La leyenda de Matos Moctezuma se agranda con el premio Princesa de Asturias
Responsable de recuperar el Templo Mayor de los aztecas, el arque¨®logo dice a EL PA?S que ¡°es un premio important¨ªsimo. Es un est¨ªmulo y est¨¢ entre las cosas m¨¢s grandes que me han pasado¡±
Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de M¨¦xico, 1940) ha obtenido este mi¨¦rcoles el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, uno de los pocos reconocimientos que a¨²n faltaban en su trayectoria. El gran arque¨®logo del mundo azteca agranda as¨ª su leyenda, digna de los viejos dioses que rescat¨® del escarnio de la Conquista y elev¨® a las vitrinas de los museos. Matos sigue la estela de otros nombres ilustres, caso del historiador John Elliott, el economista Amartya Sen o la fil¨®sofa Martha Nussbaum.
A media ma?ana en M¨¦xico, el arque¨®logo no contestaba al tel¨¦fono, casi un clich¨¦, la cara aburrida de la moneda. Cualquiera pod¨ªa imaginarle en la cara opuesta, pasando el plumero por una roca antigua en una cripta subterr¨¢nea de Ciudad de M¨¦xico. Al cabo del rato, Matos ha levantado el tel¨¦fono. El arque¨®logo ha contestado con una de sus caranto?as: ¡°?Querido amigo! ?Qu¨¦ dice?¡±.
Como finalista, Matos sab¨ªa que pod¨ªan llamarle para informarle del galard¨®n y, que si lo hac¨ªan, ser¨ªa a eso de las 5.00, hora mexicana. ¡°Yo estaba ah¨ª medio dormitando, pero pendiente desde luego¡±, cuenta. ¡°Es un premio important¨ªsimo. Es un est¨ªmulo y est¨¢ entre las cosas m¨¢s grandes que me han pasado¡±, a?ade. Retirado pero nunca quieto, asumido su estatus de libro andante, de enciclopedia de carne y hueso, Matos empieza a pensar en el discurso el d¨ªa de la entrega, el pr¨®ximo octubre, en Oviedo.
¡°Tengo que definir, porque a¨²n no s¨¦ el tama?o. Imagino que pedir¨¢n palabras breves, porque si piden que hablemos todos, pues imagino que no¡ Creo que har¨¦ reflexi¨®n sobre el proyecto Templo Mayor, desde luego¡±, dice. ¡°Fue uno de los motivos por el que me otorgaron el premio. Pero empezar¨¦ a darle ahora a la cabeza¡±, a?ade.
El arque¨®logo est¨¢ entrenado en la escritura de discursos. El lunes dict¨® una conferencia sobre uno de los grandes pioneros de la arqueolog¨ªa mexicana, Manuel Gamio. ¡°Y mira¡±, a?ade jocoso, ¡°ma?ana doy una conferencia. Es que ingreso a otra academia. Es la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras. Y ser¨¢ aqu¨ª, en Chimalistac¡±, un barrio de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Ingreso con una ponencia sobre arqueolog¨ªa e historia en los estudios de mesoamericana. Es un panorama de la historia de la arqueolog¨ªa¡±, explica.
En una entrevista con EL PA?S en 2017, Matos declaraba que la mayor satisfacci¨®n de su carrera ha sido precisamente el proyecto de excavaci¨®n del Templo Mayor, que surgi¨® a partir del descubrimiento de la Coyolxauhqui, en el subsuelo de Ciudad de M¨¦xico, en 1978. Seg¨²n la cosmovisi¨®n mexica, la diosa Coyolxauhqui muri¨® descabezada a manos de su hermano. En la piedra redescubierta aparece as¨ª, decapitada, desmembrada, adornada con cascabeles. El hallazgo propici¨® que el Estado mexicano se embarcara en uno de los proyectos arqueol¨®gicos m¨¢s importantes del siglo XX en Am¨¦rica, con Matos Moctezuma a la cabeza.
Sus alumnos los han celebrado. El m¨¢s laureado, Leonardo L¨®pez Luj¨¢n, actual responsable del proyecto arqueol¨®gico Templo Mayor, ha escrito en Twitter: ¡°Eduardo Matos Moctezuma no puede ser encasillado f¨¢cilmente, es un todoterreno: investigador de talla mundial, creador de museos, divulgador cient¨ªfico, profesor de excelencia, gestor cultural y director de proyectos emblem¨¢ticos en Tula, Teotihuacan, Tlatelolco y Tenochtitlan¡±.
Las cuatro tes del mundo viejo en el centro de M¨¦xico. Tula, la capital tolteca; Teotihuacan, misteriosa predecesora del mundo azteca, y la dupla Tlatelolco-Tenochtitlan, gran capital imperial mexica, la metr¨®poli en el lago, la urbe bajo los volcanes, la ¡°ciudad abuela¡±, como Matos se ha referido siempre a ella. Ser¨ªa injusto fijar a Matos en esta ¨²ltima. Casi como decir que Napole¨®n fue simplemente un gobernador franc¨¦s. No, Matos es el pasado, no como ofensa, sino como referencia. Lo representa porque antes de ¨¦l no fue pasado, sino verg¨¹enza. Matos encarna una ¨¦poca en que M¨¦xico redescubri¨® la belleza de los antiguos.
Hay episodios en su vida que exigen un tiempo distinto al actual, minutos lentos. Por ejemplo, en febrero de 1978, cuando operarios de la compa?¨ªa de la luz dieron con la roca de la Coyolxauhqui a un par de metros de profundidad detr¨¢s del z¨®calo de la capital. ?C¨®mo fue aquello para un hombre que arrancar¨ªa sobre aquella roca el gran proyecto arqueol¨®gico nacional, el rescate del centro ceremonial de Tenochtitlan?
Matos lo ha contado muchas veces, quiz¨¢ una de las m¨¢s memorables aquella en Ravello, Italia, en 1988, 10 a?os despu¨¦s del hallazgo, con el centro de Ciudad de M¨¦xico patas arriba y la Coyolxauhqui, diosa rectora de los aztecas, felizmente rescatada de aquel amasijo de tuber¨ªas, tumba indigna. No es que dijera nada especial, el arque¨®logo hizo lo que suele hacer: describir a detalle, con candor cient¨ªfico, el hallazgo. All¨ª, a pocos kil¨®metros de Herculano, v¨ªctima del Vesubio, zona cero de la arqueolog¨ªa europea. Sin complejo alguno, como recordaba L¨®pez Luj¨¢n en una semblanza que una vez escribi¨® de su maestro.
Actio retiro el de Matos, que trabaja como si tuviera 20 a?os. ¡°Hace poco publiqu¨¦ un librito sobre Tlatelolco, de esta seria de ciudades antiguas que hicimos con el Fondo de Cultura Econ¨®mica y el Colegio de M¨¦xico. Que, por cierto, d¨¦jeme que le diga que, dentro de la rama de ciencias sociales, solo dos personas o entidades han recibido este premio, Silvio Zavala y precisamente el Colegio de M¨¦xico¡±, dice, orgulloso. ¡°Pero bueno, le dec¨ªa. Yo tengo una columna en la revista Arqueolog¨ªa Mexicana cada mes. Y ahora ando escribiendo sobre la Piedra del Sol¡±, dice, en referencia a uno de los objetos m¨¢s espectaculares que pueden verse hoy d¨ªa en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa. ¡°Tambi¨¦n tengo que preparar un discurso para inaugurar un congreso en Michoac¨¢n¡±, zanja.
Entre sus obras publicadas destacan Muerte a filo de obsidiana: los nahuas frente a la muerte, Vida y muerte en el Templo Mayor y La muerte entre los mexicas. El Colegio Nacional de M¨¦xico ha editado sus obras completas en ocho tomos. La Universidad de Harvard lo distingui¨® con la Medalla Henry B. Nicholson y tambi¨¦n estableci¨® una c¨¢tedra con su nombre. Tambi¨¦n ha impartido clases en las Escuela de Altos Estudios Sociales de Par¨ªs, y fue distinguido como Chevalier dans l¡¯Ordre des Palmes Acad¨¦miques, y Chevalier de l¡¯Ordre National du M¨¦rite.
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