¡®Upon Entry (La llegada)¡¯: brillante ejercicio de tensi¨®n en la aduana del aeropuerto de Nueva York
Los directores no necesitan la m¨²sica para fomentar el sofoco del espectador, sino que lo fundamentan en un medido guion en el que se funden la confianza y la ingenuidad
?Qui¨¦n no se ha puesto nervioso en la cola ante la polic¨ªa de aduanas en un aeropuerto estadounidense? ?A qui¨¦n no le ha temblado la voz con las (no tan) rutinarias preguntas y el gesto torvo de los oficiales? ?Qui¨¦n no ha dudado a la hora de rellenar el papeleo necesario para la entrada en el pa¨ªs? ?Qui¨¦n no ha sudado un poquito por los nervios con el equipaje de mano, los pasaportes en qu¨¦ bolsillo, los l¨ªquidos, los papeles, los billetes, las miradas torticeras y el horario que se echa encima por la necesaria conexi¨®n con un vuelo posterior?
Y todo esto, yendo de turista. Cuanto m¨¢s en la tesitura que prepara la excelente pel¨ªcula espa?ola Upon Entry (La llegada), dirigida por los venezolanos afincados en Barcelona Alejandro Rojas y Juan Sebasti¨¢n V¨¢squez: una pareja de treinta?eros formada por una bailarina catalana y un urbanista venezolano, dos personas como cualquier otra, con la vista puesta en su nueva residencia en Miami, para lo cual llegan a territorio estadounidense con los papeles en regla y su permiso para inmigrantes logrado con la loter¨ªa de visas, el programa oficial para ciudadanos de pa¨ªses con bajo ¨ªndice migratorio a EE UU. Un brillante ejercicio de tensi¨®n, un thriller conversacional sin pistolas ni cr¨ªmenes, con apenas un pu?ado de personajes y cerca del tiempo real. Setenta minutos de angustia psicol¨®gica que cambian la vida de los dos protagonistas, que entran en el aeropuerto siendo unos y salen de ¨¦l siendo otros.
El sue?o americano, quiz¨¢ incluso el resto de una vida, depende de un ¨²ltimo paso: un rutinario paso por la aduana. En teor¨ªa ya est¨¢ todo hecho en la embajada de origen. En teor¨ªa. Durante el primer cuarto de hora de metraje, sin que apenas haya pasado nada a¨²n, el coraz¨®n se va acelerando. Solo con la puesta en escena y las enormes interpretaciones de Alberto Ammann y Bruna Cus¨ª, tan distintas, tan perfectas ambas. En realidad, toda la pel¨ªcula es irreprochable. Rojas y V¨¢squez consiguen ese nervio sin necesidad de banda sonora: ni una nota en todo el relato. Lo logran con una direcci¨®n asentada en planos cada vez m¨¢s cerrados, c¨¢mara en mano y lev¨ªsimos desenfocados que acrecientan el sentido del desequilibrio, y con el valor de las actuaciones, apartado en el que adem¨¢s de los dos protagonistas lo bordan Laura G¨®mez y Ben Temple.
Los directores no necesitan la m¨²sica para fomentar el sofoco del espectador. Han hecho ya buena parte de su trabajo con un medido guion en el que se funden la confianza y la ingenuidad; las reticencias con el extranjero (en EE UU y tambi¨¦n en Espa?a, pues la historia, sin necesidad de virar atr¨¢s, encuentra tambi¨¦n nuestros modos de comportarnos con seg¨²n qui¨¦n en el ¨¢mbito familiar) y la xenofobia; el derecho de un pa¨ªs a vigilar su territorio y su seguridad, y los desafueros en los interrogatorios; los derechos civiles y la legalidad internacional; los sue?os de los que a¨²n no han encontrado su lugar en el mundo y las suspicacias de los que lo lograron ya; el autoritarismo y la indefensi¨®n. Un libreto que vira y vira para que nada resulte como se espera, para destruir estereotipos, y que siempre encuentra el tempo justo en el ritmo de las conversaciones. Una aparente pel¨ªcula peque?a que es un ca?¨®n de profundidad y de entretenimiento.
UPON ENTRY (LA LLEGADA)
Dirección: Alejandro Rojas, Juan Sebastián Vásquez.
Intérpretes: Alberto Ammann, Bruna Cusí, Laura Gómez, Ben Temple.
Género: thriller. España, 2022.
Duración: 74 minutos.
Estreno: 16 de junio.
Babelia
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