La directora de la Academia Francesa: ¡°Vargas Llosa ha ayudado a la cultura francesa m¨¢s que muchos escritores franceses¡±
El escritor hispanoperuano entra este jueves en la prestigiosa instituci¨®n. Su responsable, H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d¡¯Encausse, explica sobre la presencia del rey em¨¦rito: ¡°Estar¨¢ aqu¨ª, como todos los invitados. Ha sido rey de Espa?a. Ser¨¢ tratado de acuerdo con su rango. Debemos esto a Espa?a¡±
Quedan unas horas para el gran acontecimiento del invierno cultural y social en Par¨ªs: el ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia francesa. En la sede de la instituci¨®n fundada por Richelieu en 1635 reina la calma. Par¨ªs est¨¢ medio paralizada por la huelga contra la reforma de las pensiones. El metro no funciona, hay comercios cerrados. A sus 93 a?os, y secretario perpetuo (ella, que no cree en el lenguaje inclusivo, insiste en usar el masculino para el cargo) de la Academia desde el cambio de siglo, H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d¡¯Encausse ni hace huelga ni se plantea jubilarse.
¡°Cuando uno hace lo que le interesa, no veo por qu¨¦ preocuparse¡±, dijo el martes en una conversaci¨®n con EL PA?S en su apartamento oficial en la Academia. ¡°Mire, se?or, esto no es un tema que me incumba¡±.
Carr¨¨re d¡¯Encausse tiene el jueves una de las citas que sin duda marcar¨¢n su mandato como secretario perpetuo. La ceremonia de recepci¨®n del hispanoperuano Vargas Llosa, que ocupar¨¢ el esca?o n¨²mero 18, es un momento ins¨®lito para la Acad¨¦mie, una audacia poco habitual en una instituci¨®n a la que se le suele reprochar el anquilosamiento y la alergia a la modernizaci¨®n. Por primera vez, un autor que no ha escrito ni una de sus obras en lengua francesa se convertir¨¢ en inmortal. Es decir, en uno de los 40 miembros del c¨®nclave encargado de ¡°defender la lengua francesa¡± y preservar su ¡°inmortalidad¡±.
?Una incongruencia? ¡°En ning¨²n lugar est¨¢ escrito que para entrar en la Academia francesa haya que escribir en franc¨¦s¡±, replica Carr¨¨re d¡¯Encausse cuando se le mencionan las dudas que suscit¨® la elecci¨®n del autor de Conversaci¨®n en La Catedral y La fiesta del Chivo. ¡°La gente no sabe de qu¨¦ habla¡±. Ante las cr¨ªticas que, en la prensa francesa, se publicaron por las posiciones pol¨ªticas liberales del nuevo acad¨¦mico, la jefa de la Academia responde: ¡°Ha llevado su vida como ¨¦l lo ha considerado. No somos la Uni¨®n Sovi¨¦tica. No es obligado tener una doctrina. Fueron cr¨ªticas muy curiosas, pero poco pertinentes¡±.
Vargas Llosa, argumenta el secretario perpetuo, ¡°es un esp¨ªritu universal, un esp¨ªritu que no tiene l¨ªmites¡±. Hab¨ªa le¨ªdo su obra antes de su elecci¨®n el a?o pasado, pero no se conoc¨ªan personalmente. Y le fascin¨®. ¡°Es como lo imaginaba: caluroso, abierto¡±, describe. ¡°Es lo que en la Academia llamamos un hombre de buena compa?¨ªa. Eso es lo esencial: ser cort¨¦s, civil¡±.
Carr¨¨re d¡¯Encausse ¡ªprestigiosa historiadora de Rusia y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, eurodiputada por la derecha francesa en los a?os noventa, madre del escritor Emmanuel Carr¨¨re¡ª destaca la simbiosis de Vargas Llosa con Francia, pa¨ªs en el que vivi¨® en los a?os sesenta, y con la cultura francesa, determinante en su formaci¨®n literaria, para explicar su entronizaci¨®n como inmortal (denominaci¨®n que reciben los miembros de la Academia). ¡°No conozco a nadie que hable tan bien de Flaubert como ¨¦l¡±, dice. Y remacha: ¡°Ha ayudado a la cultura francesa m¨¢s que muchos escritores franceses¡±.
El proceso hacia la inmortalizaci¨®n, que concluir¨¢ este 9 de febrero con la ceremonia bajo la c¨²pula del Institut de Francia, sigue un ritual estricto. El jueves pasado, se celebr¨®, a puerta cerrada, la instalaci¨®n. Vargas Llosa ley¨® su discurso de elogio al anterior titular del esca?o 18, el fil¨®sofo Michel Serres (1930-2019). El acad¨¦mico Daniel Rondeau, a su vez, ley¨® la r¨¦plica. Vargas Llosa tom¨® posesi¨®n de su sill¨®n. Recibi¨® una moneda con la inscripci¨®n de la divisa acad¨¦mica: ¡°A la inmortalidad¡±. Tuvo que disertar sobre la palabra que se le atribuy¨®: xer¨¨s, jerez. Este mi¨¦rcoles, el secretario perpetuo le entregar¨¢ la preceptiva espada. Y al d¨ªa siguiente comparecer¨¢ por fin en la ceremonia con el tradicional vestido verde con bordados ornamentales.
Carr¨¨re d¡¯Encausse no ignora que, junto a Vargas Llosa, otra persona atraer¨¢ los focos el jueves bajo la c¨²pula del Quai Conti, a orillas del Sena: Juan Carlos I, rey em¨¦rito de Espa?a, residente en Abu Dabi desde que en el verano de 2020 abandon¨® Espa?a para evitar que los esc¨¢ndalos da?asen a la Corona. El autor de La guerra del fin del mundo explic¨® hace dos semanas a El PA?S que le hab¨ªa invitado por una raz¨®n ¡°muy sencilla¡±: ¡°En la medida en que los reyes puedan tener amigos, yo soy un amigo de ¨¦l¡±.
¡°Es el invitado de Mario Vargas Llosa, y est¨¢ muy bien¡±, aprueba Carr¨¨re d¡¯Encausse. ¡°Estar¨¢ aqu¨ª, como todos los invitados. Ha sido rey de Espa?a. No vamos a tratarlo como si fuera el conserje, ser¨¢ tratado de acuerdo con su rango. Debemos esto a Espa?a. Es el padre del rey actual¡±.
La figura del rey em¨¦rito trae a la memoria del secretario perpetuo un episodio de los a?os noventa: la fallida entrada en la Academia de otro espa?ol, el deportado en Buchenwald, militante comunista en la clandestinidad, ministro con Felipe Gonz¨¢lez y escritor Jorge Sempr¨²n (1923-2011). Sempr¨²n ¡°siempre explicaba lo extraordinario que hab¨ªa sido el papel del rey en el acceso de Espa?a al Estado de derecho¡±, recuerda. Y aqu¨ª habla la historiadora: ¡°Es la imagen que tenemos de ¨¦l, lo que recordar¨¢ la historia: esta extraordinaria transformaci¨®n de Espa?a, pac¨ªfica, y que ha hecho de Espa?a un inmenso pa¨ªs democr¨¢tico de Europa que todo el mundo admira¡±. ?Y los esc¨¢ndalos de la Corona? ¡°Esto es lo que se denomina los aspectos secundarios de la Historia¡±.
Sobre Sempr¨²n, Carr¨¨re d¡¯Encausse explica el malentendido por qu¨¦ qued¨® fuera de la Academia, y su significado ahora: ¡°Hubo un malentendido que hizo que Jorge Sempr¨²n no quisiera presentarse. Crey¨® que se le reprochaba su pasado comunista, o algo as¨ª. Yo era muy amiga de ¨¦l, y me dijo: ¡®Pese a nuestra amistad, prefiero no presentarme¡¯. Es una l¨¢stima. Se le ha echado de menos en la Academia. De una cierta manera era Espa?a la que llegaba. De una cierta manera, Vargas Llosa viene a corregir esta ausencia, que hemos sentido¡±.
Y es un Nobel, adem¨¢s. Desde que Fran?ois Mauriac muriera en 1970 no hab¨ªa habido ninguno bajo la c¨²pula. ¡°No se trata solo de que sea un premio Nobel, sino de que sea este premio Nobel¡±, precisa Carr¨¨re d¡¯Encausse. ¡°El premio Nobel puede cubrir cualquier mercanc¨ªa¡±.
Y despu¨¦s de Vargas Llosa, ?qui¨¦n? ¡°Monsieur, esto no me corresponde a m¨ª decirlo: soy neutral¡±, afirma. Pero hace unos meses declar¨® que le agradar¨ªa ver al explosivo novelista Michel Houellebecq convertido en inmortal. ¡°S¨ª, lo mantengo¡±, confirma. ¡°Pero por ahora ¨¦l est¨¢ en sus cosas. Se ocupa de sus libros. El d¨ªa que quiera venir ser¨¢ bienvenido. Encuentro que es un escritor absolutamente genial. Es mi opini¨®n personal¡±. ?Ser¨ªa de buena compa?¨ªa? ¡°No lo s¨¦, no lo conozco. Lo he visto dos veces. Eso espero. Por ahora no es candidato¡±.
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