¡®Sobre todo de noche¡¯: experimentaci¨®n art¨ªstica sobre el robo de beb¨¦s en el franquismo

En una clasificaci¨®n quiz¨¢ un tanto restrictiva, el cine se podr¨ªa dividir entre las pel¨ªculas de sensaci¨®n inmediata y las de sedimentaci¨®n lenta. Ni que decir tiene que las segundas son m¨¢s dif¨ªciles de ver, de entender y de admirar. Pero, cuando se logra agarrarlas, si es que se llega a la cima, la satisfacci¨®n suele ser doble. Sobre todo de noche, debut en la direcci¨®n de largometrajes de V¨ªctor Iriarte, pertenece al segundo grupo.

Recordando al Roberto Bola?o de Amuleto, Iriarte comienza su ¨®pera prima con una frase sobreimpresionada en la pantalla que la presenta como una historia de terror, como un relato policiaco y como un retrato de serie negra. ¡°Pero no lo parecer¨¢¡±, se advierte. Y tanto, que no lo parecer¨¢. Los espectadores que vayan buscando justo lo que se dice de ella se quedar¨¢n a cuadros, porque no lo es. Al menos, en su superficie. Y la verdad de la frase est¨¢ tan escondida que pocos la encontrar¨¢n. Eso s¨ª, el que la descubra, se adentre en su juego art¨ªstico y capte su dif¨ªcil lenguaje cinematogr¨¢fico, quedar¨¢ saciado.

En lo que s¨ª lleva una meridiana raz¨®n la frase inicial es que Sobre todo de noche es la historia de ¡°un crimen atroz¡±: un caso de robo de beb¨¦s en los ¨²ltimos a?os del franquismo. Aunque contado del modo m¨¢s ins¨®lito, creativo y arriesgado. Tambi¨¦n pretencioso, y a veces, incluso caprichoso. Iriarte pertenece a la ¨®rbita estil¨ªstica del centro cultural donostiarra Tabakalera, donde ejerce de programador, y de la escuela de cine El¨ªas Querejeta, de la que fue uno de sus fundadores y forma parte de su consejo acad¨¦mico. Y ambas cosas se notan a distancia sideral. El que haya visto los cortometrajes surgidos de la escuela sabr¨¢ que la inmensa mayor¨ªa se ciscan en el relato, y apuestan por un tipo de narraci¨®n y de lenguaje que huye de cualquier convencionalismo. Como no pod¨ªa ser de otra forma, los hay buenos, regulares y malos. Y asunto distinto ser¨ªa estudiar si buena parte de ellos no est¨¢n siendo convencionales en el anticonvencionalismo, porque todos se acaban pareciendo demasiado.

Iriarte aplica a su pel¨ªcula un extra?o y a veces encantador tratamiento del espacio y del tiempo, que en no pocos momentos parece enlazar con el estilo de Chantal Akerman. Su pel¨ªcula es anticine social y anticine pol¨ªtico, pues est¨¢ m¨¢s cerca del ensayo con sus encuadres poco usuales, sus enormes silencios, su poes¨ªa visual y textual, los momentos documentales con im¨¢genes de la Transici¨®n pol¨ªtica espa?ola hacia la democracia, y la vehemente banda sonora original de Maite Arroitajauregi. Las historias est¨¢n ah¨ª: la de venganza y rabia de una madre a la que dijeron que su beb¨¦ hab¨ªa muerto; la del reencuentro, y la de otra madre que lo recibi¨® sin saber nada de la primera, y que lo ha criado con amor. Pero subyacen m¨¢s que aparecen, entre la huida completa de lo melodram¨¢tico, lo social y lo criminal, y asent¨¢ndose en una inclasificable fusi¨®n de g¨¦neros, en al menos tres digresiones musicales aparentemente gratuitas aunque encajan bien en el salto al vac¨ªo que es la pel¨ªcula, y en un estilo epistolar que carga la narraci¨®n de voces en off.

Cuando llega el ¨²ltimo trecho, el del reencuentro, en un tercer acto con m¨¢s di¨¢logo, la fuerza de las excelentes actrices Lola Due?as y Ana Torrent otorga carne emocional a lo que hasta entonces estaba m¨¢s en el terreno de la experimentaci¨®n art¨ªstica. Pero a esa cima los m¨¢s despistados y perezosos (o quiz¨¢ concienzudos) no llegar¨¢n. Se habr¨¢n quedado en el camino, y este cr¨ªtico estuvo varias veces a punto. Sobre todo de noche es como si Manoel de Oliveira, canci¨®n portuguesa incluida, hubiera compuesto un thriller sobre el lado m¨¢s oscuro de la Transici¨®n pol¨ªtica espa?ola. Los m¨¢s cin¨¦filos, y esta pel¨ªcula es para los muy cafeteros, entender¨¢n perfectamente la frase. Y sabr¨¢n si la aventura les puede interesar, repeler o deslumbrar.