¡±, porque durante el d¨ªa trabajaba en la editorial Random House¡ª, lo rescatar¨ªa Tillie Olsen en Una de doce: mujeres y escritoras en el siglo XX (publicada recientemente por la editorial Las Afueras). Una conferencia en la que destac¨® los vac¨ªos impuestos en la creaci¨®n literaria con ¡°madrugones, horas robadas aqu¨ª y all¨¢ y vigilias nocturnas de las madres escritoras, desde Frances Milton Trollope hasta Harriette Arnow, que luchaban las 24 horas del d¨ªa para compaginar la escritura con los cuidados vitales y las necesidades de los ni?os¡±.
Uno que vivi¨® la propia conferenciante, porque Olsen public¨® su primer libro a los 50 a?os, crio a sus hijas sin ayuda dom¨¦stica y trabaj¨® a jornada completa sin la capacidad de matar a ese ¡°¨¢ngel del hogar¡± que describi¨® Virginia Woolf. Una creadora que trampeaba esas barreras como pod¨ªa para seguir escribiendo: ¡°Los ratos en el autob¨²s, incluso cuando iba de pie, me bastaban; los momentos robados a la jornada laboral, tambi¨¦n; las profundas horas nocturnas mientras lograba mantenerme despierta, despu¨¦s de acostar a las ni?as y acabar las tareas de la casa¡±, contar¨ªa. Creadoras insomnes por obligaci¨®n.
Oda a la oscuridad
M¨¢s all¨¢ del sesgo material y las asfixiantes l¨®gicas capitalistas de nuestro tiempo, ese mito que casa a la creaci¨®n y la oscuridad nocturna se ha alimentado durante siglos con una mezcla de malditismo, verdad y epifan¨ªa. Lo cuenta la periodista Sigri Sandberg en Oda a la oscuridad (Capit¨¢n Swing, 2022, con traducci¨®n de Ana Flecha Marco), una cr¨®nica-ensayo de poco m¨¢s de cien p¨¢ginas en la que esta periodista noruega se pasa siete d¨ªas escribiendo en las altas monta?as de Finse, uno de los puntos poblados del globo con menor contaminaci¨®n lum¨ªnica y donde mejor se puede apreciar la oscuridad natural. All¨ª, intenta derribar esa aura de negatividad que se asocia a ese t¨¦rmino ¡°por ser una palabra que pesa, es triste y que arrastra a otras palabras consigo hasta el fondo¡±. Su texto busca responder a esa noci¨®n de lo oscuro como el enemigo, como el fr¨ªo, un concepto atado culturalmente a la maldad porque los humanos, como cuenta, ¡°siempre han hecho todo lo posible para encontrar la luz¡±.
Abogando por una bondad en esa ausencia de luz, Sandberg aclara que si los artistas deciden romper el ritmo circadiano humano ¡ªese que necesita el d¨ªa y la noche, la luz y la oscuridad, la actividad y el reposo¡ª; si se desecha ese ciclo regenerador es porque los creadores ¡°sucumben a su oscuridad interior¡±. Una que puede llevarte a la excelencia, a refugiarte en la piedad qu¨ªmica o alcoh¨®lica evasora o a dejarte caer en los rincones sin barrer de nuestra psique y arrastrarte por la enfermedad. Porque la madrugada, directamente, puede quebrarte, como a la novelista Samantha Harvey.
Lejos de escribir una oda a las capacidades creativas de la noche, esta autora inglesa ha firmado un ensayo claustrof¨®bico sobre qu¨¦ pasa cuando te pasas un a?o sin dormir. ¡°Por la noche me acuesto, recibo una paliza, por la ma?ana bajo por la escalera. Y entonces encaro el d¨ªa como si todo fuera normal y no hubiera recibido una paliza y as¨ª voy tirando, pero nada m¨¢s que eso. Si alguien quisiera destruirte, podr¨ªa hacerlo de este modo, priv¨¢ndote del sue?o¡±, escribe en Un malestar indefinido, publicado en Anagrama con traducci¨®n de Mauricio Bach. M¨¢s que fuente creativa po¨¦tica, la noche vista aqu¨ª como material de pesadilla.
La hora del borde
Ya lo intu¨ªa la escritora Camila Sosa, que ahora procura escribir siempre de d¨ªa y en Las malas apunt¨® que las cuatro de la madrugada era ¡°una hora peligrosa¡± por ser ese momento en el que ¡°se cruzan los l¨ªmites de ser los m¨¢s r¨¢pidos del oeste, de hacer da?o y de vengarse¡±. Si escribi¨® aquello, cuenta despu¨¦s, es, en parte, por la influencia de 4.48 Psicosis, un texto de Sarah Kane sobre la desesperaci¨®n y los terrores que nos asolan en ese punto de la madrugada. ¡°Ah¨ª, en ese texto, ella habla sobre las intenciones de suicidio que se le despiertan, algo que me llev¨® a investigar sobre estudios que desprenden que a las cuatro de la ma?ana, precisamente, empiezan a dejar de hacer efecto los medicamentos en psic¨®ticos y esquizofr¨¦nicos¡±, aclara.
Para Sosa, que sinti¨® el poder y la fuerza de las cuatro de la madrugada cuando ejerc¨ªa la prostituci¨®n en su juventud, toda la m¨ªstica se concentra en una hora que es un espacio casi liminal, un no lugar en el que todo lo bueno y lo malo se puede poner sobre la mesa: ¡°Se est¨¢ terminando la noche y en muy poco tiempo sale el sol. Y si sale el sol, te pod¨¦s convertir en una estatua de piedra. Si sos un vampiro, pod¨¦s morir reducido a cenizas. Es una hora importante para las prostitutas. Es la hora del borde¡±.
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