Pavement en BBK Live: una especie extra?a
Ricardo Lez¨®n, l¨ªder de McEnroe, acude al concierto de uno de sus grupos favoritos en el festival de Bilbao: ¡°Hasta anoche no les hab¨ªa visto nunca en directo: nunca lo hab¨ªa necesitado ni buscado¡±
En 1992 yo apenas hab¨ªa atravesado la veinteina, era un chaval que me peleaba con la disciplina y buscaba una vida diferente en las lecturas, en las pel¨ªculas y en la m¨²sica. Por aquel entonces el misterio segu¨ªa siendo algo que aumentaba el valor de las cosas: a¨²n era una aventura adivinar el rostro de un director, los antecedentes de una actriz o los nombres de los integrantes del grupo que hab¨ªas descubierto. A¨²n no se pod¨ªa conseguir con un click en el m¨®vil. Ese a?o me compre el Slanted and Enchanted de Pavement en Fusa, la ¨²nica tienda de m¨²sica que hab¨ªa en Getxo.
Me gaste 1.200 pesetas en el vinilo de un grupo del que no hab¨ªa escuchado absolutamente nada. El grunge reinaba por aquella ¨¦poca, el Nevermind de Nirvana sonaba d¨ªa y noche en radios, televisiones y, lo que es peor, en los coches de mis amigos. A m¨ª todo aquello no me transmit¨ªa nada, ni los lamentos de Cobain, ni los alaridos de Eddie Vedder lograban rozarme, el panorama musical era un p¨¢ramo de emociones para m¨ª, que tanto me hab¨ªa apoyado en las canciones para salir a flote. Las catedrales que eran los discos de The Cure, o de los Smiths hab¨ªan sido sustituidas por el humo del grunge, por su ¨¦pica hueca y sus previsibles riffs.
Sin embargo, aquel disco de Pavement lo cambio todo. Recuerdo el d¨ªa en que lo abr¨ª, con cuidado, rasgando la abertura del vinilo con un boli, mirando las ilustraciones de su interior mientras me liaba un porro. C¨®mo pos¨¦ con cuidado el vinilo en el plato del tocadiscos que me hab¨ªa regalado mi padre y c¨®mo nada m¨¢s empezar a sonar Summer Babe supe que estaba ante algo distinto. Ese sonido humilde pero decidido ofrec¨ªa rincones inexplorados. Una frescura llena de encanto, unas melod¨ªas libres, sencillas , redondas y propias.
Romp¨ªan con todo sin romper nada. Un grupo de guitarras abriendo nuevos caminos no es algo f¨¢cil de encontrar y menos a¨²n marcar un estilo propio desde la primera nota. Escuch¨¦ ese disco hasta que se borraron los surcos, In a Mouth a Desert se convirti¨® en el himno intimo de mis d¨ªas, Zurich is Stained en la canci¨®n que hubiese querido hacer y ya estaba hecha. Pixies, Dinosaur Jr y otros aparec¨ªan, sonaban bien, ten¨ªan canciones brutales, pero no llegaban a donde llegaba Pavement, que disco a disco iban afianzando un mundo propio, distinto, que giraba a una velocidad diferente, que encontraba caminos nunca pisados. Nunca superaron el vendaval de aire fresco que fue Slanted and Enchanted, pero nunca abandonaron un discurso que se sujetaba en la espontaneidad y el oxigeno limpio y puro de quien hace m¨²sica libre. Para m¨ª siempre han sido un mundo aparte, el mundo Pavement que me ha acompa?ado, ajeno a las modas, lejos de cualquier lugar com¨²n.
Es el grupo de mi juventud. Hasta anoche no les hab¨ªa visto nunca en directo, nunca lo hab¨ªa necesitado ni buscado. Un cierto temor a que se me cayeran como me ha pasado con otros grupos claves para m¨ª, la pereza de hacer real algo que pertenece a mi imaginaci¨®n. S¨ª, les he visto en v¨ªdeos y tal, pero a¨²n segu¨ªan siendo el misterio al que no necesito resolver. Han pasado treinta y un a?os desde que puse a girar aquel vinilo y al fin les he visto. Ha sido en un escenario gigante, frente a una multitud sedienta de hits, algo de lo que Pavement carece.
Es de alabar que un mega festival como el BBK Live ofrezca su escaparate m¨¢ximo a un grupo como el de Malkmus: da fe de su buen gusto y del respeto para un grupo que pertenece a la memoria ¨ªntima de muchos carrozas como yo. Pero tengo que decir que ha sido un regalo envenenado. Al convertir lo intimo en publico corres el peligro de quedarte en tierra de nadie, de que esa intimidad pierda su emoci¨®n, de que el p¨²blico no conecte.
Pavement son demasiado importantes y buenos como para tocar en el escenario principal de un festival. Su personalidad se difumina entre luces y decibelios innecesarios. Es muy dif¨ªcil sumergirte en la belleza delicada de Stop Breathing mientras un chico cargado con una bombona de cerveza te ofrece rellenar tu vaso. Casi imposible que la elegante sacudida de Gold Soundz no parezca hueca entre miles de chavales que la escuchan por primera vez o que In a Mouth a Desert no pierda toda su grandeza tratando de sonar grande.
Su grandeza es la sencilla complejidad
He disfrutado, por momentos he vuelto a mi Seat Panda aparcado de madrugada frente al mar inundado por la felicidad de Range Life, pero tambi¨¦n he sufrido viendo algo tan importante para m¨ª expuesto en un lugar que no es el suyo. La grandeza de Pavement reside en su sencilla complejidad para llegar a lugares muy ¨ªntimos, en sus melod¨ªas perfectamente imperfectas, en una personalidad que no necesita mostrarse. Ha sido un concierto diferente, extra?o al lado del trap, el reguet¨®n, los bombos a negras y el intrascendente exotismo.
As¨ª como en sus comienzos abrieron puertas con sus guitarras retorcidas y sus melod¨ªas intransferibles siguen siendo una especie extra?a en este mundo cerrado de los festivales. Sin hits, sin un ¨¦xito comercial rese?able. Despu¨¦s de m¨¢s diez a?os separados, su aparici¨®n en este circuito es dif¨ªcil de entender. No me gustan los reencuentros, las reuniones. Sent¨ª mucha tristeza viendo a Pixies en Barcelona, por ejemplo. Voy a dejar que este mal trago caiga en el olvido para volver a escucharles como hago muy a menudo en la quietud de mi habitaci¨®n, que es cuando de verdad alcanzan la altura que merecen.
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