Recycled J: el hijo del frutero del barrio es una estrella del pop
El m¨²sico, aclamado por un p¨²blico joven, reivindica su barrio, Carabanchel (Madrid), y un modelo que fusiona el concepto de artista y de empresario. Su nuevo disco se llama ¡®Casanova¡¯
Empezar la historia de una de las nuevas estrellas espa?olas del pop urbano en una fruter¨ªa suena raro. Pero aqu¨ª estamos, en la fruter¨ªa Hermanos Escorial, en el castizo Mercado de San Isidro de Madrid, charlando con el due?o del establecimiento, Jero, un hombre expansivo que conoce el nombre de todo el que pasa a comprar su g¨¦nero. ¡°Hola, Marisa. Las cerezas te van a encartar: son muy dulces¡±. Mar¨ªa, de unos 70 a?os, sonr¨ªe y compra. ¡°Qu¨¦ tal, Nacho, c¨®mo va eso, qu¨¦ te pongo¡±. Jero, 58 a?os, habla con ese acento que solo puede tener un madrile?o de Carabanchel: como chulapo entonando un chotis. Su puesto de fruta, que comparte con su hermano y que heredaron de su padre, es parte fundamental de la arquitectura del barrio.
Jero ense?a con orgullo una hoja de papel arrancada de un cuaderno de anillas donde se lee: ¡°Para Jero, el frutero de Carabanchel. Vinicius¡±. Un aut¨®grafo de la estrella del Real Madrid. Pero la firma del delantero palidece ante un gran p¨®ster de un cantante llamado Recycled J. Resulta que es su hijo. Jero dice de su ¨²nico v¨¢stago: ¡°Estoy orgulloso de ¨¦l, nunca me ha dado ning¨²n problema. Me hubiese gustado que terminase la carrera, pero¡¡±. Pero ya no va a ser posible.
Dejamos a Jero vendiendo jugosas sand¨ªas y nos vamos a encontrar con el protagonista, Jorge Escorial (Madrid, 29 a?os), conocido art¨ªsticamente con Recycled J (pron¨²nciese Resaiquel yi). Estamos a unos metros del mercado, en una cafeter¨ªa enfrente del bloque donde el m¨²sico vive con su pareja, Ana, estilista de moda y la que ha conseguido para su suegro el aut¨®grafo de Vinicius. Ana se encarg¨® de elegir ropa para una sesi¨®n de fotos del delantero blanco y all¨ª consigui¨® la firma. ¡°S¨ª, mi padre siempre me insiste en que acabe la carrera de Educaci¨®n Infantil. Me queda muy poco. La dej¨¦ en 2017, en cuarto de carrera. Se me juntaron varios factores y no sent¨ªa que estaba implicado en el estudio. Por un lado, mi carrera de m¨²sico empezaba a despegar. Recuerdo que me sal¨ªa de clase para atender llamadas de propuestas de conciertos. Adem¨¢s, se muri¨® una prima de forma repentina y me afect¨®. Fue un momento de inflexi¨®n y le dije a la profesora que no volv¨ªa¡±, explica el m¨²sico.
La entrevista se produce en la terraza de una cafeter¨ªa mientras surgen varias interrupciones. ¡°Perdona que est¨¦ mirando el m¨®vil, pero es que empieza ahora la venta de las entradas para la gira y estoy pendiente de que todo vaya bien¡±, se disculpa. Tambi¨¦n aparece en escena el due?o/camarero (lo hace todo) del bar: ¡°?T¨² sabes mandar un mail? Es que me han cobrado demasiado en la factura del gas y quiero reclamar¡±. Jorge/Recycled J coge el m¨®vil del se?or, de unos 50 a?os, y en un pisp¨¢s adjunta los documentos y env¨ªa el mail. Minutos despu¨¦s, una chica pasa con un m¨®vil donde suena una canci¨®n suya. ¡°He visto que estaba sentado aqu¨ª y he puesto la canci¨®n en el m¨®vil, para llamar su atenci¨®n¡±, reconoce ella. Lo ha conseguido, claro. ¡°Te conozco desde que eras peque?o. El hijo del frutero. Me encanta ver triunfar a un chico del barrio, y me encanta tu m¨²sica. Son canciones donde la mujer es muy valorada, cosa que no escucho en otros¡±, dice Mamen y al interpelado se le pone cara de felicidad. ¡°Encima del escenario y para las fotos tengo mi personaje, Recycled J, que puede ser misterioso, serio, artista. Pero luego soy Jorge, un chico de barrio, humilde. Eso me mantiene a flote¡±, explica.
Recycled J pertenece a la misma generaci¨®n de C. Tangana o Rels B. Nacidos en los primeros a?os de los noventa, formados en las batallas de gallos de rap en el barrio y transmutados en estrellas del pop al ofrecer una m¨²sica menos, digamos, agresiva. ¡°Es algo que va un poco de la mano al ¨¦xito y de que te vayan bien las cosas. Si haces una m¨²sica de nicho y te escuchan cuatro, vas a seguir haciendo esa m¨²sica para cuatro; si haces una m¨²sica de nicho y te escuchan 4.000, ya existe en ti ese poder de decisi¨®n: qu¨¦ hago, sigo grabando esta m¨²sica para el reducto o lo hago para mucha m¨¢s gente. Yo opt¨¦ por la segunda: ahora lo hago m¨¢s comercial, para todo el mundo, pero con mi sello personal. Vas creciendo en popularidad y lo aprovechas; eso s¨ª, sin vender tus valores¡±, reflexiona. Asume que cuando empez¨® era mucho m¨¢s ca?ero, que hablaba en las letras expl¨ªcitamente de sexo o de drogas. ¡°Es que antes no me escuchaba mi familia y me sudaba la polla. Pero ya no tengo 19 a?os, tengo 29 y pens¨¦: ¡®?Este es el legado que voy a dejar, mis canciones solo van a hablar de sexo?¡¯. Cuando tienes un altavoz para llegar a mucha gente joven debes tener cuidado con lo que dices¡±, se responsabiliza.
Su formaci¨®n musical camina en paralelo a lo que tocaba en su generaci¨®n. ¡°Yo era un ni?o cuando explot¨® el primer Operaci¨®n Triunfo, as¨ª que s¨ª, cant¨¦ temas de Bisbal. Luego lleg¨® Estopa, una de mis grandes influencias, Melendi, Extremoduro¡ Y las primeras bandas de hip hop espa?olas, como Violadores del Verso o SFDK¡±, enumera.
Lleva publicando m¨²sica desde 2015 y, adem¨¢s de su carrera en solitario, mantiene una colaboraci¨®n con el d¨²o de hip hop Natos y Waor que se llama Hijos de la Ruina, con temas que ya son cl¨¢sicos entre los j¨®venes espa?oles, como Sudores fr¨ªos. Recycled J acaba de publicar Casanova, un disco donde reescribe el mito del libertino veneciano. ¡°Cog¨ª la figura de Casanova para deconstruirla. He querido reflexionar sobre c¨®mo ser¨ªa ese amante en el siglo XXI, sea chico, chica o chique. Se trata de cuestionarse las cosas, mirar atr¨¢s y analizar si con lo que nos hemos criado est¨¢ bien o mal. Se trata de ir en contra del rollo t¨®xico de posesi¨®n y de dependencia, de ese ¡®sin ti no soy nada¡¯. Y habla del amor a la familia, del amor propio, del amor hacia los que ya no est¨¢n. Habla del amor en todos los sentidos y de la pasi¨®n. Y hablarlo sin miedo¡±. En la canci¨®n que da t¨ªtulo al disco canta: ¡°Hice tantas heridas para curar las m¨ªas, maldita ambici¨®n. / La culpa fue m¨ªa y ya nadie conf¨ªa en alguien como yo. / Qu¨¦ putada ser un Casanova¡±.
Recycled J reivindica el barrio, el suyo: ¡°Es verdad que hay hormig¨®n por todos los lados y coches. No ves el horizonte. No es Barcelona con el mar, ni Asturias o Galicia, con esos prados verdes¡ Pero yo soy de aqu¨ª. Aunque no sea la zona m¨¢s bonita del mundo para m¨ª es la mejor¡±. Y a?ade: ¡°Mi padre es frutero del barrio. Mi abuelo lo era tambi¨¦n. Y mi madre, una curranta. No vengo de la familia m¨¢s pobre del mundo, pero no hemos parado de trabajar. Sabemos lo que valen las cosas y el esfuerzo que hay que hacer¡±.
En contraposici¨®n al m¨²sico de anta?o, ensimismado en la creaci¨®n, Recycled J defiende el concepto de artista/empresario. ¡°Soy un hombre de negocios, totalmente. Antes para que tu m¨²sica llegase a la gente deb¨ªas tener un contrato con una multinacional, un productor fonogr¨¢fico, buenos contactos para sonar en la radio¡ Los canales de difusi¨®n de la m¨²sica eran distintos. Ahora, yo cojo mi canci¨®n y la subo a YouTube o Spotify. Y si a eso a?ades las redes sociales¡ Tenemos un mayor control sobre nuestros productos y nuestra carrera y eso hace que estemos m¨¢s involucrados. Antes era mucho m¨¢s dif¨ªcil llegar a la gente¡±, explica.
Su padre estuvo viendo la semana pasada en Madrid el primer concierto de presentaci¨®n de Casanova. Recycled J comparti¨® cartel con Bizarrap, el famoso productor argentino. 25.000 j¨®venes vibraron con los conciertos. Jero lleg¨® a casa despu¨¦s del concierto a la una de la madrugada, se duch¨® y se fue a comprar la fruta que luego despachar¨ªa en su puesto. Se levanta todos los d¨ªas a las 2 de la madrugada. ¡°No tengo ya edad para estar una noche sin dormir, pero era la presentaci¨®n del disco de mi hijo. No pod¨ªamos faltar ni su madre ni yo¡±. Los valores de una familia de barrio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.