El deseo femenino en todas sus edades sale a la luz
Una nueva generaci¨®n de mujeres habla sin tapujos en libros y pel¨ªculas de los tab¨²es que rodean a una relaci¨®n feliz con el sexo
Cuando Elena Mart¨ªn Gimeno y Clara Roquet empezaron a escribir Creatura, la pel¨ªcula dirigida por la primera y presentada en la Quincena de los Cineastas del ¨²ltimo festival de Cannes, indagaron en c¨®mo el cine ha tratado el despertar sexual femenino en la adolescencia y la infancia. ¡°De la sexualidad adolescente hab¨ªa muchos ejemplos, pero la mayor¨ªa lo retrataban como si fuera algo intr¨ªnsecamente peligroso, como si el deseo femenino fuese algo oscuro de por s¨ª. Nosotras quer¨ªamos hablar precisamente de lo contrario y de la represi¨®n que genera¡±, explica la directora. Sobre la sexualidad infantil, un tab¨² que Creatura aborda de una manera tan natural como valiente, tan solo encontraron una referencia, el cortometraje de 2002 The Most Beautiful Man in the World (El hombre m¨¢s guapo del mundo), de Alicia Duffy, un acercamiento ¡°muy sutil¡±, apunta Mart¨ªn, al deseo de una ni?a. En una tarde de verano muy calurosa, una cr¨ªa que se aburre en su casa sale a pasear acompa?ada de su perro. En medio de un dorado solar, la ni?a descubre con curiosidad a un hombre con el torso desnudo. Ambos se observan en silencio y se sonr¨ªen. La madre, que los vigila desde la distancia, interrumpe el breve encuentro y la ni?a sale corriendo. Solo eso.
¡°Creo que la principal incomodidad que provoca Creatura est¨¢ en nuestro trasfondo social y cultural¡±, a?ade Mart¨ªn. ¡°Cuando presentas a una mujer adulta con problemas con el sexo todo el mundo tiende a pensar en el abuso y esa tensi¨®n est¨¢ todo el rato ah¨ª. Todas arrastramos miedos, no es cuesti¨®n de ser naif, hemos vivido situaciones abusivas. Pero el deseo no es malo, es una energ¨ªa poderosa y sanadora que conecta con la felicidad. ?Cu¨¢ntas pel¨ªculas nos han mostrado la masturbaci¨®n femenina como algo peligroso o macabro? Sin embargo, ?existe algo menos peligroso que masturbarse?¡±.
La gestaci¨®n de Creatura, que se estrenar¨¢ en Espa?a el pr¨®ximo 8 de septiembre y que gan¨® el premio a la mejor pel¨ªcula europea de la Quincena de Cineastas, tambi¨¦n est¨¢ conectada con el grupo perform¨¢tico Pussy Picnic, en el que trabajan con asuntos de la identidad femenina, o con el documental Venus: confesiones desnudas (Filmin), pel¨ªcula danesa de 2017 en la que sus directoras, Lea Glob y Mette Carla Albrechtsen, filmaron a m¨¢s de cien mujeres hablando de sus fantas¨ªas sexuales y sus frustraciones. ¡°Me hizo llorar¡±, recuerda Mart¨ªn.
Lea Glob y Mette Carla Albrechtsen quer¨ªan rodar una pel¨ªcula er¨®tica para mujeres y por ello se preguntaron por la desconexi¨®n que exist¨ªa entre su erotismo y su persona. Las dos amigas se retratan desnudas mientras tambi¨¦n cuestionan su atracci¨®n por el lado m¨¢s oscuro del sexo, ¡°esa fina l¨ªnea entre placer y destrucci¨®n, o tristeza, si dejas que se acerque demasiado la persona equivocada¡±, dicen. Para comprenderse mejor, convocaron a mujeres en la treintena para hablar ante la c¨¢mara de sus sensaciones y experiencias.
Menopausia gozosa
Si saltamos de generaci¨®n, el libro Y a lo mejor contarlo (Paid¨®s), de la escritora y productora cultural Mar¨ªa Acaso, explora el eros en la edad de la menopausia. Su personaje principal es una mujer que ¡°guiada por las lecturas de diferentes te¨®ricas feministas¡±, de Virginie Despentes a Betty Friedan o de Sara Ahmed a Brigitte Vasallo, decide abrirse a una ¡°sexualidad transgresora¡±, algo que incluye el sexo en grupo o la contrataci¨®n de trabajo sexual para lograr lo que Acaso define como ¡°menopausia gozosa¡±. Para la autora, el personaje de Gillian Anderson en la serie Sex Education es un referente para esa nueva madurez femenina. ¡°El sexo es una herramienta para conquistar el eros y la libertad, que es lo importante¡±, afirma Acaso.
Sobre su libro, Acaso explica: ¡°Atraviesa la verg¨¹enza y abraza nuevos modelos afectivos como la anarqu¨ªa relacional. Las mujeres somos sujetos activos sexualmente y hemos de dejar de pensar que a los 50 supone un declive de nuestra sexualidad. Tenemos m¨¢s seguridad y recursos, adem¨¢s de a?os de feminismo y conocimiento de una misma. Para m¨ª el disfrute es algo pol¨ªtico y el concepto del eros no tiene que ver solo con el sexo, tambi¨¦n con ba?arte en el mar, comer lo que te gusta, tu m¨²sica favorita o la experiencia est¨¦tica. Y eso sin renunciar a mis responsabilidades de adulta, mis hijas y mi trabajo. En resumen, disfrutar en lugar de tomarte un diazepam¡±.
En una concepci¨®n casi opuesta sobre las nuevas exploraciones del deseo femenino en la madurez, coinciden dos pel¨ªculas dram¨¢ticas que llegar¨¢n el pr¨®ximo oto?o y que muestran el lado m¨¢s turbio del poder femenino. Una es la francesa L¡¯¨¦t¨¦ dernier, remake del excelente filme dan¨¦s Reina de corazones que ha realizado Catherine Breillat, una directora pol¨¦mica por su defensa del productor Harvey Weinstein y sus cr¨ªticas al movimiento Me Too, y que narra el tormentoso idilio entre una mujer mayor y poderosa y el hijo adolescente de su marido. La otra es May December, t¨ªtulo que es una frase hecha sobre relaciones con mucha diferencia de edad, y en la que uno de los maestros del melodrama contempor¨¢neo, el estadounidense Todd Haynes, muestra una complej¨ªsima historia basada en hechos reales alrededor de una mujer interpretada por Julianne Moore que cuando ten¨ªa 36 a?os se li¨® con un cr¨ªo de 12 hasta acabar en la c¨¢rcel.
Un nuevo relato
Romper el silencio. Construir el verdadero relato de la sexualidad femenina para derribar tab¨²es prefabricados. Ese fue uno de los motivos que impulsaron a la periodista Adaia Teruel (Barcelona, 45 a?os) a escribir Mujeres que follan, un volumen reci¨¦n publicado por Libros del K.O. que recopila testimonios reales de una treintena de mujeres que cuentan c¨®mo viven y han vivido el sexo a lo largo de su vida, lo que les gusta, lo que no les gusta, sus miedos, sus fantas¨ªas, c¨®mo perdieron la virginidad, qu¨¦ les excita. ¡°Es que no podemos seguir asumiendo ni practicando el sexo como nos lo han contado durante siglos. Una de las cosas de las que me he dado cuenta al escribir este libro es de las ganas que tenemos las mujeres de hablar de estas cosas por fin sin tapujos. Cuando empec¨¦ con las entrevistas pens¨¦ que me iba a costar encontrar participantes, pero ha sido al rev¨¦s: se me ofrec¨ªan. Eso es porque siempre hemos estado silenciadas, ni siquiera nos atrevemos a sincerarnos con las amigas. Nos da verg¨¹enza todo, tanto si disfrutamos como si no. Pensamos que somos culpables de algo o bichos raros si no nos gusta lo que se supone que nos han dicho que nos tiene que gustar. Y solo cuando hemos empezado a contarnos entre nosotras nos hemos dado cuenta de que no somos bichos raros por tener ciertas fantas¨ªas o porque nos guste el sexo de tal o cual manera. Por eso es importante hablar: para tomar posesi¨®n del relato¡±, reflexiona la autora.
Las mujeres que protagonizan el libro de Teruel se sit¨²an todas en la cuarentena, una circunstancia que sumada a su expl¨ªcito t¨ªtulo puede transmitir una idea equivocada sobre su contenido. Lo explica la autora: ¡°Eleg¨ª esa franja de edad porque es la m¨ªa, pero mi objetivo con este proyecto no es reivindicar el sexo en la madurez, sino hablar de c¨®mo el sexo se interrelaciona con la vida. Porque hablar de sexo es hablar de educaci¨®n emocional, de clase social, de la presi¨®n por tener un cuerpo bonito, del mito del amor rom¨¢ntico, de feminismo y de patriarcado¡±.
Mujeres que follan no es un libro er¨®tico para mujeres ni tampoco un estudio psicol¨®gico o pr¨¢ctico sobre sexualidad femenina. ¡°De eso hay mucho en el mercado. Pero a m¨ª me faltaba saber lo que de verdad les pasa a las mujeres en la cama. He escrito el libro que yo misma quer¨ªa leer¡±, explica la autora. Lo cierto es que el mercado editorial est¨¢ plagado de literatura m¨¢s o menos ¡°picante¡± para se?oras, que va desde la chick lit a relatos m¨¢s expl¨ªcitos, pero ¡°eso tiene m¨¢s que ver con la fantas¨ªa ¡ªa veces m¨¢s la de los hombres que la de las mujeres¡ª que con la realidad. Y puede ser perjudicial incluso. Por ejemplo, pensemos en 50 sombras de Grey: despu¨¦s de tanto l¨ªo con el l¨¢tigo y salirse de lo convencional, al final la chica se casa de blanco y todo termina como una pel¨ªcula rom¨¢ntica. ?As¨ª se perpet¨²a el relato de siempre! El amor rom¨¢ntico, el matrimonio como objetivo final, el patriarcado...¡±. Y advierte: ¡°Y lo peor es que se sigue perpetuando: no hay m¨¢s que echarle un ojo a la saga para adolescentes Crep¨²sculo. As¨ª no avanzamos¡±.
En la l¨ªnea de Mujeres que follan hay pocos antecedentes. En Mi jard¨ªn secreto, la estadounidense Nancy Friday recopil¨® en 1993 testimonios de m¨¢s de 150 mujeres que le confesaron de forma desinhibida sus fantas¨ªas sexuales m¨¢s secretas. M¨¢s recientemente, su compatriota Lisa Taddeo irrumpi¨® en 2019 con el libro Tres mujeres, en la tradici¨®n del gran periodismo literario, que escribi¨® tras seguir durante ocho a?os a tres desconocidas y explorar c¨®mo el deseo sexual moldeaba sus vidas. ¡°Me interesan esos temas porque no somos sinceros al hablar de ellos. Las cosas m¨¢s importantes en la vida son el sexo y la muerte, y mentimos sobre ambas¡±, afirmaba Taddeo en una entrevista con EL PA?S en 2020. En el apartado de ficci¨®n, autoras como Lillian Fishman, Raven Leilani o Lynne Tillman han agitado y derribado muchos prejuicios con sus historias en los ¨²ltimos a?os.
Una cosa que llama la atenci¨®n cuando se escarba en estos libros es la cantidad de tab¨²es que arrastran las mujeres. El movimiento feminista empez¨® hace mucho, pero parece que se olvid¨® del sexo. Se ha peleado por la p¨ªldora anticonceptiva, por los preservativos, el aborto, pero la sexualidad parece una batalla que cada una debe afrontar de manera individual en la intimidad. ¡°Es que la moral todav¨ªa pesa mucho¡±, recuerda Teruel. ?Y la ideolog¨ªa? ¡°Por supuesto. Y da miedo pensar en el avance de ciertos extremismos conservadores. Es incre¨ªble c¨®mo est¨¢n triunfando algunas influencers que pregonan un modelo de mujer que aspira a ser una buena esposa y madre¡±, advierte.
Un rastreo por la historia de la literatura y del cine da cuenta de c¨®mo el deseo femenino ha sido tradicionalmente contado y configurado por hombres. Por eso el relato que emerge ahora desde el punto de vista de las mujeres no solo les interesa a ellas, sino tambi¨¦n a ellos. ¡°Es que esto es bueno tambi¨¦n para ellos. Desde que ha salido publicado el libro, muchos hombres me han dicho que quieren leerlo para saber c¨®mo se viven las cosas de verdad desde el otro lado, qu¨¦ sentimos, qu¨¦ nos gusta¡±, comenta Teruel. La misma sensaci¨®n tiene Elena Mart¨ªn: ¡°Es curioso, muchos hombres se han acercado a nosotras despu¨¦s de ver la pel¨ªcula y yo creo que es porque les asustaba su rol, pero al acabar se sienten reconocidos, sus miedos tambi¨¦n est¨¢n ah¨ª y se ven con ternura. Son hombres que quieren hacerlo bien aunque no saben c¨®mo porque est¨¢n un poco perdidos. Nosotras siempre quisimos entender todos los ¨¢ngulos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.