Precarias, ir¨®nicas, vanguardistas: la revoluci¨®n de las autoras de c¨®mic invade el CCCB
La exposici¨®n ¡®Constelaci¨®n gr¨¢fica¡¯ re¨²ne los universos creativos de nueve creadoras que politizan y satirizan el malestar social
La creadora Mar¨ªa Medem (Sevilla, 28 a?os) nunca olvidar¨¢ lo que le dijo un profesor en tercero de Bellas Artes al justificarle un suspenso: ¡°T¨² ser¨¢s como Lola Flores, tendr¨¢s muchos contactos, pero muy poco talento¡±. Esa fue la respuesta que tuvo cuando ella le advirti¨® de que el c¨®mic al que le acababa de poner un tres era el que se iba a publicar en Tik Tok c¨®mics, la plataforma que comisariaba hace unos a?os Ana Galva? para promocionar a j¨®venes autores y de la que todo el mundillo hablaba.
Unos cuantos a?os m¨¢s tarde, tras hacerse con varios premios por su primera obra larga, C¨¦nit (Apa Apa C¨®mics, 2018), haber animado videoclips, trabajado para productoras de cine como A24 o ilustrado reportajes en The New York Times o The New Yorker, Medem rememora oportunamente esa an¨¦cdota. ¡°Ese se?or me dej¨® con tremendas ganas de llorar y la autoestima baj¨ªsima, as¨ª que me encantar¨ªa que supiera d¨®nde estoy ahora¡±, cuenta triunfante en el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB) junto a su instalaci¨®n Reflexos. Una delicada recreaci¨®n sensorial que parte de su pr¨®xima obra, Por culpa de una flor, en la que varias de sus vi?etas aparecen aqu¨ª bordadas en distintas s¨¢banas tendidas, como si fuera una colada al aire en el campo. Un espacio para la evasi¨®n donde el visitante puede sentarse, con banda sonora de Ylia, en un banquito de piedra a pensar su vida mientras huele el romero y las plantas arom¨¢ticas.
Esta sevillana, que se inspira en las fotograf¨ªas en blanco y negro de Cristina Garc¨ªa Rodero o At¨ªn Aya para llenarlas de color y que ha hecho del extra?amiento un sello de culto, es una de las nueve autoras que conforman Constelaci¨®n gr¨¢fica: j¨®venes autoras de c¨®mic de vanguardia. Una exposici¨®n que se podr¨¢ ver del 2 de diciembre al 14 de mayo de 2023 en el CCCB. Comisariada por la editora Montserrat Terrones, la muestra exhibe lo mejor de sus trabajos, as¨ª como una serie de instalaciones in¨¦ditas de cada una de ellas pensadas exclusivamente para el espacio expositivo, como la puerta interdimensional de Miriampersand o la aplicaci¨®n de citas Cringer de B¨¢rbara ?lca. Un ejercicio inmersivo que toma el pulso a la revoluci¨®n creativa de una hornada de artistas del c¨®mic que ha hecho de su disidencia est¨¦tica y de su mirada cr¨ªtica a las tensiones generacionales su bandera.
Junto a Medem exponen B¨¤rbara Alca, Marta Cartu, Genie Espinosa, Ana Galva?, Nadia Hafid, Conxita Herrero, Miriampersand y Roberta V¨¢zquez. Nueve autoras que tratan, cada una con su propio estilo y lenguaje est¨¦tico, desde la fragilidad frente a la precariedad laboral y econ¨®mica, al clasismo social, la amistad femenina o la necesidad de crear nuevos mundos para entenderse mejor en este.
¡°Queremos dar voz a un grupo de autoras en un universo que sol¨ªa estar muy masculinizado. Este es un retrato sobre la fragilidad laboral y afectiva y sobrevivir a unos tiempos marcados por la inmediaci¨®n tecnol¨®gica¡±, ha dicho la directora del CCCB, Judit Carrera, al presentar una muestra en la que las historietas y los personajes salen de sus p¨¢ginas para narrarse en tres dimensiones.
Sororidad frente a la precariedad
¡°Esta exposici¨®n no es una competici¨®n de g¨¦nero contra los autores. Es la constataci¨®n de que la creaci¨®n femenina lidera el mundo del c¨®mic en Espa?a y en Francia¡±, ha explicado comisaria de la muestra, Montse Terrones.
La editora ha aclarado que en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas varios factores han confluido para cristalizar en este escenario: las redes de colaboraci¨®n que han establecido los festivales de autoedici¨®n como el Graf ¡ªque han puesto en contacto a las autoras y les ha dado una plataforma comunitaria¡ª, el recambio generacional de editores con una mirada art¨ªstica adaptada a nuevas sensibilidades creativas y la importancia de las redes sociales como elemento de difusi¨®n y empoderamiento.
Porque no solo ayud¨® Galv¨¢? a visibilizar el trabajo de Medem. La red de contactos que han tejido estas artistas es la palanca que las empuja y las ayuda a sobrevivir en un universo precarizado. ¡°Nosotras nos mandamos audios largu¨ªsimos todo el rato, nos preguntamos unas a otras qu¨¦ responder ante encargos mal pagados o nos aconsejamos sobre c¨®mo presupuestar¡±, explica Roberta V¨¢zquez, que ha creado para esta exposici¨®n Illa Risc (Isla Riesgo), un juego de mesa ilustrado a escala humana. Lo cuenta mientras visita la instalaci¨®n de Conxita Herrero, que en Tempesta d¡¯Estiu (Tormenta de verano) ha recreado la habitaci¨®n en la que dibuj¨® la historieta que llevaba ese nombre y que narra lo que aconteci¨® el verano pasado en los mensajes que se mandaron estas nueve creadoras al grupo de WhatsApp ¡°Expowapas¡±, el que crearon para hablar de esta misma muestra.
Para Galva?, esa red de apoyo en la autoedici¨®n es crucial. ¡°Especialmente en un entorno laboral en el que no se puede vivir del c¨®mic. Yo no puedo vivir solo de ello y estoy profesionalizada¡±, aclara. Esta autora e ilustradora murciana, que trabaja habitualmente con El Pa¨ªs, The Guardian, The Washington Post, The New Yorker, The New York Times, Socialter y Berliner y su ¨²ltima publicaci¨®n es la historia preadolescente Tarde en McBurger¡¯s (Apa Apa Comics) asegura que pese a sensaci¨®n de notoriedad, la precariedad es latente. ¡°Tampoco nos estamos forrando con esto. Hay gente que por vernos en muchas partes cree que estamos ganando much¨ªsimo dinero, pero estamos sobreviviendo y muchas veces hacemos c¨®mic por amor al arte¡±, aclara.
La disputa milenial
La muestra cuenta con una sala titulada ¡°Milenial: una generaci¨®n en disputa¡±, en la que el fil¨®sofo y periodista Eudald Espluga reflexiona sobre ¡°el campo de batalla pol¨ªtico¡± en torno a los t¨®picos que rodean a esta generaci¨®n, esa que com¨²nmente es etiquetada como generaci¨®n de cristal, llorona, narcisista y adicta a las redes sociales.
Como si se reformulase y expandiese aquel My Bed que expuso Tracey Emin a finales de los 80, el espacio simula ser una habitaci¨®n compartida en un piso de alquiler, ese centro de operaciones en el que la hiperproductividad borra fronteras entre la vida p¨²blica y privada. Los objetos que se han colocado por el espacio, como p¨®sters vistos en manifestaciones del 8-M, carteles de pel¨ªculas o libros de pensadoras pol¨ªticas, buscan tensionar al visitante frente a ese t¨®pico y lastre generacional. ¡°En realidad, es m¨¢s importante el sesgo de clase y de origen econ¨®mico que la edad¡±, aclara Espluga sobre ese cuarto destinado a instagramearse sin descanso por retratar el estado an¨ªmico de esta era.
Una postura que apoya el jefe de exposiciones del CCCB, Jordi Costa: ¡°No hace falta ser joven, este malestar del que hablamos nos atraviesa a todos¡±, explica. Para Costa, la confluencia de estos factores, el de asfixia neoliberal y la sensaci¨®n de no futuro, no implica que esta sea una muestra depresiva. ¡°Lo que prueban estas autoras es la capacidad de resistencia y de rechazo, un cuestionamiento cr¨ªtico de valores a los discursos heredados. No es una mirada negativa, es una mirada ir¨®nica para crear nuevas formas de disidencia¡±.
Babelia
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