Secuencia de un volteret¨®n
Jos¨¦ Garrido fue gravemente herido por el toro m¨¢s deslucido de una mansa y descastada corrida de Adolfo Mart¨ªn, en la que Roble?o perdi¨® una oreja
El tercer toro de Adolfo Mart¨ªn fue un marrajo, pero no un mal amigo, porque, a poco de saltar al ruedo, al tercer capotazo, arroll¨® a Jos¨¦ Garrido y lo avis¨® claramente de cu¨¢les eran sus aviesas intenciones. Se justific¨®, mal que bien, en el caballo, y permiti¨® que Jos¨¦ Chac¨®n se luciera en un buen par de banderillas, pero Sevillanito aguard¨® a que su lidiador tomara la muleta para esperar agazapado el momento del ataque. Le rob¨® el enga?o en la primera tanda con la mano derecha, en la que el animal expres¨® sin pudor alguno su bronquedad y su firme decisi¨®n de dificultar en lo posible la labor del torero. Garrido se puso firme en la siguiente escena, y en el momento en el que el toro divis¨® el cuerpo del humano fue a por ¨¦l, lo enganch¨® por la parte trasera de la taleguilla, lo levant¨® por los aires y lo dej¨® caer sobre el cuello de muy malas maneras. Fue un costalazo fe¨ªsimo, lo que se llama un volteret¨®n. Y, una vez a su merced, lo busc¨® con sa?a con los dos pitones, mientras Garrido se tapaba con las manos la cabeza y la cara. Por fortuna, el toro no cabece¨®, y desvi¨® su atenci¨®n cuando Juan Luis Moreno, de la cuadrilla del torero volteado, lo agarr¨® por un pit¨®n, habida cuenta de que no hac¨ªa caso a los capotes que le mostraban los dem¨¢s toreros.
Garrido qued¨® inerme en la arena, a la espera, sin duda, de otra arremetida, cuando fue levantado por sus compa?eros y trasladado a la enfermer¨ªa.
Esta noche la pasar¨¢ en un hospital con una grave herida en el muslo derecho, pero la fiereza del toro hac¨ªa presagiar algo peor.
Ese fue el ejemplar de la corrida m¨¢s deslucido, m¨¢s dificultoso, sin que ello suponga que los dem¨¢s facilitaron la labor de la pareja de toreros que qued¨® en el ruedo.
Bueno, el que se lidi¨® en quinto lugar, s¨ª. Ese, llamado Aviador, de 530 kilos, que blande¨® en los primeros tercios y fue airadamente protestado por una parte de la plaza, lleg¨® al tercio final con calidad, nobleza y recorrido por el lado izquierdo. Momentos antes hab¨ªa colaborado con Fernando S¨¢nchez para que clavara uno de los pares de banderillas de la feria. Y, despu¨¦s, se dispuso a entablar un torero di¨¢logo con Fernando Roble?o que pudo haber acabado en un triunfo importante.
El torero lo entendi¨® en un plis plas. Lo cit¨® con la muleta en la zurda, y el toro humill¨® la cara y embisti¨® con suavidad y largura para que los naturales brotaran hermosos y hondos. Cinco compusieron la primera tanda, suficientes para que la plaza se olvidara de una vez de paraguas e impermeables y disfrutara con toreo de altura. Y otra tanda m¨¢s, entroncados toro y torero, con la mano baja, el morrillo rozando el suelo, ligados los muletazos y coronados con un monumental pase del desd¨¦n que conmocion¨® a los tendidos. Cambi¨® Roble?o a la mano derecha, y el panorama no era el mismo; intent¨® volver a las andadas, pero el que hab¨ªa cambiado ya era el toro. Y Roble?o mat¨® mal, como es habitual en ¨¦l, a pesar de lo cual, le pidieron la oreja que justamente no se le concedi¨® y dio dos vueltas al ruedo. Qued¨®, no obstante, la impresi¨®n de que Aviador mereci¨® algo m¨¢s.
Roble?o mat¨® el toro que hiri¨® a Garrido, y protagoniz¨® algunos momentos destacados por naturales con su primero, molestado por el viento, la lluvia y un toro de corto viaje y escasa repetici¨®n en sus embestidas.
Rom¨¢n se va de la feria con su reputaci¨®n elevada. No tuvo toros de triunfo: ni el primero, tardo y apagado, ni el lidiado en cuarto lugar, muy descastado, ni el sobrero sexto, grand¨®n, duro y muy dificultoso, pero se mostr¨® en todo momento con un valor incuestionable, muy firme ante las adversas circunstancias y con la cabeza en pleno funcionamiento.
La corrida del siempre esperado Adolfo Mart¨ªn, decepcionante.
Mart¨ªn/Roble?o, Rom¨¢n, Garrido
Toros de Adolfo Martín, -el sexto, devuelto-, muy bien presentados, mansurrones, descastados y nobles; muy deslucido el tercero, y con clase en la muleta el lidiado en quinto lugar, protestado por su escasa fortaleza. Sobrero de Pallarés, grandón, manso y muy deslucido.
Fernando Robleño: estocada atravesada _aviso_ pinchazo y estocada perpendicular (ovación); casi entera atravesada y dos descabellos (silencio) en el que mató por cogida de Garrido; y pinchazo, estocada y un descabello (petición y dos vueltas al ruedo).
Román: tres pinchazos, media atravesada y baja _aviso_ (silencio); pinchazo hondo y dos descabellos (silencio); estocada atravesada (silencio).
José Garrido: resultó cogido durante la faena de muleta al tercero. Sufre una herida en la cara posterior del muslo derecho con una trayectoria de 15 centímetros que produce destrozos en los músculos isquitiotibiales y contusiona el nervio ciático. Pronóstico grave.
Plaza de Las Ventas. 28 de mayo. Decimoséptimo festejo de la Feria de San Isidro. Más de tres cuartos de entrada (18.666 espectadores, según la empresa). Tarde lluviosa hasta la faena de muleta del cuarto toro.
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