El core¨®grafo Sidi Larbi despliega su talento contempor¨¢neo en el Ballet del Gran Teatro de Ginebra
Una renovada compa?¨ªa muestra dos obras del creador belga hasta el 14 de octubre en el Teatro Real
Se da un acierto doble en arrancar la temporada de danza del Teatro Real con el Ballet del Gran Teatro de Ginebra. Porque se trata de una de las agrupaciones m¨¢s longevas y de solera del panorama internacional de la danza y porque desde el a?o pasado su director art¨ªstico es el creador belga marroqu¨ª Sidi Larbi Cherkaoui, uno de los grandes core¨®grafos desde hace d¨¦cadas. Esto ¨²ltimo est¨¢ suponiendo una renovaci¨®n en el repertorio de la compa?¨ªa que ha girado hacia un lenguaje m¨¢s contempor¨¢neo, dentro de la estilizaci¨®n que la distingue. Y aunque UKIYO-E, la primera obra que Sidi Larbi firma para esta agrupaci¨®n, no es tan intr¨¦pida como anteriores creaciones del artista (al menos en lo formal) s¨ª existe una querencia renovadora muy clara, santo y se?a de esta nueva etapa del Ballet de Ginebra.
El programa doble que se present¨® el mi¨¦rcoles por la noche en el coliseo madrile?o y que ha podido verse hace unos d¨ªas en el Baluarte de Pamplona consigue algo dif¨ªcil: que en el gran contraste que existe entre una y otra coreograf¨ªa, tambi¨¦n se d¨¦ la coherencia. Sin duda, conducida por el tono de sobriedad y pulcritud en el que se desarrollan las obras y por los bailarines, implicados y t¨¦cnicamente casi impecables.
La velada, que comenz¨® media hora tarde por problemas t¨¦cnicos, arranc¨® con uno de esos d¨²os preciosistas que desde una sencillez aparente marcan cierta coyuntura en la memoria danc¨ªstica de quien la ve. Se trata de Faun, una pieza de 15 minutos estrenada en 2009 por encargo del Sadler Well?s de Londres a Larbi, inspirada en el m¨ªtico montaje Preludio a la siesta de un fauno de Vaslav Nijinski. Las revisiones o versiones actualizadas de grandes cl¨¢sicos de cualquier disciplina art¨ªstica no est¨¢n exentas de riesgos, sobre todo para quienes conocen la materia. La aproximaci¨®n con ciertas expectativas en primer lugar, y la comparaci¨®n, despu¨¦s, son hechos casi inevitables en el acto de mirarla. Sin embargo, han pasado tantos a?os desde el estreno original y tantos movimientos est¨¦ticos alrededor de la danza, que la lejan¨ªa es suficiente para apreciar este Fauno con cierta independencia.
Alejado del erotismo que caus¨® gran pol¨¦mica en el estreno en Par¨ªs de 1912 y ajustado a una equitativa identidad de g¨¦nero (en esta versi¨®n el fauno y la ninfa bailan y se relacionan desde una horizontalidad que se agradece, por motivos interpretativos y sociales), el montaje se desliza en la solidez que proporciona la gran complicidad de los dos int¨¦rpretes y la fuerza de una actualizaci¨®n corporal, tambi¨¦n incrementada por las intervenciones musicales del compositor Nitin Sawhney, que sobre la partitura original de Debussy permite viajar del pasado al presente y al rev¨¦s.
Tras un descanso de 20 minutos, comienza UKIYO-E, primera creaci¨®n de Sidi Larbi como director del Ballet de Ginebra, estrenada en 2022. Tiene la obra un arranque y un final que la aproximan a esa expresi¨®n de espect¨¢culo redondo que tanto se anhela. Entre medias, una hora en la que 25 bailarines mantienen la actividad y la energ¨ªa en un tempo din¨¢mico, sin estridencias, entre el cielo y la tierra, se podr¨ªa decir. Porque se mantienen pegados al suelo mientras buscan su sitio en la representaci¨®n social en la que se convierte el elenco, y en las alturas, bien para elevarse o para dejarse caer, por ilusi¨®n o agotamiento. En esta l¨ªnea, cumple la obra con una de las m¨¢ximas que Sidi Larbi viene desarrollando en su prol¨ªfica trayectoria como creador: ese inter¨¦s real, alejado de oportunismos, por el individuo en soledad o como colectivo. La dificultad para existir en comunidad, tambi¨¦n de una manera pol¨ªtica, la necesidad de encajar y al mismo tiempo no claudicar de la propia identidad, se dan en este trabajo que encuentra su inspiraci¨®n en el Ukiyo, arte del grabado japon¨¦s por el que puede leerse parte de la historia del pa¨ªs nip¨®n y que personifica la inclinaci¨®n art¨ªstica de Larbi por el mundo asi¨¢tico.
Otra de las coordenadas por las que suele pasar el discurso del core¨®grafo belga es el uso de grandes y particulares estructuras m¨®viles creadas para la ocasi¨®n y cuyo significado va m¨¢s all¨¢ que el de una escenograf¨ªa viva. En UKIYO-E son unas escaleras m¨®viles, imponentes pero tambi¨¦n terrenales, que funcionan a modo de viaductos para la adhesi¨®n del grupo, como p¨²lpitos para autoritarismos, y como refugio y precipicio desde el que rendirse a la desaparici¨®n. Desde el primer instante se presentan poderosas, en ocasiones junto a todo el elenco, dando a la escena un aspecto abigarrado que pretende incidir en la atm¨®sfera asfixiante a la que no tenemos m¨¢s remedio que someternos en ciertas ocasiones. Como si se nos advirtiera de que la pesadumbre por la que pasamos como seres sociales puede no tener escapatoria en este y aquel sentido.
Destaca por su lirismo y belleza, uno de los momentos coreogr¨¢ficos de clara inspiraci¨®n Pina Bausch y el trabajo gestual que desarrollaba la core¨®grafa alemana, cuando la poes¨ªa esc¨¦nica de la autora, cantante y poeta Kay Tempest abarca la escena.
Aunque algo larga y en alg¨²n instante (pocos) reiterativa, la riqueza del vocabulario corporal y las composiciones grupales, de solos y d¨²os, se mantienen en una clara verdad esc¨¦nica: ni se busca el efectismo ni se camufla lo coreogr¨¢fico. M¨¢s bien al contrario, tanto escenograf¨ªa como movimiento se sustentan y permiten la justificaci¨®n.
En los saludos, un discreto Sidi Larbi Chekaoui, ajeno al postureo del estrellato, muestra la identidad de un creador que solo es veh¨ªculo de su obra.
FAUN
Música Claude Debussy (1862-1918) ) y Nitin Sawhney (1964). Coreografía: Sidi Larbi Cherkaoui. Escenografía e iluminación: Adam Carrée. Vestuario: Hussein Chalayan
UKIYO-E
Música de Szymon Brzóska y Alexandre Dai Castaing. Coreografía: Sidi Larbi Cherkaoui. Escenografía: Alexander Dodge. Vestuario: Yuima Nakazato. Iluminación: Dominique Drillo
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