Los grandes retos planetarios protagonizan los Premios Princesa de Asturias
Los discursos de los premiados se centran en la guerra de Ucrania, la necesidad de concordia internacional y de una econom¨ªa respetuosa con el planeta
¡°Espa?a ha sido para m¨ª ¨Dy para muchos otros polacos¨D un modelo a seguir¡±, ha empezado su discurso este viernes Adam Michnik, ganador del Premio Princesa de Asturias de comunicaci¨®n y humanidades, en la ceremonia de entrega de los galardones, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo. La experiencia de la Transici¨®n espa?ola ense?¨® a los polacos a enfrentarse a la dictadura, seg¨²n el periodista, ¡°y a buscar un camino hacia la democracia a trav¨¦s del di¨¢logo y el consenso. Hab¨ªa que conseguir que la fuerza de los argumentos reemplazara el argumento de la fuerza¡±. Tambi¨¦n agradeci¨® Michnik ¡°la experiencia y los consejos¡± de sus ¡°amigos de la redacci¨®n del diario EL PA?S, que tan importante papel desempe?¨® en la conformaci¨®n de la democracia espa?ola¡±.
El solemne acto, de fuerte protocolo, hab¨ªa comenzado con las gaitas asturianas tocando el himno de Espa?a ante un p¨²blico engalanado formado por las gentes importantes de la regi¨®n, vistosos uniformes militares y alguna que otra lentejuela, con la presencia de la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; el presidente del Senado, Ander Gil; los ministros de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, Luis Planas, y de Cultura y Deportes, Miquel Iceta. En un palco lateral, como siempre, la reina Sof¨ªa. Y presidiendo, el rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sof¨ªa, que entraron por el pasillo central de la platea, con el p¨²blico aplaudiendo en pie. En los cuatro decenios de historia de los premios se han dado ya 442 galardones a 62 mujeres y 275 hombres de 63 nacionalidades. La edad media: 63 a?os.
Michnik, de 76, ha confesado el objetivo de toda su labor: defender dos valores. La libertad y la democracia. ¡°La guerra del r¨¦gimen de [Vlad¨ªmir] Putin contra Ucrania es en realidad una guerra contra todo el mundo democr¨¢tico¡±, ha sentenciado. Ha recordado que Putin no es Rusia y ha querido tener un pensamiento para los que all¨ª se han opuesto al horror b¨¦lico y han dado la cara contra ¡°hombres malvados que, pose¨ªdos por la locura del imperialismo de la Gran Rusia, nos recuerdan hoy de lo que son capaces los hombres envenenados por la mezcla de nazismo y bolchevismo, y por su crueldad y anarqu¨ªa¡±. El premiado ha alertado contra el crecimiento de las derechas e izquierdas totalitarias en todo el mundo (¡°una agita banderas negras y la otra, rojas¡±), y ha se?alado la necesidad de ayudar a Ucrania en su lucha.
La hija del dramaturgo Juan Mayorga, distinguido con el Princesa de Asturias de las letras, qued¨® fascinada cuando descubri¨® que, con tan pocas letras, se pod¨ªan hacer tantas cosas. ¡°Tanta felicidad y tanto da?o¡±, ha recordado el autor en su discurso, a quien en su infancia el escenario tambi¨¦n se le present¨® como una cosa m¨¢gica, donde cab¨ªa el infinito. ¡°Encontr¨¦ en los teatros un lugar en el que me respetaban, y no hay nada tan atractivo para un adolescente como sentirse respetado¡±, ha dicho. El teatro, para Mayorga, no es solo respeto, sino tambi¨¦n reuni¨®n. ¡°La palabra ¡®compa?¨ªa¡¯ nombraba en su origen a los que ¡®comparten el pan¡¯; los que escribimos teatro lo hacemos, desde luego, para compartir con otros. Para compartir un tiempo, un espacio, una vocaci¨®n de examinar la vida y, cuando lo hay, un pan¡±, ha destacado. Rompi¨® el mecanismo de la entrega de los premios la breve actuaci¨®n, en el proscenio y a toda luz, de Carmen Linares, al cante, y Mar¨ªa Pag¨¦s, al baile, que arranc¨® unos ¡°oles¡± norte?os al respetable.
Todo el d¨ªa amenaz¨® lluvia, pero no acab¨® de llover: en Asturias no llueve tanto como se piensa fuera. Este viernes, en Oviedo, se repiti¨® el ritual completo que se repite cada a?o por estas fechas oto?ales (los premios se celebran desde 1981): los galardonados y las autoridades salen solemnemente del hotel de la Reconquista, las bandas de gaitas recorren el centro de la ciudad, completamente cortado para la ocasi¨®n, y el helic¨®ptero policial rompe la apacible rutina de la capital asturiana. Los curiosos se agolpan a las puertas del Campoamor, algunos tras horas de espera, para ver llegar a la Familia Real (con especial atenci¨®n a la ovetense reina Letizia) y comprobar que son tal y como salen en las revistas. Una concentraci¨®n ciudadana y republicana sucede con coloridas pancartas en la cercana plaza de la Escandalera, haciendo gala al nombre del lugar y tratando con todas sus fuerzas de que sus gritos de protesta lleguen a las puertas del Campoamor, donde est¨¢n los focos y la acci¨®n. Con tanta gaita, tanto aplauso y cierta distancia, lo tienen dif¨ªcil.
El arque¨®logo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, premio Princesa de Asturias de las ciencias sociales, ha recalcado los ¡°lazos indisolubles que unen a Espa?a y M¨¦xico¡±. En 1521, ha dicho, ¡°ocurri¨® el encuentro de dos maneras de pensar diferentes, de sociedades que ten¨ªan su propia visi¨®n del universo¡±. Ha relatado c¨®mo Hern¨¢n Cort¨¦s y sus aliados ind¨ªgenas combatieron a los aztecas o mexicas, y c¨®mo luego, tras la victoria, comenz¨® ¡°la conquista espiritual en manos del aparato ideol¨®gico representado por la Iglesia, en tanto que se continuaba la conquista de otras regiones para conformar la Nueva Espa?a¡±. Mucho m¨¢s tarde llegar¨ªa la independencia de M¨¦xico, el mutuo reconocimiento de ambos pa¨ªses. A pesar de los horrores de la guerra, ¡°esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia adelante¡±.
¡°Ese barco era todo mi mundo¡±, ha dicho Ellen MacArthur, premio Princesa de Asturias de cooperaci¨®n internacional, en referencia a los momentos de soledad en la inmensidad del oc¨¦ano que ha vivido en sus regatas alrededor del mundo. Al pisar tierra firme se dio cuenta de otra cosa: ¡°Nuestro mundo es nuestro barco, y tambi¨¦n tiene recursos finitos¡±. Ha criticado con dureza la econom¨ªa lineal, esa que no reutiliza los recursos: ¡°Es un sistema econ¨®mico basado en la extracci¨®n, el desperdicio masivo y la contaminaci¨®n y, por ende, en la destrucci¨®n de los ecosistemas y la naturaleza. El da?o nos rodea totalmente y ya no puede ser ignorado¡±. Como ejemplo de la mala praxis econ¨®mica y medioambiental ha mencionado el pl¨¢stico: ¡°Ha revolucionado muchos aspectos de nuestras vidas. Est¨¢ en todas partes porque es muy ¨²til. Pero, en muchos casos, se encuentra ah¨ª donde no deber¨ªa estar¡±.
Felipe VI ha cerrado el acto despu¨¦s de la intervenci¨®n de la princesa Leonor, la cuarta que realiza en esta ceremonia, donde comenz¨® a bregarse como figura p¨²blica. El discurso del Rey se ha centrado en la reivindicaci¨®n del proyecto pol¨ªtico europeo como forma de garantizar la paz (objetivo por el que se inici¨® tras las dos guerras mundiales) y el lamento por el horror de la guerra de Ucrania, con especial atenci¨®n a sus efectos en la cultura. Tambi¨¦n una menci¨®n a la importancia de los lazos fraternales entre Espa?a y M¨¦xico, en tiempos en que esa relaci¨®n se pone en cuesti¨®n por el pasado colonial.
Si bien en los inicios de estos premios los galardonados visitaban la ciudad para recoger el galard¨®n y marcharse, en los ¨²ltimos a?os, y de manera creciente, se implican en encuentros con estudiantes, conferencias ante la ciudadan¨ªa, exposiciones y todo tipo de actividades culturales, durante m¨¢s de una semana, este a?o entre mol¨¦culas plegadas mediante inteligencia artificial y arqueolog¨ªa azteca. Se celebran sobre todo en la F¨¢brica de Armas de la Vega, un espacio industrial en v¨ªas de recuperaci¨®n, con un proyecto de intervenci¨®n urban¨ªstica que genera notable controversia entre los que quieren conservarlo en su totalidad y los que no tanto. Los premios ofrecen m¨¢s retorno a la ciudad y ganan
legitimidad.
Al d¨ªa siguiente, y como cierre, la Familia Real se traslada al borde del mar, entre h¨®rreos y paneras, cerca de Luarca, donde se encuentra Cadav¨¦u, que este a?o ha sido nombrado el Pueblo Ejemplar de Asturias por haber conseguido ¡°tanto fijar poblaci¨®n como asegurar el relevo generacional, y por ser una comunidad viva y organizada¡±.
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