?Qu¨¦ hace un bailar¨ªn cuando ya no puede bailar?
La retirada de los escenarios supone un momento traum¨¢tico que puede derivar en una situaci¨®n de exclusi¨®n social. EL PA?S recoge la experiencia de varios profesionales en el D¨ªa Internacional de la Danza
Hace veinte a?os Jos¨¦ Triguero era primer bailar¨ªn del Ballet Espa?ol de Mar¨ªa Rosa. Tambi¨¦n actuaba como solista invitado en galas y espect¨¢culos. Pero en 2004, poco despu¨¦s de cumplir los 30, hizo balance: llevaba media vida trabajando pero solo ten¨ªa tres a?os cotizados. Esto es habitual en un sector tan precarizado en Espa?a como la danza: pocas compa?¨ªas pueden mantener contratos estables, as¨ª que la mayor¨ªa solo dan de alta a sus artistas los d¨ªas que act¨²an en funciones. Triguero quer¨ªa formar una familia. Siendo optimistas, le pod¨ªan quedar unos cinco a?os a pleno rendimiento. ?Qu¨¦ hacer? ?Seguir hasta que el cuerpo aguante? ?Elaborar un plan B y retirarse prematuramente? ?Para qu¨¦ sirve un bailar¨ªn cuando ya no puede bailar?
¡°Es un momento traum¨¢tico. Cuando se rompe la burbuja de las giras, los aplausos, la rutina de bailar cada d¨ªa¡ te quedas descolocado¡±, recuerda Triguero. ¡°Yo decid¨ª retirarme de forma prematura a los 31, en lo m¨¢s alto de mi carrera, porque ve¨ªa que cuanto m¨¢s tiempo dejara pasar, m¨¢s dif¨ªcil iba a ser recuperar los a?os no cotizados¡±, explica. De pronto, surgi¨® la oportunidad de reciclarse como conductor en una empresa madrile?a de transporte interurbano, Arriva DeBlas, donde dieron valor a las cualidades que hab¨ªa desarrollado en su carrera (disciplina, control reflejo). Lo contrataron precisamente por eso. Catorce a?os despu¨¦s, no se arrepiente de su decisi¨®n. ¡°Me gusta mi nueva profesi¨®n. Seguir bailando no era viable¡±, afirma.
Comparemos esta historia con la de otro bailar¨ªn espa?ol, Juan Eymar, que debut¨® en el Ballet de Carmen Roche en 1998 con solo 14 a?os. En 2001 dio el salto a Europa y se integr¨® en distintas compa?¨ªas en Suiza, Alemania y Holanda. Pero en 2011, despu¨¦s de un tiempo luchando contra una lesi¨®n, se vio obligado a retirarse. No hab¨ªa cumplido los 30. Tuvo la suerte de que ese momento lo pillara trabajando en Holanda, donde existe un sistema regulado de apoyo a la transici¨®n profesional: recibi¨® 10.000 euros (de un fondo estatal al que contribuyen tanto las compa?¨ªas como los bailarines durante su vida activa) para gastarlos en cursos de reciclaje. ¡°Ese dinero te regala un tiempo precioso. Te permite explorar distintas posibilidades con calma en un momento traum¨¢tico, ver en qu¨¦ oficio puedes encajar mejor y prepararte para ello¡±, resume Eymar.
Cinco mensajes para la danza
Cada 29 de abril se celebra el D¨ªa Internacional de la Danza, instaurado por la Unesco como una forma de atraer la atenci¨®n hacia esta disciplina. Hacia los problemas que atraviesan sus profesionales, pero tambi¨¦n hacia su belleza y funci¨®n social. Para esta jornada la Unesco emite tradicionalmente un manifiesto oficial con el objetivo de que sea le¨ªdo en todos los escenarios del mundo, pero este a?o es especial: no ha emitido uno, sino cinco mensajes que ha encargado a cinco artistas de cada una de las cinco regiones que conforman la Unesco: ?frica, Am¨¦rica, Pa¨ªses ?rabes, Asia-Pac¨ªfico y Europa. Adem¨¢s, la organizaci¨®n programa una gala central cada a?o en un pa¨ªs diferente (esta noche ser¨¢ en Cuba), aunque en todo el mundo hay programadas actividades especiales hoy. En Espa?a, por ejemplo, destaca el programa de los Teatros del Canal en Madrid: puertas abiertas, talleres gratuitos, actuaciones continuas y lectura de los mensajes a cargo de la bailarina Luc¨ªa Lacarra. Tambi¨¦n en Madrid, el Ballet Nacional de Espa?a ofrece proyecciones gratuitas de sus principales espect¨¢culos en la Filmoteca. En general, en todas las grandes ciudades espa?olas (Barcelona, Valencia, Sevilla) est¨¢n previstas decenas de actividades en centros c¨ªvicos y espacios p¨²blicos.
Francia, Reino Unido, Hungr¨ªa y Alemania tienen programas de transici¨®n parecidos: algunos se financian enteramente con fondos privados, otros reciben donaciones y otros son mixtos. El sistema holand¨¦s, seg¨²n los profesionales del sector, es mod¨¦lico. Cuanto m¨¢s tiempo lleve un bailar¨ªn en activo en ese pa¨ªs, m¨¢s dinero puede recibir al final de su carrera: hasta 60.000 euros en algunos casos. Eymar invirti¨® esa indemnizaci¨®n en formarse como docente e instructor f¨ªsico. Hoy es core¨®grafo, maestro de danza y profesor de la escuela del English National Ballet en Londres.
En Espa?a no hay nada. Ni un simple programa de orientaci¨®n laboral espec¨ªfico. El mes pasado, durante unas jornadas organizadas por varias asociaciones profesionales de danza con el auspicio del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (INAEM), se puso en evidencia el alto nivel de exclusi¨®n social que sufre el colectivo de bailarines retirados, un problema que no existe en los pa¨ªses donde s¨ª existen f¨®rmulas de apoyo. En Holanda, seg¨²n un informe interno, el 85% de los que se acogen a su sistema de reciclaje encuentra trabajo durante el primer a?o dentro de su campo de formaci¨®n.
Manuela Nogales es un ejemplo de lo negro que, en cambio, suele ponerse el horizonte para un bailar¨ªn en Espa?a a medida que avanzan los a?os. Pionera de la danza contempor¨¢nea en este pa¨ªs, Nogales lleva m¨¢s de tres d¨¦cadas trabajando, pero a¨²n le faltan cuatro meses de cotizaci¨®n para alcanzar los 15 a?os necesarios para acceder a una pensi¨®n no contributiva. Otra paradoja: imparte clases magistrales en conservatorios, pero no puede ser profesora titular porque no tiene estudios reglados. "En Francia hay un protocolo para convalidar la experiencia con la formaci¨®n acad¨¦mica", lamenta. Ahora, despu¨¦s de dos a?os paralizada por una hernia discal, Nogales vive gracias a una ayuda de 500 euros que recibe de la SGAE que caduca en verano. "?Qui¨¦n sabe qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s!", exclama.
Con un horizonte es tan negro, ?qui¨¦n puede querer ser bailar¨ªn en Espa?a? En otras palabras: ?quiere ser Espa?a un pa¨ªs sin bailarines? Los profesionales insisten en la necesidad de que el Estado se implique en la elaboraci¨®n de un plan de transici¨®n laboral. ¡°No estamos pidiendo privilegios por ser artistas. Pedimos ¨²nicamente que se aplique aqu¨ª alguna de esas f¨®rmulas que funcionan en Europa¡±, advierte C¨¦sar Casares, bailar¨ªn retirado y coordinador de la asociaci¨®n Danza T.
En realidad, en Espa?a s¨ª existe un programa de reciclaje de bailarines, pero solo afecta a los que tienen una plaza indefinida en las compa?¨ªas estatales (Ballet Nacional de Espa?a y Compa?¨ªa Nacional de Danza). Hoy d¨ªa muy pocos la consiguen (por demanda judicial tras encadenar contratos temporales), pero en los inicios de estas formaciones, en los a?os ochenta, todos los miembros estables alcanzaban esa consolidaci¨®n gracias a un acuerdo que lograron con el Ministerio de Cultura. Pero eso deriv¨® en un problema posterior: ?qu¨¦ hacer con los bailarines funcionarios cuando ya no pueden bailar?
Cuando Nacho Duato tom¨® las riendas de la Compa?¨ªa Nacional de Danza, en 1990, decidi¨® cambiar el perfil de la formaci¨®n (de cl¨¢sica a contempor¨¢nea), lo que supon¨ªa cambiar tambi¨¦n el perfil de los bailarines. Eso precipit¨® la retirada prematura de muchos y oblig¨® a elaborar un programa de reciclaje dentro de la propia Administraci¨®n. Se firm¨® un convenio en 1995 que result¨® un ¨¦xito: se les ofreci¨® formaci¨®n en varias ¨¢reas (gesti¨®n art¨ªstica, inform¨¢tica, tramoya, documentaci¨®n) para incorporarse despu¨¦s en esos puestos dentro del INAEM.
Actualmente hay 56 exbailarines trabajando en funciones administrativas o de gesti¨®n en el INAEM. Muchos han sido absorbidos en la gesti¨®n de los propios ballets, pero hay otros que se han descubierto como genios en otras ¨¢reas. Por ejemplo, cuando colg¨® las zapatillas en 2001, Antonio Fern¨¢ndez se revel¨® c¨®mo el inform¨¢tico que lo arregla todo. En el INAEM lo adoran. ¡°En aquel momento hab¨ªa voluntad y sensibilidad en el organismo. Supieron ver que los bailarines tenemos muchas capacidades que se pueden aprovechar para otros oficios, solo necesitamos un poco de formaci¨®n t¨¦cnica¡±, recuerda Hans Tino, que fue primer bailar¨ªn con Maya Plisetskaya y presidente del comit¨¦ de empresa cuando se firm¨® el convenio. ?l mismo es un caso de reciclaje exitoso: fue gerente del Ballet Nacional de Espa?a en la etapa de A¨ªda G¨®mez y desde hace 12 a?os es coordinador del Portal de la Danza.
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