¡®Retorno a Se¨²l¡¯: la fascinaci¨®n de la ola coreana en una historia de adoptados interraciales
Las vivencias personales y los deseos de comprensi¨®n se fusionan en una obra marcada por las canciones de pop coreano que acompa?an a la veintea?era protagonista
Corea del Sur est¨¢ tan de moda en Occidente que parece que todo lo que huela al pa¨ªs asi¨¢tico tiene visos de convertirse en un ¨¦xito y, a¨²n m¨¢s, ser un referente de calidad. Y, sin embargo, no es as¨ª en modo alguno. No son pocos los gatos por liebre que nos ha colado la ola coreana tanto en cine como en m¨²sica y televisi¨®n, pero por suerte no es el caso de la enigm¨¢tica y envolvente Retorno a Se¨²l, pel¨ªcula de autodescubrimiento personal acerca de la identidad que, de todos modos, aglutina una diversidad de or¨ªgenes tan rica, en lo extr¨ªnseco de la producci¨®n y en lo intr¨ªnseco de la historia en s¨ª, que quiz¨¢ sea esa complejidad la que provoque su fascinaci¨®n global.
Por un lado, Davy Chou, su director, es un franc¨¦s de 39 a?os, hijo de camboyanos emigrados a Francia inmediatamente antes de la llegada de la dictadura comunista de los jemeres rojos, y criado en el silencio y el desconocimiento sobre lo ocurrido en la tierra de sus padres. Por otro, la historia parte de la experiencia personal de una amiga del director, nacida en Corea y adoptada por un matrimonio franc¨¦s, que siendo ya adulta volvi¨® a Se¨²l para reencontrarse con sus padres, en presencia del propio Chou. Las vivencias personales, el propio interior y los deseos de comprensi¨®n se fusionan as¨ª en una obra marcada en la forma por las canciones de pop coreano que acompa?an a la veintea?era protagonista, m¨²sica delicada y cautivadora, y en el fondo por el contraste entre Europa y Asia con respecto a las tradiciones y a los modos de ser, de comportarse y de mirar el presente, el pasado y hasta el futuro.
Fr¨¦d¨¦rique Beno?t, que as¨ª se llama la chica, es asi¨¢tica en lo f¨ªsico, pero no puede ser m¨¢s francesa, m¨¢s europea, m¨¢s directa, menos complaciente. Enfrente, una cultura que pudo ser la suya, que le acaba desordenando la existencia. Los modos reglados hasta la extenuaci¨®n, de miradas esquivas y hasta sumisas de los orientales contrastan con su ¨ªmpetu, con su personalidad arrolladora. Y, lo mejor, ese proceso de b¨²squeda es narrado por Chou del modo m¨¢s inesperado. Retorno a Se¨²l, pese a su base de follet¨ªn melodram¨¢tico, huye siempre de lo obvio para terminar abrazando lo imprevisible Incluso en su narraci¨®n el¨ªptica, con dos saltos de unos cuantos a?os desde el primer encuentro con el padre, que lo que provocan es una sugerente incomodidad, marcada adem¨¢s por una profundidad de campo m¨ªnima que refleja la distancia entre la chica y sus or¨ªgenes.
Con el ¨²nico obst¨¢culo para el espectador de cierta ralentizaci¨®n del ritmo de la narraci¨®n en la parte inicial del relato, a causa de las continuas traducciones entre los personajes ¡ªdesde el franc¨¦s nativo de la chica hasta el coreano que ni habla ni entiende¡ª, la pel¨ªcula de Chou comienza como una borrachera de alcohol y sexo entre j¨®venes que puede llevar al cin¨¦filo hasta algunas de las primeras pel¨ªculas de Wong Kar-Wai, pero luego se desliza por caminos profundamente aut¨¦nticos. Los de la incertidumbre de no saber qui¨¦n se es ni hacia d¨®nde se va, y la de no verse reflejada en el espejo de los suyos. El desequilibrio emocional de los adoptados interraciales, en un universo que no solo desconocen, sino que les hace sentirse en tierra de nadie.
Retorno a Se¨²l
Dirección: Davy Chou.
Intérpretes: Park Ji-min, Oh Kwang-rok, Kim Sun-young, Guka Han.
Género: drama. Corea, 2022.
Duración: 115 minutos.
Estreno: 24 de marzo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.