Carmen Werner, bailando a los 70: ¡°Solo par¨¦ una vez, cuando me ca¨ª de un tejado¡±
La core¨®grafa madrile?a no piensa en retirarse de los escenarios y estrena un nuevo trabajo, ¡®1953¡ä, el a?o que naci¨®
Carmen Werner lleva cinco d¨¦cadas bailando. Y a sus 70 a?os sigue siendo una int¨¦rprete incansable. ¡°Solo par¨¦ una vez [en 2017] porque me ca¨ª de un tejado al que hab¨ªa subido para hablar con los alba?iles. Me romp¨ª los dos calc¨¢neos [huesos del tal¨®n] y estuve seis meses en silla de ruedas. Aun as¨ª, sin poder moverme y deprimida, cre¨¦ dos producciones¡±, cuenta la core¨®grafa madrile?a en su sala de ensayos. ¡°Hac¨ªa abdominales, dorsales y lumbares tumbada en el sof¨¢¡±. ?Y ahora c¨®mo se encuentra? ¡°Estupendamente¡±, sonr¨ªe y fuma casi al mismo tiempo.
El pr¨®ximo martes, Werner estrenar¨¢ un nuevo espect¨¢culo en la sala Cuarta Pared, dentro del Festival Internacional Madrid en Danza, que ha titulado 1953 ¨Da?o en el que naci¨®¨D y que dejar¨¢, entre otras cosas, la imagen de una bailarina de 70 a?os que sigue sudando la camiseta y desafiando convencionalismos, como ese que alude a la brevedad de la vida art¨ªstica de un bailar¨ªn. ¡°No conozco a muchas bailarinas de mi edad en activo. Es verdad que yo, zapatillas de punta, no me voy a poner, pero es que no me las he puesto nunca ni me interesa¡±. Aunque desvela poco del trabajo, s¨ª cuenta ¡°que habr¨¢ una sorpresa con mucho humor que espero que guste¡±.
Carmen Werner es abanderada de muchas cosas, pero no ha pretendido serlo de ninguna. Y este credo desemboca en una atractiva consigna que permea toda su trayectoria: ese hacer sin querer aparentar; el trabajo (¡°de hormiguita¡±, especifica), sobrevol¨¢ndolo todo. Directora de Provisional Danza, compa?¨ªa se?era desde hace casi cuarenta a?os (la fund¨® en 1987), la Werner, como se la conoce en el mundillo, es apoderada de una fascinante combinaci¨®n, del todo llamativa en los lares art¨ªsticos de ayer y hoy: ser una de las grandes y darle la importancia justa a la cuesti¨®n.
Formada en danza cl¨¢sica y contempor¨¢nea, en t¨¦cnicas tan exigentes como la de Martha Graham o Jos¨¦ Lim¨®n y licenciada en Educaci¨®n F¨ªsica, la creadora lleva estrenadas m¨¢s de setenta obras; ¡°no las he contado¡±, apunta. Abastecen tambi¨¦n su carrera importantes premios como la Medalla de Oro al m¨¦rito en las Bellas Artes (2020) y el Premio Nacional de Danza en la modalidad de creaci¨®n (2007), ¡°me enorgullecen y me dan igual casi a partes iguales¡±, explica. Y una manera de hacer danza ajena a predisposiciones de moda y comprometida con una forma de entender este arte como instrumento para contar cosas. ¡°Me encanta la danza por la danza, ver las tendencias actuales, disfrutar de tantos bailarines estupendos, pero la que de verdad me interesa y desarrollo es la que tiene historias que mostrar¡±.
Dejadme que os cuente
En ese evangelio de contar historias m¨¢s o menos concretas a trav¨¦s de la danza, ha habido lugar para bailar relaciones de amor, el miedo, las despedidas, la locura e incluso la protesta contra la profesi¨®n de la cr¨ªtica de danza que encarn¨® en el divertido montaje Matar el 9 (2005), donde se recog¨ªan pasajes de lo que se ha escrito y dicho sobre sus montajes. Un mosaico de fragmentos de vida narrados a trav¨¦s del cuerpo, tal y como advert¨ªa la creadora en la obra Tiempo de conversaci¨®n (2017): ¡°Os voy a pedir un favor, sentaos, sed conscientes de lo que respir¨¢is y dejadme que os cuente, que os entregue esto. Luego la historia es vuestra, haced con ella lo que quer¨¢is¡±.
Cuenta Carmen Werner que aunque una coreograf¨ªa puede viajar por muchos lugares durante el proceso de creaci¨®n, siempre necesita partir de algo concreto. Un libro, una pel¨ªcula¡ En este sentido, 1953, su nueva obra, nace del largometraje Harold y Maude (1971), comedia peculiar del director Hal Ashby que cuenta la historia de un joven obsesionado con la muerte y el suicidio y su relaci¨®n con una anciana exc¨¦ntrica. ¡°A partir del a?o 2000 comenc¨¦ a introducir el humor en mis espect¨¢culos¡±, explica. ¡°Mis obras siguen hablando de dolor y sufrimiento, pero entend¨ª que con ese otro extremo cerca de la risa, lo negro gana m¨¢s. Siempre que hay un contraste, los dos extremos suben¡±.
Junto a ella, estar¨¢n en escena los bailarines Alejandro Morata, Tatiana Chorot ¨Dque tambi¨¦n ha hecho labores de ayudante de direcci¨®n junto al reconocido bailar¨ªn y core¨®grafo Daniel Abreu¨D, Cristian L¨®pez y Sebasti¨¢n Calvo, un elenco de cinco int¨¦rpretes y colaboradores que en su mayor¨ªa la acompa?an desde hace d¨¦cadas. Lo suyo es bailar, crear y producir, pero tambi¨¦n cuidar y aupar a quienes empiezan. ¡°Porque me encanta y si alguien me pide ayuda se la doy¡±.
De mirada generosa y prof¨¦tica, Carmen Werner ha acogido en las filas de su compa?¨ªa a algunos de los nombres m¨¢s interesantes del panorama de la danza. El ya mencionado Daniel Abreu, Janet Nov¨¢s, Manuel Rodr¨ªguez y un largo etc¨¦tera pasaron en sus inicios por el cobijo de la Werner, que vaticina a trav¨¦s del cuerpo. ¡°Hay algo en el ser humano que no tiene l¨ªmite: la inteligencia, la intuici¨®n, la creatividad¡ Me resulta f¨¢cil ver eso en los cuerpos, m¨¢s all¨¢ de la t¨¦cnica, que tambi¨¦n la necesito¡±.
Respetada y querida en el mundo de la danza (¡°igual es porque soy simp¨¢tica¡±, cuenta entre risas), Werner no se plantea dejar de bailar. ¡°Una vez me lo preguntaron y tengo claro que aunque llegue el d¨ªa en el que no pueda bailar en escena, que llegar¨¢, seguir¨¦ haci¨¦ndolo en casa mientras pueda¡±.
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