¡®Live and Dangerous¡¯, de Thin Lizzy: uno de los mejores discos en directo del rock, aunque sea un fraude
El sonido de las cintas que registraron el concierto fue tan desastroso que una buena parte se tuvo que retocar en el estudio. Aun as¨ª, el ¨¢lbum, que ahora se reedita, consigue transportar al oyente al escenario. ?Cu¨¢l fue el secreto?
A Tony Visconti se le cay¨® el alma a los pies cuando empez¨® a escuchar las cintas. Hab¨ªa aceptado producir un disco en directo de sus amados Thin Lizzy, a pesar de que un impaciente David Bowie le apremiaba para que se encargase del suyo. Visconti pens¨® que eso le llevar¨ªa un tiempo breve y a los pocos d¨ªas se pondr¨ªa a las ¨®rdenes de Bowie. Hasta que escuch¨® las grabaciones de los conciertos de Thin Lizzy que el grupo le entreg¨®. Las cintas estaban a diferentes velocidades y algunas incorporaban el sistema Dolby, pero otras no. Un desastre. Finalmente, consigui¨® seleccionar algunas canciones. Entonces lleg¨® Phil Lynott, l¨ªder de Thin Lizzy, y dijo que aquello no le convenc¨ªa. Fue cuando se urdi¨® una trampa para sacar adelante Live and Dangerous (1978), considerado por publicaciones como Classic Rock el mejor ¨¢lbum en directo de todos los tiempos, un trabajo que se reedita estos d¨ªas en una lujosa caja de ocho compactos con mucho material adicional.
Quiz¨¢ convendr¨ªa empezar esta historia subrayando que hubo un tiempo en el que el disco en directo era un producto esencial en la carrera de los m¨²sicos. Los m¨¢s j¨®venes no habr¨¢n visto uno en su vida, pero no existe estrella del pop y del rock que no editara el suyo, de los Who a Beyonc¨¦. Los Rolling Stones, por ejemplo, suman una veintena oficiales. Los ¨¢lbumes grabados en conciertos son un g¨¦nero en s¨ª mismo que tuvo una misi¨®n fundamental: era una forma de empaquetar los grandes ¨¦xitos, unas veces para salvar carreras (Alive!, de Kiss), otras para relanzarlas (Joaqu¨ªn Sabina y Viceversa En Directo) y en no pocas ocasiones para cerrarlas o servir de bisagra para diferenciar etapas.
Thin Lizzy llevaba ya tres buenos trabajos en estudio cuando se plante¨® el directo: se les pusieron los dientes largos cuando comprobaron el ¨¦xito de Peter Frampton con Frampton Comes Alive! (1976). Cre¨ªan que ellos tambi¨¦n podr¨ªan lograrlo. El alma de los Lizzy era Phil Lynott, cantante, bajista y compositor, nacido en Inglaterra de madre irlandesa y padre nacido en la Guayana brit¨¢nica. Su progenitor los abandon¨® cuando ¨¦l ten¨ªa unos meses y un Lynott con siete a?os se fue a vivir a Dubl¨ªn con su abuela. De piel mulata y pelambrera afro, fue un ni?o aturdido por una permanente sensaci¨®n de ausencia. El escritor y periodista Tito Lesende, autor de Los 100 mejores discos de rock en directo, lo describe as¨ª: ¡°Le¨ªa a Albert Camus, se peleaba con asiduidad, escuchaba a Frank Sinatra y rezaba en la iglesia con su familia¡±.
Sus canciones hablaban de pandilleros, h¨¦roes irlandeses y de tipos duros magullados por el desamor. Alguien que ejerc¨ªa de macarra para esconder una profunda vulnerabilidad. En su biograf¨ªa sobre el cantante, Cowboy Song, Graeme Thomson se?ala: ¡°Lynott encarn¨® el paradigma del cabecilla de grupo de rock and roll. Controlaba, manipulaba y electrificaba a las multitudes hasta tal punto que su figura acab¨® permanentemente asociada a la imagen de la portada de Live and Dangerous, un retrato dionisiaco con pantalones de cuero, el pu?o cerrado, mu?equera de pinchos y pendiente de pirata¡±.
Para ensamblar Live and Dangerous (¡±sin duda, en los primeros puestos de los mejores discos de rock en directo¡±, asume Lesende), Visconti recibi¨® cintas de conciertos de Londres en 1976 (en el m¨ªtico local Hammersmith Odeon) y de Filadelfia en 1977. Cuando lo ten¨ªa listo despu¨¦s de una labor que el productor defini¨® como ¡°de pesadilla¡± por la falta de calidad de la grabaci¨®n, lleg¨® Phil Lynott. ¡°Corregimos un par de notas de bajo en el estudio y entonces Phil dijo: ¡®Queda muy bien, ?qu¨¦ te parece si vuelvo a tocar todo el bajo del disco?¡±, cuenta Visconti en sus memorias, Bowie, Bolan and the Brooklyn Boy. Luego quiso lo mismo para la voz y para algunas guitarras. A lo largo de los a?os, el productor ha puesto la siguiente horquilla: entre el 50 y 75% de Live and Dangerous se regrab¨®. Los guitarristas de ¨¢lbum, los virtuosos Brian Robertson y Scott Gorham, afirman que Visconti exagera, pero no niegan los abundantes retoques. Un corta y pega que, por otra parte, se realizaba en muchos directos, aunque el caso de Thin Lizzy resulta llamativo por el alto porcentaje de maquillaje y por ser un disco tan legendario.
El periodista y escritor ingl¨¦s Michael Hann, colaborador de The Guardian o Rolling Stone y autor del libro sobre la historia del heavy metal brit¨¢nico Denim and Leather, escribi¨®: ¡°Para algunos, Live and Dangerous est¨¢ desacreditado por la sospecha de que gran parte del ¨¢lbum se regrab¨® en el estudio. Pero ?realmente importa eso? Suena como si asistieras a un espect¨¢culo de rock emocionante, ruge desde los altavoces hacia tus o¨ªdos de una manera que te hace sentir como si estuvieses en las butacas del Hammersmith Odeon¡±. Lesende a?ade: ¡°De las grabaciones originales escuchamos con seguridad la bater¨ªa y el sonido del p¨²blico. El resto ya no se puede asegurar. Quiz¨¢ haya sido rehecho con injertos de estudio. Est¨¢ claro que est¨¢ ama?ado, pero ?qu¨¦ m¨¢s da? A otros les habr¨ªa quedado un disco meme, pero est¨¢ tan bien producido que refleja mejor un concierto de Thin Lizzy que las grabaciones originales¡±.
La clave para conseguir ese sonido tan de directo se debi¨® a que Visconti instal¨® el equipo de escenario en el estudio. Incluso puso en el bajo de Lynott un transmisor de radio para que pudiera moverse en el estudio como lo hac¨ªa en un concierto. Adem¨¢s, el cantante le dijo al productor que quer¨ªa sentir los decibelios retumbando bajos sus pies, como en una actuaci¨®n. Luego, se realzaron los gritos del p¨²blico grabados en los conciertos. As¨ª se consigui¨® imitar el avasallador sonido del directo. Mariano Muniesa, historiador del rock, apunta: ¡°Su fortaleza principal es que es un disco que muestra a Thin Lizzy con la veracidad y la energ¨ªa que desprend¨ªan en vivo. Un disco esencialmente sincero, que supo capturar en sus microsurcos la esencia del directo de la m¨ªtica banda irlandesa¡±.
La colecci¨®n de canciones es soberbia: las rudas Jailbreak o Massacre; la balada Still In Love With You; la maravillosa Cowboy Song; el cl¨¢sico The Boys Are Back In Town; o el irresistiblemente rock trot¨®n Don¡¯t Believe A Word. Las guitarras de Robertson y Gorham van trenzando solos, estilo que influir¨ªa tanto a Iron Maiden; la pasional y profunda voz de Lynott funciona m¨¢s como un narrador que como un cantante, y su bajo se inmiscuye en terrenos del funk dotando a las canciones de un ritmo especial. Unas caracter¨ªsticas que diferenciaron a los irlandeses del resto de las bandas de su generaci¨®n.
Otro de los interrogantes de esta historia es por qu¨¦ Thin Lizzy no trascendieron m¨¢s. Musiesa ofrece una clave: ¡°Surgen a medio camino entre los grandes monstruos del rock duro de comienzos de los setenta ¡ªBlack Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin¡ª y entre la nueva ola del heavy brit¨¢nico de finales de los setenta ¡ªIron Maiden, Saxon...¡ª. Es decir, alcanzan su m¨¢xima popularidad en un momento, mediados de los setenta, en el que el g¨¦nero viv¨ªa un periodo de transici¨®n y en el que no pas¨® por sus momentos de mayor popularidad¡±.
El mismo a?o (1978) de la edici¨®n de Live and Dangerous las fricciones entre Lynott y el guitarrista, Brian Robertson, provocaron la marcha de este ¨²ltimo. En 1983 el grupo se separ¨®. Tres a?os despu¨¦s, el 25 de diciembre de 1985, Lynott ingres¨® en un hospital despu¨¦s de un atrac¨®n de hero¨ªna y alcohol. Muri¨® el 4 de enero de 1986. Ten¨ªa 36 a?os.
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