Denis Kozhukhin, pianista ruso: ¡°Entiendo que todo lo que suena a Rusia se interprete en tono negativo, es un reflejo normal¡±
El joven int¨¦rprete, que participa con la Fundaci¨®n Barenboim-Said en dos conciertos a favor de los refugiados de Ucrania, advierte del peligro de identificar la cultura de su pa¨ªs con el r¨¦gimen de Putin
Hasta el pasado 24 de febrero, la nacionalidad de Denis Kozhukhin (Nizhni N¨®vgorod, 36 a?os) figuraba como un ap¨¦ndice en cualquiera de los conciertos en los que interven¨ªa como solista de piano. Tampoco importaba que Chaikovski, Rachmaninov o Shostak¨®vich formaran parte de su repertorio habitual. Pero desde que Rusia invadiera Ucrania hace ya 10 meses, Kozhukhin se siente impelido a hablar de la guerra y a desligar la cultura rusa de la tendencia a identificarla con el r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin. Tambi¨¦n esa fecha marc¨® un punto de inflexi¨®n en su determinaci¨®n de no pronunciarse sobre pol¨ªtica. Una semana despu¨¦s de que estallara el conflicto public¨® en sus redes sociales un duro mensaje de condena a la agresi¨®n de su pa¨ªs y ¡°de la gente detr¨¢s de ella¡±. ¡°Crec¨ª en Rusia y la amo como patria, pero hay una diferencia entre el pa¨ªs y el r¨¦gimen y yo estoy en contra de este r¨¦gimen y de sus acciones¡±, afirm¨® el 2 de marzo.
Fue de los primeros artistas rusos en condenar p¨²blicamente la invasi¨®n y en asegurar que no regresar¨ªa a su pa¨ªs hasta que terminara la guerra. Esa convicci¨®n y su convencimiento de la importancia de tender puentes para evitar que se enquiste el conflicto es lo que le ha llevado a formar parte de los dos conciertos a favor de los refugiados ucranios que la Academia de Estudios Orquestales de la Fundaci¨®n Barenboim-Said va a ofrecer el 29 y el 30 de diciembre en Sevilla y Granada, respectivamente, bajo la direcci¨®n del portugu¨¦s Nuno Coelho. ¡°Hay cosas para las que no hay diferencia entre un ruso o un ucranio, como la cultura, la m¨²sica, el amor, la belleza, la ciencia...¡±, explica Kozhukhin desde la sede de la Fundaci¨®n Barenboim-Said, junto al Alc¨¢zar de Sevilla. El proyecto iba a estar comandado por la directora ucrania Oksana Lyniv hasta que anunci¨® su retirada temporal. ¡°Esa fue otra de las razones que me impuls¨® a participar, aunque con Nuno me llevo muy bien¡±, puntualiza, en uno de los pocos momentos en los que deja escapar una sonrisa franca y amable, para a?adir: ¡°El hecho de que la iniciativa parta de fundaci¨®n tambi¨¦n fue determinante, porque [Daniel] Barenboim ha sido mi mentor¡±.
Kozhukhin lleva 23 a?os fuera de Rusia, desde que con 14 se fue a Madrid para estudiar en la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa junto al maestro Dimitri Bashkirov ¡ª¡±un segundo padre para m¨ª, antes que mentor¡±, dice el pianista¨D. Despu¨¦s ha recorrido Europa ¡ªen donde reside en Suiza¨D y Estados Unidos como solista, colaborando con orquestas. Barenboim le anim¨® a adentrarse en la m¨²sica contempor¨¢nea y le hizo entender su profesi¨®n ¡°como un camino que nunca acaba y en el que nunca se va a encontrar la perfecci¨®n. Eso es lo precioso y lo tr¨¢gico de ser m¨²sico¡±, afirma. La guerra en Ucrania ha restado trascendencia a esa reflexi¨®n, pero ha dado relevancia a otra de las esencias de la m¨²sica: su capacidad para generar v¨ªnculos y forjar la paz, una de las premisas que ha marcado la trayectoria art¨ªstica y humanitaria del pianista y director de orquesta argentino y que est¨¢ muy presente en la forma en la que su pupilo ha reaccionado al conflicto.
Espero que no tengamos que llegar a hacer una orquesta de ucranios y rusos¡±
¡°Espero que no tengamos que llegar a hacer una orquesta de ucranios y rusos¡±, advierte en alusi¨®n a la West-Eastern Divan Orquesta ¡ªcreada en 1999 por Barenboim y el escritor estadounidense de origen palestino Edward Said, para reunir cada verano a j¨®venes m¨²sicos palestinos, israel¨ªes y espa?oles¨D. Kozhukhin es realista y muy consciente de que el enquistamiento del conflicto va a dificultar resta?ar las heridas. ¡°Es muy f¨¢cil decir que hay que educar a las generaciones de j¨®venes en que no hay que odiar a un ruso por ser de ese pa¨ªs. Pero ellos saben que el misil que cay¨® encima de una casa y mat¨® a su abuela, lo lanzaron desde Rusia¡±, sostiene.
Pero, con todo, se resiste a caer en el des¨¢nimo y defiende que si algo es capaz de acercar a los pueblos es otro lenguaje que se escribe y se pronuncia igual en cualquier parte: la m¨²sica: ¡°Hay que seguir creyendo. Los m¨²sicos, los artistas, vengamos de donde vengamos, tenemos una responsabilidad, porque la m¨²sica es algo que nos une¡±, enfatiza. ¡°Cuando iba a encuentros de verano de j¨®venes nos reun¨ªamos 120 m¨²sicos de pa¨ªses que estaban en conflicto entre ellos¡ Si miramos, tenemos que mirar hacia el futuro, porque si se ojea la historia siempre encontraremos con motivos para el rencor¡±, se?ala.
Cancelaci¨®n de conciertos por ser ruso
En esta l¨ªnea se asienta tambi¨¦n la importancia que para ¨¦l tiene que la pieza que vaya a interpretar como solista esta semana en Espa?a sea el Concierto para piano N¨²mero 2 de Rachmaninoff: ¡°Creo que en un certamen a favor de Ucrania es un buen mensaje, supone decir que se est¨¢ de acuerdo en que Rachmaninoff forma parte de la gran cultura de un pa¨ªs que ahora est¨¢ haciendo un gran desastre en el mundo, pero que la m¨²sica, la cultura, no tienen ninguna culpa¡±. Kozhukhin habla con conocimiento de causa porque en estos meses ha visto c¨®mo le han cambiado el repertorio, sustituyendo un concierto del maestro ruso por otro de un compositor franc¨¦s.
Los m¨²sicos, vengamos de donde vengamos, tenemos una responsabilidad, porque la m¨²sica es algo que nos une¡±
¡°Entiendo que hay much¨ªsimas emociones ahora mismo y que todo lo que suena a ruso se interprete en un tono bastante negativo, es un reflejo normal, despu¨¦s de todo mi pa¨ªs est¨¢ amenazando a todo el mundo con bombas nucleares, pero una cosa es no estar de acuerdo con lo que se est¨¢ haciendo en un cierto pa¨ªs y otra negar una gran cultura que ha existido durante miles de a?os y que no solo es rusa, es universal. No todos los escritores, compositores, arquitectos o cient¨ªficos son malos solo por haber nacido all¨ª¡±, se lamenta. El joven pianista no solo ha visto c¨®mo el hecho de tocar m¨²sica rusa se ha convertido en un problema para los programadores culturales. El veto a los m¨²sicos e int¨¦rpretes rusos que no han criticado o han sido tibios en sus reacciones a la guerra en Ucrania tambi¨¦n es una cuesti¨®n que vive con ambivalencia.
¡°Mi decisi¨®n de criticar la guerra y a mi pa¨ªs fue personal, nadie me oblig¨® a hacerlo. Fue un impulso emocional, no racional¡±, explica. ¡°Lo hice a la semana de que empezara la invasi¨®n, despu¨¦s lo hicieron otros, pero luego lleg¨® un momento en que se empez¨® a obligar a los m¨²sicos a pronunciarse, hasta el punto de que a muchos colegas se les echaba de proyectos por no pronunciarse demasiado claramente. Si hasta a m¨ª me ha pasado, despu¨¦s de haber manifestado mi opini¨®n, que me han cancelado proyectos solo por ser ruso¡±, contin¨²a. El pianista, no obstante, entiende que la situaci¨®n es complicada. ¡°La cultura no puede permanecer en el vac¨ªo, no es algo aislado y, para bien o para mal, muchas veces est¨¢ muy ligada a la pol¨ªtica y a m¨ª me han llegado a decir en alguna ocasi¨®n que la decisi¨®n de no tener a artistas rusos en los escenarios les ven¨ªa por una directiva pol¨ªtica¡±.
Kozhukhin, sin embargo, prefiere no darle mayor trascendencia a estas cuestiones. ¡°Yo puedo quejarme de esto, pero lo que est¨¢ viviendo la gente en Ucrania es un horror. Hay millones de refugiados y cada vez m¨¢s rusos que huyen del pa¨ªs porque no quieren matar, obviamente las bombas no est¨¢n cayendo all¨ª y sus ciudades no est¨¢n siendo destruidas. Es una enorme tragedia que ojal¨¢ termine cuanto antes¡±, se lamenta.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.