La Feria del Libro de Madrid abre sus puertas sin la tradicional visita de la reina Letizia y bajo amenaza de mal tiempo prolongado
El ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, en representaci¨®n del Gobierno, lider¨® la expedici¨®n de las autoridades por las casetas de editoriales y librer¨ªas
En las barras ya preparan los crepes, las cervecitas y las patatuelas. Los curiosos comienzan a curiosear. Los influencers desenfundan sus c¨¢maras. Las malas noticias: en la aplicaci¨®n del smartphone salen nubecitas y gotas azules para todos los d¨ªas de la semana, qu¨¦ baj¨®n. Y la reina Letizia ha declinado la habitual invitaci¨®n, dicen que porque son elecciones y no es preciso mezclarse ahora con la clase pol¨ªtica. Pero las autoridades, con m¨¢s raz¨®n, s¨ª que har¨¢n su pase¨ªllo inaugural. As¨ª que se enrollan las persianas de las casetas y aparecen los verdaderos protagonistas: los libros. Este viernes se ha inaugurado la 82? Feria del Libro de Madrid. Los antiguos rituales vuelven a ponerse en marcha.
El ejercicio de la pol¨ªtica es una forma de representaci¨®n teatral de modo que, en presencia de las c¨¢maras, los representantes p¨²blicos, sobre todo en campa?a, se esfuerzan por entablar sesudas conversaciones con editores y libreros. Y algunos de estos, que no est¨¢n acostumbrados a la vida medi¨¢tica, se retraen, y queda raro. ¡°Qu¨¦ pasa, ?quer¨¦is una foto?¡±, le dice el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, muy campechano, a una pandilla de adolescentes que le miran t¨ªmidas y risue?as. ¡°Pues vamos a ello¡±, resuelve. Bego?a Villac¨ªs, vicealcaldesa, parece muy puesta en libro infantil y se hace una selfi con un fan al que intercepta sac¨¢ndole una foto de extranjis: ¡°Hombre, vamos a hacerlo bien¡±. Tambi¨¦n consuela a otra sobre el resultado del domingo: ¡°Ya ver¨¢s, ya ver¨¢s como s¨ª salimos¡±. Muchos libros, y muchas fotos, en una retah¨ªla de pabellones de tal instituci¨®n o tal otra. Los pol¨ªticos se acercan ahora a la gran estructura en forma de cerebro que ha montado el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), porque la ciencia es la invitada de la feria este a?o, lo que levanta la maliciosa hilaridad del pueblo llano: ¡°A ver si se les pega algo¡±, dice alguien por ah¨ª. Y los pol¨ªticos se introducen en la materia gris, y no al contrario.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, que ha venido en representaci¨®n del gobierno, compra libros a ritmo de plusmarquista, hasta revienta las m¨¢quinas. ¡°Qu¨¦ nervios, no me funcionaba la TPV y no pod¨ªa cobrar al ministro¡±, cuenta Christina Linares, de la editorial Renacimiento. El libro era sobre Melchor Rodr¨ªguez Garc¨ªa, el anarquista conocido como El ¨¢ngel rojo, que salv¨® tantas vidas de enemigos ideol¨®gicos en la Guerra Civil. Iceta tambi¨¦n se lleva a Leonora Carrington o a Rafael Cadenas (en cuya entrega del premio Cervantes particip¨® recientemente), entre muchos otros. ¡°Siempre que vengo a la Feria, como en Sant Jordi, tengo un ataque de ansiedad compradora¡±, dice. Marta Rivera de la Cruz, actual consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, promete regresar a por la edici¨®n de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, que saca la editorial Alba, y que pesa mucho. ¡°Ma?ana vengo a por ella¡±, asegura.
La directora, Eva Or¨²e, est¨¢ contenta: esta feria se parece m¨¢s a la feria que imagina. Empez¨® el a?o pasado y le toc¨® salir de una pandemia. ¡°Noto cierta euforia, alegr¨ªa, nos hemos modernizado¡±, explica al final del pase¨ªllo institucional, que ha resultado m¨¢s informal y ca¨®tico que cuando comparece la reina (que tiene fama, por cierto, de informada y rigurosa lectora). En esta edici¨®n hay celebradas novedades: una se?al¨¦tica m¨¢s clara y la divisi¨®n de la feria en bloques, medidas que facilitan el tr¨¢nsito por el recinto, y unos toldos para combatir ese sol violento que algunas tardes fulminaba a los lectores sin piedad. Ahora es un espacio ¡°dermosaludable¡±, seg¨²n la Fundaci¨®n Piel Sana. Tambi¨¦n se prueban in¨¦ditas casetas en el espacio central, de menor visibilidad, pero con apertura hacia ambos lados, para llegar a esos dos r¨ªos de paseantes que se forman en las dos riberas feriales. ¡°Es m¨¦todo cient¨ªfico, prueba y error¡±, dice la directora. En la feria hay 361 casetas de expositores en l¨ªnea y 24 en la zona central (entre las que se cuentan 277 editoriales y 113 librer¨ªas) y la presencia, de un modo u otro, de alrededor de 1.000 sellos editoriales,
En la feria del libro hay dos temas de conversaci¨®n principales. Primero, los libros. Segundo, las condiciones meteorol¨®gicas. Y las previsiones son malas, al menos para la primera semana. ¡°No es tanto por las ventas, es que se pone todo muy trist¨®n¡±, dice Marcos Almendros en la caseta de su editorial, Ya lo dijo Casimiro Parker, mirando con un ojo los poemarios de Lawrence Ferlinguetti y con otro el amenazante cielo de panza de burro. ¡°Quiz¨¢s en vez de libros tengamos que vender paraguas¡±, dice, algo sombr¨ªo, Dani ?lvarez, de Hoja de Lata. Seg¨²n estos presagios, una cr¨®nica de color de esta feria, solo podr¨ªa ser de color gris. Pero no es para tanto. La c¨¦lebre librera Lola Larumbe, de la librer¨ªa Rafael Alberti, adem¨¢s de miembro la comisi¨®n organizadora, es optimista. ¡°En mi experiencia, y llevo viniendo desde 1980, la feria tiende a un equilibrio¡±, explica, ¡°incluso en el caso de que haga mal tiempo la primera semana, la gente se reservar¨¢ las ganas para venir la segunda¡±. Es como una ley f¨ªsica: la ley de conservaci¨®n de las ganas de feria.
Para qu¨¦ sirve una feria
¡°Estas semanas ayudan a pasar luego el trance del verano como de puntillas¡±, explica en su caseta Pepo Paz, de la editorial de poes¨ªa Bartleby, ¡°pero, m¨¢s que nada, es importante para compartir experiencia con los compa?eros y para conocer a los lectores¡±. Durante estas dos semanas el mundillo editorial y literario se reconcentra en este paseo del Retiro, delante, dentro y detr¨¢s de las casetas, y en todos los eventos y festividades adyacentes. Bartleby va a cumplir 25 a?os y lleva 14 de feriante. Se ha emancipado: es la primera vez que comparece con una caseta no compartida con otra editorial, eso es m¨¢s de lo que puede decir buena parte de la juventud espa?ola.
La editorial Demipage tambi¨¦n lleva 14 a?os, pero cumple 20. ¡°La feria es un buen momento para olvidarnos del embrujo de las novedades editoriales y el consumo impulsivo: aqu¨ª cada sello presenta todo su cat¨¢logo y los libros cobran sentido en su propio contexto¡±, explica el editor David Villanueva. Poniendo en valor el fondo, se pone tambi¨¦n el valor del editor como demiurgo del propio sello. Y como celebraci¨®n de aniversario, presenta el libro coral de relatos in¨¦ditos Veinte aullidos del pianista, con autores como Fernando Aramburu, Eloy Tiz¨®n, Pilar Ad¨®n o Blanca Andreu.
Tambi¨¦n sirve una feria para hacer una muestra de eso que se llama bibliodiversidad, es decir, que libros y editoriales hay de muchos tipos. Si el infinito es aquello que, aunque parezca que se acaba, siempre ofrece m¨¢s, esta feria parece infinita. Por mucho que uno conozca, siempre hay alguna editorial o alguna librer¨ªa que ignora, y despu¨¦s otra. Comparecen las instituciones, lo hist¨®rico, lo literario, el c¨®mic, lo mainstream y lo ultraespecializado.
Por supuesto, tambi¨¦n lo infantil. Es el caso de la editorial Kalandraka, que delante de su caseta tiene una peque?a grada de madera para que los m¨¢s peque?os pueda auparse para ver los libros como los adultos. Una particularidad del negocio infantil es que tienen venta en los momentos fuertes del feria, tardes y fines de semana, cuando acuden los adultos, pero tambi¨¦n en esas ma?anas algo aletargadas de los laborables, que es cuando comparecen con algarab¨ªa algunos colegios. ¡°En algunos centros planifican las compras que se van a hacer, o planean gincanas, y luego los ni?os vienen con su propio dinerito, tambi¨¦n a aprender a comprar un libro¡±, explican los editores M¨®nica Corral y David Lacal. ¡°Hay familias que vienen todos los a?os a que les recomendemos libros: hay ni?os a los que hemos visto crecer y ya no reconocemos¡±, a?aden.
Otra novedad de esta edici¨®n es la peque?a feria llamada Ind¨®mitas, donde se re¨²nen 25 editoriales peque?as o min¨²sculas que operan por los m¨¢rgenes de las v¨ªas comerciales y que no solo trajinan con libros, sino con fanzines, revistas, libros-objeto, libros de artista, revistas ensambladas, o, directamente, peque?as piezas de artes. ¡°Queremos representar a todas esas ferias de autoedici¨®n y peque?as editoriales que suceden todo el a?o¡±, dice Pepe Olona, de Arrebato Libros, organizadores del festival Poetas y promotores de la iniciativa. Se trata de que el p¨²blico vea que hay otra forma de concebir, producir y distribuir los libros, que muchas veces ni siquiera parecen libros. Proyectos como La m¨¢s bella, Escrito a l¨¢piz, Media Vaca, los neoyorquinos Ugly Duckling Presse o los peruanos ?lbum del universo bakterial. Solo durante el primer fin de semana. ¡°Somos una feria dentro de la feria. Somos una fiesta dentro de la fiesta¡±, concluye Olona.
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