La persecuci¨®n de libros marca otro r¨¦cord hist¨®rico en Estados Unidos
En 2022 las bibliotecas registraron peticiones para retirar 2.571 t¨ªtulos, el doble que el a?o anterior. Florida cuenta con leyes que prev¨¦n penas de c¨¢rcel de hasta cinco a?os para profesores y bibliotecarios que se salten los vetos
Brian Covey dice que no estaba en su ¨¢nimo convertirse en un s¨ªmbolo de la resistencia a la prohibici¨®n de libros en Estados Unidos, un fen¨®meno que ha marcado un r¨¦cord hist¨®rico. Otro. Pero as¨ª fue. El pasado enero public¨® un v¨ªdeo en su cuenta de Twitter, en la que, sobre todo, da rienda suelta a su pasi¨®n por el equipo de f¨²tbol americano de los Jaguars. En la grabaci¨®n, que se hizo viral, se ve¨ªan las estanter¨ªas vac¨ªas de la biblioteca de una escuela de segundo ciclo de primaria del condado de Duval, en Florida. De visita en su mayor ciudad, Jacksonville, un reportero local pregunt¨® por ese travelling de 17 segundos al gobernador Ron DeSantis: lo despach¨® como una ¡°narrativa falsa¡±. Al d¨ªa siguiente, Covey recibi¨® una llamada de la empresa que lo hab¨ªa contratado como profesor sustituto en otro colegio del distrito. ¡°No vamos a precisar m¨¢s de sus servicios¡±, le anunciaron.
Ah¨ª termin¨® el proyecto de Covey de convertirse en profesor; antes hab¨ªa trabajado en finanzas. En una entrevista telef¨®nica con EL PA?S, asegur¨® este lunes que cuando subi¨® el v¨ªdeo no actuaba como docente, sino como padre de sus dos hijos, de siete y 10 a?os, alumnos del distrito de Duval. ¡°Est¨¢n sufriendo un ataque a la educaci¨®n p¨²blica en toda regla¡±, sentenci¨®.
El veto conservador a libros se ha convertido en parte del paisaje estadounidense desde la pandemia, cuando padres y madres por todo el pa¨ªs tuvieron a sus hijos estudiando en casa, echaron un vistazo a lo que les hac¨ªan leer y lanzaron una cruzada para ¡°cuestionar¡± esos curr¨ªculos. Es un movimiento que ha prendido por todo el pa¨ªs, al mismo ritmo en que se acentuaba la polarizaci¨®n, pero que, como ya es norma en los m¨²ltiples frentes de la ¡°guerra cultural¡±, se libra con especial crudeza en Florida.
Su gobernador ha hecho del asunto una prioridad y una baza de su m¨¢s que probable campa?a para aspirar a la Casa Blanca en 2024. Aunque en horas bajas, DeSantis parece el ¨²nico capaz de plantar cara a Donald Trump. Su plan aspira a aplicar su particular manual de instrucciones conservador por todo el pa¨ªs. La idea es, como resume su eslogan, Make America Florida: convertir Estados Unidos Florida.
El Estado ha aprobado tres leyes educativas, que, entre otras cosas, proh¨ªben infundir un sentimiento de culpabilidad en los estudiantes por las acciones de sus antepasados (para enterrar la memoria hist¨®rica del racismo) y proscribe la conversaci¨®n en clase sobre orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero. Esa norma, llamada por sus cr¨ªticos ¡°No digas gay¡±, est¨¢ a punto de ampliar la prohibici¨®n hasta los 18 a?os. Son textos de formulaci¨®n vaga, pero, como contemplan penas de hasta cinco a?os de c¨¢rcel o la retirada de la licencia para ejercer, profesores y bibliotecarios de Florida prefieren retirar libros o cubrir estanter¨ªas para hurtarlos de la vista de los alumnos a arriesgarse a cometer un delito. ¡°En ocasiones, lo hacen proactivamente, sin que medie ninguna petici¨®n previa¡±, lamenta el reci¨¦n publicado informe Banned in the USA (Prohibidos en Estados Unidos), de Pen America, asociaci¨®n en defensa de la libertad de expresi¨®n.
Esas normas tambi¨¦n descargan en los 67 condados la revisi¨®n de lo que es adecuado que lean los ni?os. No todos se lo han tomado tan en serio como el de Duval, cuyas autoridades han puesto en cuarentena en torno a 1,5 millones de t¨ªtulos mientras un grupo de ¡°especialistas certificados en medios revisan todos los libros en los centros escolares y en las bibliotecas de las aulas¡±, seg¨²n un comunicado del distrito escolar. El equipo de revisores lo forman 52 personas. Hasta el 6 de abril, les hab¨ªa dado tiempo a examinar 24.972 t¨ªtulos. Covey calcula que a ese ritmo tardar¨¢n ¡°56 a?os para terminar su tarea¡± y que, entre tanto, sus dos hijos sufrir¨¢n el impacto en ¡°sus niveles de comprensi¨®n lectora¡±. ¡°Les han suprimido el tiempo para leer, y, en su lugar, les invitan a jugar en silencio en el aula¡±, cuenta.
Since y'all wanna play the "this isn't really happening" game https://t.co/bVUFOXPc6a pic.twitter.com/fUUkJgi5ls
— JagsFanBrian????? (@JagsFanBrian) January 27, 2023
Entre los casi 25.000 t¨ªtulos revisados, solo 21 no han pasado el corte, entre ellos, el best-seller Forastera, de Diana Gabaldon, y, Ojos azules y Beloved, novelas de la premio Nobel Toni Morrison.
Morrison es una habitual de la lista de los libros ¡°m¨¢s desafiados¡± en Estados Unidos, que cada a?o publica la Asociaci¨®n de Bibliotecas de Am¨¦rica (ALA, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s). La de 2022, dada a conocer la semana pasada, vuelve a estar encabezada por el c¨®mic autobiogr¨¢fico Gender Queer, de Maia Kobabe, dibujante de g¨¦nero no binario (se pidi¨® su retirada en 151 ocasiones). Le sigue All Boys Aren¡¯t Blue (No todos los chicos son azules), de George M. Johnson, otro canto a la diversidad sexual (denunciado 86 veces). Con 73 desaf¨ªos, Ojos azules, magistral debut de la la Nobel afroamericana, ocupa el tercer puesto.
Seg¨²n la ALA, en 2022 se registraron 1.269 peticiones para retirar un total de 2.571 t¨ªtulos de las bibliotecas agrupadas en la asociaci¨®n. Casi dobla la cifra de 2021 (729), que marc¨® el anterior r¨¦cord hist¨®rico en las dos d¨¦cadas que llevan haciendo inventario de esos ataques. ¡°De esos t¨ªtulos, la amplia mayor¨ªa los escribieron miembros de la comunidad LGTBI o personas no blancas o cuentan historias sobre esos dos grupos¡±. Gender Queer y All Boys Aren¡¯t Blue pertenecen a la primera categor¨ªa. Ojos azules, a la segunda.
El informe tambi¨¦n hace notar un cambio de tendencia: si antes los cuestionamientos iban de libro en libro, ahora se impugnan varios t¨ªtulos de una vez en el 90% de los casos. Y cuatro de cada diez denuncias trataban de vetar de una tacada m¨¢s de 100 t¨ªtulos.
Entre los grupos m¨¢s activos, destaca la asociaci¨®n Moms for Liberty (Mam¨¢s por la Libertad). Fundada en 2021 por dos madres, ya cuenta con m¨¢s de 115.000 miembros bajo su eslogan: ¡°No educamos a medias con el Gobierno¡±. En la ¨²ltima reuni¨®n del Comit¨¦ de Acci¨®n Pol¨ªtica Conservadora (CPAC), gran cumbre del conservadurismo estadounidense celebrada recientemente a las afueras de Washington, dos de sus voluntarias paseaban con un ejemplar de Gender Queer abierto por la p¨¢gina 167, tal vez la m¨¢s escudri?ada de la literatura norteamericana de los dos ¨²ltimos a?os. En ella, se ve al personaje, trasunto de Kobabe, que protagoniza el c¨®mic, ponerse un consolador con arn¨¦s, y a otra chica practicarle una felaci¨®n ¡°?Nos negamos a que expongan a nuestros hijos a esto!¡±, gritaban las dos activistas.
Pamela Macek se ha convertido en una de las voces m¨¢s activas contra Gender Queer. Las im¨¢genes de su intervenci¨®n en una junta escolar en el condado de Wayne (Nueva Jersey) pidiendo la retirada del libro atrajeron el a?o pasado el foco nacional. En un correo electr¨®nico, explica que ¡°la ¨²nica raz¨®n por la que libros como ese no se consideran ilegales (o legalmente pornogr¨¢ficos) es porque son ilustrados, y no llevan fotograf¨ªas¡±. ¡°No permitimos que nuestros hijos vean pel¨ªculas para mayores sin un padre o tutor, as¨ª que ?por qu¨¦ habr¨ªamos de permitirles el acceso sin restricciones a libros que muestran desnudos integrales y fomentan la masturbaci¨®n, el sexo oral, anal y vaginal, as¨ª como otro material hipersexualizado?¡±, pregunta. ¡°Es responsabilidad de los padres decidir cu¨¢ndo sus hijos est¨¢n preparados para ser seg¨²n qu¨¦ cosas¡±.
Permiso de los padres
?Y d¨®nde quedan los derechos de los ni?os homosexuales y transexuales a los que estas historias pueden servir de ayuda? ¡°Mi sugerencia es que se mantengan esos libros en la oficina de un consejero para el caso de que un padre diera permiso a que el material lo leyera su hijo. La mayor¨ªa de los padres conservadores no hemos exigido la prohibici¨®n de libros, sino que hemos abogado por el sentido com¨²n, la decencia y la protecci¨®n de los derechos de todos, incluidos los de aquellos que defienden valores tradicionales o religiosos y que no abrazan esta agenda hipersexualizada¡±, explica Macek. ¡°Estos libros inculcan a los ni?os una conciencia sexual para la que no est¨¢n mental, emocional ni fisiol¨®gicamente preparados. Tambi¨¦n los prepara para los depredadores, ya que su inclinaci¨®n natural a mantener estos asuntos en privado dentro del hogar o para cuando sean mayores se esfuma cuando les obligan a leer, fantasear y discutir estos temas ¨ªntimos con profesores y alumnos en un entorno p¨²blico¡±.
A Kobabe los motivos para prohibir su c¨®mic le parecen ¡°excusas¡±. ¡°Mi libro no es pornogr¨¢fico, no va de eso, sino de otra cosa bien distinta, que yo creo que es la que les molesta¡±, explic¨® en una conversaci¨®n con este diario. Tambi¨¦n dijo que encontraba cierto orgullo en pertenecer a un club que incluye a grandes de la literatura universal como Margaret Atwood (por El cuento de la criada), Art Spiegelman (autor de Maus, c¨®mic sobre el Holocausto) o Harper Lee, cuyo cl¨¢sico Matar a un ruise?or ha sido prohibido por acusaciones de racismo en Estados dem¨®cratas, como California (porque no, estos ataques no son solo cosa de republicanos).
Es un club selecto que no deja de admitir nuevos socios en Florida, que, seg¨²n el informe del PEN es el segundo Estado con m¨¢s vetos, por detr¨¢s de Texas. James Patterson, a quien se suele celebrar como el autor m¨¢s vendido del planeta, ha visto c¨®mo los libros de su serie de ciencia ficci¨®n adolescente Maximum Ride eran retirados de bibliotecas y escuelas. Reaccion¨® as¨ª en Twitter: ¡°Si encuentra que la prohibici¨®n sin sentido es preocupante o confusa, env¨ªe una nota educada al gobernador de Florida¡±.
If you find this kind of mindless book banning troubling or confusing, send a polite note to Florida¡¯s @GovRonDeSantis here: https://t.co/E1LdWt3Fga pic.twitter.com/8YNWIaDqH4
— James Patterson (@JP_Books) March 13, 2023
Otra afectada es Nora Roberts, cuyas novelas rom¨¢nticas han sido cuestionadas por una activista local de Moms for Liberty en el condado de Martin. A ella, la escritora envi¨® un mensaje en una entrevista en The Washington Post. ¡°Si no quieres que tu hijo adolescente lea este libro¡±, declar¨®, ¡°es tu derecho como madre, y buena suerte con eso. Pero no tienes derecho a decidir sobre los dem¨¢s hijos¡±.
La acusaci¨®n a Roberts tambi¨¦n tachaba de ¡°pornogr¨¢fica¡± su obra. Es el mismo adjetivo que emple¨® DeSantis en un acto del mes pasado titulado: ¡°Desvelando el ENGA?O [sic] de la prohibici¨®n de libros en Florida¡±, durante el que neg¨® que la idea sea hacer desaparecer libros de las bibliotecas. ¡°Es un enga?o muy sucio, a?adi¨®, un enga?o que sirve para tratar de contaminar y sexualizar a nuestros hijos¡±.
No hay que olvidar que DeSantis tambi¨¦n es autor. El gobernador public¨® a finales de febrero sus memorias. Mientras los dem¨®cratas tratan de que pruebe su propia medicina, usando sus leyes sobre libros para sacar el suyo de las bibliotecas por emplear ¡°t¨¦rminos que generan discordia¡± (t¨¦rminos como ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± o ¡°woke¡±, dos de sus favoritos), en el Capitolio Tallahassee sigue su camino una propuesta legislativa del Partido Republicano que permitir¨ªa que la mera denuncia de un padre o una madre baste para retirar un t¨ªtulo, sin esperar a que se revisen los motivos.
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